Diez libros para releer
Una lista de libros que es probable hayamos leído pero igual no hemos aprovechado lo suficiente. Son novelas que merecen una relectura, y diría que nosotros también nos merecemos revisitarlas.
Cada libro tiene su edad, y esta frase que aplicamos a la juventud también se puede valer en la madurez. Hay libros que no son aptos para mayores, solo para niños y adolescentes. Si uno perdió la oportunidad de leerlo a los quince, difícilmente va a experimentar la misma emoción a los cuarenta. Afortunadamente se puede remediar lo contrario: libros para adultos que se leyeron demasiado pronto y bien se merecen una relectura. Aquí va una lista tan subjetiva como la vida misma.
1. «Don Quijote de la Mancha» de Miguel de Cervantes
Ya estamos otra vez con el Quijote, que diría alguno. Lo sé. Hay quien lo lee todos los años. El director de la RAE lleva quince lecturas (según acaba de decir aquí en El Debate) y muchos de nosotros solo llevamos una y por obligación. Hay que releerlo porque es uno de los pilares de nuestra cultura, porque es un clásico que sigue hablándonos y, además, porque es un libro entretenidísimo.
2. «Conversación en La Catedral» de Mario Vargas Llosa
Un libro en el que no aparece un solo cura, y menos una catedral, pero sí mucho Perú y mucha literatura. También es un libro de inicio duro. Intuyo que muchos lectores desistieron antes de llegar al centenar de páginas. Por eso recomiendo un segundo intento. Cuando se entra en la fabulación el libro atrapa como un auténtico bestseller.
3. «El corazón de las tinieblas» de Joseph Conrad
Tiene muchas aventuras, incluso se le hizo una película de culto. Pero si se leyó antes de los treinta es fácil que se perdieran dos aspectos importantes: la crítica al colonialismo, que parece un debate anticuado pero creo que explica muchos problemas actuales, y el análisis profundo y denso de lo más atávico del ser humano.
4. «Rebelión en la granja» de George Orwell
Es cierto que lleva años de una actualidad que muchos escritores vivos querrían, pero aquí lo escribo por si alguien no se ha enterado: releer a Orwell es obligatorio. Lamentablemente, según avanza el siglo XXI se hace cada vez más urgente. Su último hit: la invasión de Ucrania a la luz de Rebelión en la granja.
5. «La perla» de John Steinbeck
Muchas veces se confunde la brevedad con la sencillez, por lo que este libro se obliga compulsivamente en el instituto (lo mismo sirve para El viejo y el mar). Lo normal es que se recuerde como un breve tostón. Por eso mismo recomiendo su relectura. Seguirá siendo breve, pero obra maestra.
6. «El camino» de Miguel Delibes
Un libro muy acertadamente recomendado para la adolescencia que como tantos otros puede sufrir esa limitación. La vida del Mochuelo y sus amigos trasciende la novela de aprendizaje y solo una lectura adulta nos desvelará un protagonismo de lo natural y lo rural que ahora logra despertar un sentimiento esencial: la nostalgia.
7. «Frankenstein» de Mary Shelley
Yo diría que es un libro extraterrestre por su autora, por su gestación y por todo lo que dice del mundo de hoy, dos siglos después. El problema de sus cientos de versiones que nos llegan sin darnos cuenta es que se distorsionan el original y tenemos que volver a él para entender, no de dónde venimos, sino hacia dónde vamos.
8. «Crimen y castigo» de Fiódor Dostoievski
Un adolescente lo puede ver como un libro policiaco con un inicio deslumbrante (el asesinato de la anciana), un desarrollo detectivesco digno de Conan Doyle y un emocionante y romántico final… pero todo ello tachonado de unos monólogos complejos y vagos. Releer a Dostoievski es recuperar esa parte de la novela que pasamos por alto y donde está gran parte de su valor.
9. «Shakespeare. Obras completas»
Al Bardo no es que haya que releerlo, es que nunca hay que dejar de leerlo, o más bien de verlo. Gracias al cine y a las inmejorables versiones que se han hecho podemos disfrutar del gran conocedor del ser humano con gran comodidad. Y no olvidemos sus «obras menores», son mejores que muchas obras maestras de otros escritores.
10. «Madame Bovary» de Gustave Flaubert
Para no pecar de condescendiente incluyo un libro pendiente de releer. Lo leí empujado por el morbo de lo prohibido y me dejó absolutamente indiferente: otra aburrida historia decimonónica de infidelidades. Años después leí sobre él a Vargas Llosa (La orgía perpetua) y a Julian Barnes (El loro de Flaubert) y pensé que por fuerza me había perdido algo importante. Está esperando a ser recuperado.