Autogeopoética y autogeobiografía de Yuri Andrujovich: una mirada singular sobre la identidad europea
Pequeña enciclopedia de lugares íntimos reúne treinta y nueve retratos de ciudades que se han convertido «en lugares capitales, en zonas erógenas e íntimas» de su existencia
Con su predilección por los mapas —«un híbrido de literatura y pintura, de nombres y visiones», como los define en Atlas. Meditaciones (2000)—, el escritor e intelectual Yuri Andrujovich (Ivano-Frankivska, Ucrania, 1960—) emprende la aventura fantástica de escribir sobre las ciudades, los espacios y las fronteras, que vertebran la historia de los siglos XX y XXI y que el lector ha de armar como si de un rompecabezas se tratara, siguiendo el criterio que más desee (cronológico, alfabético, geográfico o urbanístico), o de manera aleatoria, al azar. Como declara el autor en el prólogo, la estructura compositiva no es sino una muestra de la defensa de la libertad que vertebra también su pensamiento.
Según figura en la nota preliminar a la edición, Pequeña enciclopedia de lugares íntimos reúne treinta y nueve retratos de ciudades (Aarau, Amberes, Bayreuth, Berlín, Bucarest, Centralia, Chernivtsí, Detroit, Drohóbych, Essen, Estrasburgo, Fráncfort del Óder, Graz, Guadalajara, Járkov, Jüterbog, Lviv, Minsk, Múnich, Moscú, Nimega, Nueva York, Odesa, Praga, Quedlinburg, Riga, Toronto, Uzhgorod, Varsovia, una ciudad que llama X, Yalta, Zolotyi Potik y Zug, etcétera) —de los ciento once que figuran en la obra original, Leksykon intymnych mist (Meridian Czernowitz, 2011)—, que se han convertido «en lugares capitales, en zonas erógenas e íntimas» de su existencia. Este rasgo explica la extensión desigual y las diferentes tonalidades que reviste cada pieza, que ha sido actualizada y reestructurada por el autor tras la traducción en esta edición en castellano, que no sigue el orden del alfabeto cirílico ucraniano de la edición original.
Gracias a la editorial Acantilado conocemos en el mundo hispanohablante la producción literaria de este traductor y poeta ucraniano, fundador del grupo poético Bu-Ba-Bu, autor de los ensayos El último territorio, Doce anillos (2007) y, en colaboración con el polaco Andrzej Stasiuk, el volumen Mi Europa (2005), y de las novelas Recreaciones (2007), Moscoviada (2010) y Perverzión (2022). Andrujovich se revela como uno de los escritores ucranianos más distinguidos y una de las voces más personales de la literatura europea actual, que ha merecido, entre otros, los premios Herder (2001), el Premio de la Paz Erich Maria Remarque (2005), el Angelus de Literatura Centroeuropea (2006) y el Premio al Entendimiento Europeo (2006) por Doce anilllos, el Premio Hannah Arendt (2014), y la Medalla Goethe (2016).
acantilado / 452 págs.
Pequeña enciclopedia de lugares íntimos
Las coordenadas geográficas y vitales se superponen y conforman un todo único e indivisible, que bien puede denominarse autogeografía o autogeobiografia, en la que el autor rememora los cuarenta y cinco días de servicio militar en el ejército ruso en Iziaslav; los servicios prestados a la patria en Haisyn, ciudad cercana a la frontera rusa, que visita más de una veintena de veces; las apenas dos horas transcurridas entre los puentes bombardeados de Novi Sad, ciudad serbia a orillas del Danubio que durante la guerra de Yugoslavia sufrió en 1999 los ataques aéreos de la coalición liderada por la OTAN; o las veinticuatro horas transcurridas en Venecia, «guardiana del Mediterráneo», «ciudad de la totalidad», a la que la catastrófica falta de espacio obliga a amontonar y a almacenar verticalmente, que reconoce como el lugar ideal para desaparecer sin dejar rastro.
Con la pasión por viajar y el amor por las caminatas que hereda de su padre, tras estudiar el plano de la extraña y concéntrica Moscú -ciudad más subterránea que terrestre, que describe como el «monstruo de los cinco mares de Stalin»-, durante cuatrocientos ochenta días se sumerge en sus laberintos, descubre la URSS como el país de la precariedad, donde la lucha contra la miseria se convierte en el sentido de la vida y el vodka extirpa el alma de sus habitantes: «merece ser terriblemente amado. Pero de ninguna manera desde esta posición humillante, medio de rodillas, del eterno sirviente pequeño-ruso de Moscú» (242); en el otoño de 1981 viaja por segunda vez a Leningrado, ciudad que todos llamaban Piter, donde mitiga la incertidumbre, la colas interminables y la escasez de dinero gracias a los recorridos por el muelle de la Universidad y por unas calles repletas de melones y sandías a punto de pudrirse y con la visita a la casa museo de Dostoievski y al Hermitage.
La disonancia entre lo que se quiere y se puede decir y lo poco que se quiere escuchar preside el drama personal del escritor ucraniano, que se defiende con las palabras y con la memoria que le permite mirar al fondo de la realidad. Con el convencimiento de que la historia no engaña y de que lidiar con ella es una batalla perdida pues «siempre acaba escurriéndose subrepticiamente» (139), Andrujovich imagina con terror las manos bajo las cuales estuvo Kiev entre 1917 y 1920, revive la bestialidad y lumpenización de la «ciudad de misterios poéticos» a finales de los noventa, y recuerda el renacimiento a finales de 2004 y la triste situación de la ciudad hoy «entregada por nuestros desconocidos a los invasores desconocidos» (149). La incomprensión e ignorancia ante el infierno vivido en Kiev durante la apoteosis sangrienta que precedió a las protestas multitudinarias y pacíficas de la plaza de Maidán, cuando las prácticas intimidatorias no funcionaron y la policía comenzó a perseguir y a asesinar a los activistas de la oposición y cuando a nadie le importaron los héroes muertos, centra la narración de quien defiende «los valores europeos de una sociedad libre y justa, sin exageración, al precio de su propia sangre»(164): “Oh, comunidad democrática civilizada, ¿dónde estás? ¡¿Y dónde están tus sanciones contra esos malditos asesinos?! (168)
El lector se deslizará con agrado entre las páginas de una prosa delicada y cristalina de esta enciclopedia, a través de la cual Yuri Andrujovich describe las ciudades, canaliza sus vivencias, narra los acontecimientos históricos, interpreta la realidad y entremezcla la narración de las gestas épicas de la sociedad contemporánea con la expresión lírica, la reflexión ensayística con la crónica periodística, el diario con la crónica social, o la autobiografía con la literatura de viajes.