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Isabel Rodríguez, comisaria de la exposición 'En Movimiento'

Isabel Rodríguez, comisaria de la exposición 'En Movimiento'El Debate

Conservadora de la Galería de las Colecciones Reales

Isabel Rodríguez: «La gente que viene a visitar el Prado ahora también vendrá a ver las Colecciones Reales»

La conservadora de Patrimonio Nacional y comisaria de la exposición En Movimiento. Vehículos y carruajes de la Galería de las Colecciones Reales habla con El Debate el día antes de la inauguración del nuevo gran museo español

No era fácil llevar los antiguos carruajes de los reyes españoles a un edificio moderno como la Galería de las Colecciones Reales. Pero Isabel Rodríguez, conservadora de Patrimonio Nacional y comisaria de la exposición En Movimiento. Vehículos y carruajes de Patrimonio Nacional, lo ha hecho. Aunque no sola. Científicos y restauradores o la Dirección de Inmuebles y Medio Natural, la Dirección de Actos oficiales y Culturales o la Dirección de Administración y Medios son algunos ejemplos del esfuerzo, el talento y el trabajo compartidos para la creación de un espacio único, un museo único en el mundo, que alberga joyas preciosas y recónditas de los tesoros del pasado español.

–¿Cuántos tiempo lleva en marcha este proyecto? Se habla de 25 años. ¿Cómo surgió la idea primigenia?

–Para llegar hasta aquí ha habido distintos proyectos. La Galería de las Colecciones Reales iba a ser al principio un museo de carruajes y tapices. Con el tiempo ha ido evolucionando la idea y ampliándose el proyecto y su planteamiento. En el Museo de Carruajes del Campo del Moro se conserva la magnífica colección de carruajes de Patrimonio Nacional. Pero una deuda que teníamos era darle más visibilidad. Y por eso se decidió que la primera exposición temporal de la Galería de las Colecciones Reales se dedicara a la colección de carruajes de Patrimonio.

Ha sido necesario un equipo muy grande de personas, todas ellas profesionales con una larga experiencia

–¿Cuáles han sido las principales dificultades para su realización? Imagino que hay un abanico de ellas de corte institucional, político, técnico, artístico...?

–La verdad es que a nivel institucional todo ha sido un gran apoyo. Era una colección que había que sacar y estaba claro. A nivel técnico ha sido complicado. A lo largo de las décadas se han ido restaurando algunas de las carrozas, las más importantes de la colección, con vistas a la apertura del futuro museo. Pero hay otros coches de caballos que hubieran requerido el mismo proceso y no nos ha sido posible. Hemos tenido la gran suerte de contar con el patrocinio de la Fundación del Banco Santander para la realización de esta exposición. Y para el montaje ha sido muy importante contar con el taller de Juan Alberto García de Cubas en el diseño de la exposición, que ha ayudado muchísimo a que hubiera una contextualización del mundo en el que se utilizaba el carruaje. Bien a través de cuadros, de tapices, de estampas y luego en el afán de que las propias carrozas se entendieran con sus proporciones, sus brillos y la relación de unas con otras. En esto la participación del arquitecto ha sido muy importante. Y luego son piezas que para su transporte requieren de medios que son muy especiales y complejos. Estos carruajes, aunque algunos de ellos podrían rodar con sus ruedas porque están en buenas condiciones, se debe intentar no dañarlos para lo cual se utilizan unos patines, se montan en tráilers. Ha sido necesario un equipo muy grande de personas, todas ellas profesionales con una larga experiencia.

A nivel museográfico es un reto y una propuesta que puede ser un paso adelante

–Más de 170.000 obras y se van a exponer 700 en toda esta galería. Parece que esa selección ha tenido que ser casi tan dura y difícil como el propio camino de la galería. ¿Cómo va a ser el proceso de rotación? ¿Se van a exponer esas 170. 000 obras a lo largo del tiempo o no está previsto de momento que eso suceda?

