El Museo del Prado admite tener 25 obras incautadas tras la Guerra Civil en sus colecciones
El Museo Nacional del Prado ha recopilado y hecho público el listado completo de obras depositadas en sus colecciones provenientes de la Comisaría General de Defensa del Patrimonio Artístico
Cientos de obras de arte fueron incautadas por la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico durante la Guerra Civil. Ahora, el Museo del Prado ha decidido hacer públicas aquellas de sus colecciones que provendrían de esa incautación siguiendo su rastro desde la Comisaría General de Defensa del Patrimonio Artístico.
Se trata de 25 obras de arte de las que «en 22 de los casos esta información estaba ya accesible en la web», según publican en su informe. En los tres casos en los que no es así, es debido a que el mal estado de las pinturas hace que carezcan de ficha en el portal de acceso a colecciones, aunque están catalogadas en el sistema de gestión de la colección del Museo.
El Prado ha creado un equipo de investigación ‘ad hoc’ con el catedrático y experto en patrimonio y Guerra Civil Arturo Colorado para ampliar el estudio de estos casos y analizar otras posibles incautaciones. Las conclusiones de este estudio se publicarán a comienzos de 2023, pero el listado actual completo con la información es accesible ya en la web del Museo.
Rastreando el origen de las pinturas
De estas obras, 17 pinturas fueron entregadas al Museo del Prado por la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional entre 1940 y 1942; 5 pinturas entregadas al Museo de Arte Moderno, procedentes de la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional (1942), 1 pintura fue entregada al Museo de Arte Moderno, procedente de la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional (1943), pero quedó en el Museo de Arte Contemporáneo y pasó al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, desde donde se adscribió al Museo del Prado en 2016 por reordenación de colecciones. También figuran un frutero y un reloj procedentes de la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional.
Esta cifra inicial podría ser mayor al hilo de los últimos estudios del experto en patrimonio y Guerra Civil, el catedrático y profesor emérito Arturo Colorado Castellary. Por ello, el Museo Nacional del Prado ha decidido abrir formalmente una vía de investigación sobre la posibilidad de que algunas de las obras presentes en su colección provengan de incautaciones realizadas en el periodo de la Guerra Civil o durante el franquismo.
El objetivo es aclarar cualquier duda que pudiera existir sobre los antecedentes y el contexto previos a que se produjera su entrada en las colecciones del Prado y, llegado el caso y cumpliendo todos los requisitos legales, proceder a su devolución a sus legítimos dueños.
Arturo Colorado, que dirigió el congreso internacional «Museo, guerra y posguerra» celebrado en el Museo Nacional del Prado en 2019, será quien coordine el trabajo de los investigadores que estudiarán los diferentes archivos y los registros del Museo en profundidad en relación a esta materia tan concreta. Este trabajo se realizará en colaboración con el Área de Biblioteca, Documentación y Archivo.
«De la misma manera, el Museo del Prado ha hecho un gran esfuerzo en los últimos años por describir, digitalizar y dar a conocer toda la documentación que conserva en su Archivo relativa a los depósitos de obras de arte en el Museo del Prado durante la Guerra Civil, a la devolución de estas obras de arte a sus propietarios y a procedencia de las obras de arte adscritas a sus colecciones», publica el Museo del Prado en su web.
Las incautadas: de Sorolla a Madrazo
Entre las obras incautadas hay varias anónimas, como San Agustín meditando sobre el Misterio de la Trinidad o un retrato de Alonso Cano. Pero también se encuentra Retrato de caballero, de Federico de Madrazo; Encadenada, de Eugenio Lucas Velázquez; Cabeza de mujer con mantilla blanca, de Joaquín Sorolla, o Paso de un río, de Joost de Momper.
Otros cuadros son Alegoría del Antiguo Testamento, Dama con abanico, Alegoría del Nuevo Testamento, El canónigo José Olcina y Macía, todas ellas de José Gutiérrez de la Vega y Bocanegra; Cristo en el Pretorio, de Pedro Ruiz; Paisaje nevado, de Jan Brueghel; La Natividad y Adoración de los Reyes Magos, de Francisco Osona; Amorcillos jugando con un pichón y Amorcillos vendimiando, de François Boucher.
Otras obras, que el Prado reproduce en el listado publicado en su página web, hablan de Cristo varón de dolores, de Adriaen Isenbrandt; La Virgen con santos y ángeles y La Virgen con santos, de Pedro Atanasio Bocanegra; Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache, de Giuseppe Bonito, y La Huida a Egipto, de Manuel de Castro.
Después, dos obras fueron depositadas en el Museo por la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico procedentes de la iglesia parroquial de Yepes, que pasaron a formar parte de las colecciones del Museo en compensación por los gastos y los trabajos empleados por el Museo para salvar el resto de las pinturas procedentes de la iglesia de Yepes y que se devolvieron en 1942. Son Santa Mónica y María Magdalena, ambas de Luis Tristán.