'Todo es un arma': guerra permanente y con todos los medios

Si la sociedad en la que se desenvuelven nuestras vidas merece una denominación, esa es, sin duda, la de «sociedad de la información». En la segunda mitad de siglo XX la cultura audiovisual produjo un poderoso cambio en la humanidad. Pero a comienzos del siglo XXI lo que operó Internet no tiene comparación en la historia. Y aún no sabemos el alcance que puede tener dicho cambio. En cualquier caso, la información, antes vedada para unos pocos, circula ahora pasmosamente rápido a través de nuestros dispositivos móviles. Información de todo tipo: verdadera y falta, bien y malintencionada, útil e inútil, inofensiva y peligrosa, enriquecedora y destructiva.

En lo que se refiere a la guerra, una gran cantidad de personas no especializadas en materia de seguridad y defensa maneja indiscriminadamente conceptos como «guerra híbrida», «zona gris» o «conflicto congelado», ya sea a través de artículos, podcasts o mensajería instantánea. Se trata de un nuevo léxico, estrechamente ligado a la posmodernidad, que pretende denominar realidades consideradas nuevas pero que, en muchos casos, son tan antiguas como la propia guerra.

De la misma manera que un elemento tan fundamental en la historia de la guerra como la pólvora se inventó cuando los maestros alquimistas chinos buscaban un elixir de la inmortalidad, y no una mezcla explosiva de distintas composiciones utilizada principalmente para propulsar proyectiles, Internet no se inventó para perpetrar ciberataques a Estados soberanos.

Para aclararnos con todo este nuevo léxico, y para descubrir cómo se utilizan elementos en la guerra moderna que originalmente no se idearon para el conflicto, como las redes sociales, la editorial Desperta Ferro acaba de publicar en castellano Todo es un arma. Una guía de campo para las nuevas guerras, de la mano de uno de los mayores expertos en la actualidad en historia y estudios de seguridad de la Rusia moderna, Mark Galeotti, y autor también del aclamado título Las guerras de Putin. De Chechenia a Ucrania (Desperta Ferro, 2022).

«Guerra híbrida. Guerra de zonas grises. Guerra asimétrica. Guerra destinada a poner a prueba la tolerancia del oponente. Guerra no restringida. Guerra no lineal. Hay toda una plétora de expresiones poco esclarecedoras», señala Galeotti en el primer capítulo del volumen, «es un hecho que todo el mundo parece querer o necesita creer que algo nuevo está saliendo a la luz», continúa el autor. Pero lo cierto es que todo se resume, como sentencia Galeotti, en que «el tema recurrente es el de la combinación de métodos […] mediante el desplazamiento del conflicto a la economía, el terrorismo y hasta el derecho».

Esto se ha visto especialmente en la larga agresión que Rusia ha emprendido contra Ucrania, y que no se retrotrae a febrero de 2022, sino a abril de 2014. Propaganda, economía, redes sociales, marco legal de las Naciones Unidas, subcontratación de empresas de mercenarios (un fenómeno de nuevo en boga, que pone en entredicho la estabilidad de los Estados-Nación, al más puro estilo de las Compañías Libres de la Baja Edad Media, o los condottieri del Renacimiento) y un largo etcétera que se extiende hasta los mismo videojuegos. Según el Galeotti, «hemos llegado a un momento en el que, sobre todo en lo tocante a la actual confrontación entre Rusia y los países occidentales, se habla de la ‘transformación en un arma’ de esto o aquello, desde la información hasta las hinchadas futbolísticas de carácter violento», lo que nos lleva a preguntarnos, ¿es realmente todo un arma? Pues en ese caso, nada lo es. El autor responde a esta cuestión lógica con sentido común: «por mucho que todas las cosas son susceptibles de su utilización como arma, algunas de ellas son más susceptibles que otras. Este libro es una guía de campo sobre la nueva forma de la guerra o, quizá sobre una nueva forma de guerra o, incluso, el nuevo mundo de la guerra».

Estructurado en doce capítulos, divididos en cuatro partes, y repartidos muy ajustadamente en poco más de doscientas páginas, Mark Galeotti trata de manera muy esclarecedora y para todo tipo de público, los retos ante los que el mundo actual se enfrenta en lo que a los conflictos se refiere, para terminar planteándose en el último capítulo la «pregunta del millón»: ¿nos dirigimos hacia un estado de guerra permanente y sin sangre? «Nuestro verdadero desafío consiste» –afirma Galeotti, y que no podemos dejar de suscribir– en luchar contra «la creación de comunidades marcadas por la sensación de aislamiento y exclusión, perfectas consumidoras de discursos contestatarios y empresas de disrupción política encubierta». Un libro necesario para los tiempos que corren, y de lectura recomendada para quienes deseen saber hacia dónde caminamos como sociedad.