–En realidad todas estas obras están ya visibles, presentadas en los distintos sitios. Es verdad que hay una parte que está almacenada por diversas razones, como su estado de conservación. Necesitan pasar por restos y por restauración. Luego se están haciendo proyectos de revisión de qué piezas están en los distintos palacios, puesto que la instalación, la misma grafía, también ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Ahora prevalece un criterio de tipo histórico para intentar mostrar al público el estado de los palacios en su estado, digamos, más original posible. Por ejemplo, en el caso de La Granja, pues intentar reconstruir o recuperar todas las obras que Felipe V e Isabel Farnesio tenían en sus estancias. Hay un criterio de tipo histórico, también de conservación, de divulgación. La verdad es que la idea es que se divulgue este patrimonio tan rico y tan importante. Y aquí en la Galería, ver las Colecciones Reales. La idea es que haya una parte que rote para poder representar toda la variedad de tipo de piezas de distintos períodos; y luego también, por temas de conservación, hay piezas que tienen que rotar para no privar de ellas a todos esos Reales Sitios que gestiona Patrimonio Nacional. Digamos que hay una casuística muy, muy diversa.

Las Colecciones no solo son relevantes a nivel nacional, sino que a nivel internacional son de un gran nivel

–Por construcción, por la arquitectura, por la ordenación, por la estética o por la organización de este museo. ¿Puede ser el inicio de una nueva época de la museología, en su opinión?

–Desde luego es un momento muy importante en la museología española, puesto que es un proyecto muy peculiar en el sentido de que no es un museo con una colección adscrita, sino que es una institución para la que Patrimonio Nacional crea un espacio donde exponer unas colecciones no solo son relevantes a nivel nacional, sino que a nivel internacional son de un gran nivel. Hay muchas más relaciones de artistas que procedían de otros países que trabajaban para los reyes españoles. Hay temas, claro que por cuestiones políticas, diplomáticas, pues afectaban a muchísimos territorios y que para la historia, también propia de otros países, pues tienen importancia. Y luego, a nivel museográfico, pues sí que es un proyecto interesante y que está contribuyendo a una evolución de lo que supone un museo, de cómo exponer. También porque el tipo de colecciones que tenemos son muy distintas unas de otras. Tenemos grandes tapices junto con lienzos, con esculturas, con artes decorativas. A nivel museográfico, la verdad es que es un reto y es una propuesta que sí que puede ser un paso adelante.

Con este proyecto se puede contribuir a divulgar una noción más rica del patrimonio

–Da la impresión de que en España no hemos sabido vender nuestro patrimonio. Hace pocos días se anunciaba mundialmente que el Palacio de Versalles abría al público los apartamentos privados de María Antonieta. ¿La apertura de la Galería es un cambio en este sentido?

–La comunicación es muy importante. Podemos tener un maravilloso museo o palacio, pero si no lo divulgamos... En el caso que comenta, el valor que tiene este tipo de lugares en los que se ha conservado un mobiliario, unas obras de arte que también nos están trasladando a un momento pasado, un modo de vida, unas vivencias.... Eso al público, claro, le interesa mucho. Y desde aquí con este proyecto, pues también se puede contribuir a divulgar una noción más rica del patrimonio, en el sentido de que no sólo hemos preservado pintura, por ejemplo. Hay otro tipo de objetos que es verdad que a nivel artístico son también muy importantes, pero que también tuvieron un uso. Los tapices tienen su lugar y su uso en los palacios, las vajillas, el mobiliario... tienen una riqueza de significados que hay que valorar y devolver.

La berlina dorada podría ser una pieza estrella de la exposición

–En esta exposición de carruajes, para usted como conservadora, ¿cuál diría que es la la máxima joya?

–Es difícil de decir. Pero hay una pieza que es excepcional por su antigüedad, que es la berlina dorada, que data del tercio central del siglo XVIII y que tiene un estado de conservación muy bueno. Podría ser una pieza estrella de la exposición.

–Y una última pregunta, ¿en qué posición situaría a esta Galería dentro de una hipotética lista de los mejores museos españoles?

–Es una pregunta muy difícil porque hay que entender que, si nos centramos en el contexto nacional y real de la historia de la monarquía, hay muchas instituciones que están derivando de aquellas Colecciones Reales. En primer lugar, el Museo del Prado, que fue en principio el Real Museo de Pintura y Escultura, pero tenemos el Museo Arqueológico Nacional, con muchas colecciones que habían pertenecido antes a los reyes, aunque luego haya crecido el Museo Nacional de Artes Decorativas, etc. Es muy difícil contestar a esta pregunta, pero desde luego estamos en primera línea. Habrá gente que venga a Madrid y se plantee ir al Prado o al Reina Sofía, y seguro, seguro, ahora también a las Colecciones Reales.

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