Blanca Paloma: el alma de la música de raíz llega a Eurovisión
La cantante ilicitana, llamada a ser la revelación del Benidorm Fest, presenta 'Secreto de agua', una música con ecos flamencos que habla del caso sin resolver del asesinato de Lucía Garrido
El destino quiso que Blanca Paloma y yo nos conociésemos antes de que llegara todo el torbellino de Eurovisión. Acudí a escucharla cantar con su grupo Alfakay al madrileño Café Berlín y poco después saltaba la noticia de que acudiría al Benidorm Fest, el festival que tendrá lugar los días 26, 27 y 29 de febrero para elegir al representante español para la cita eurovisiva, que tendrá lugar en Turín el 10 de mayo. Esa noche, vestida de blanco (una de sus señas de identidad) sobre el escenario, descubrí una vez más que la música puede convertirse en vehículo de emociones; en grito, en susurro, en nana, en quejío, en alma: en oración.
La dulzura y la pureza de Blanca Paloma, una joven ilicitana que estudió Bellas Artes pero decidió perseguir su sueño y lanzarse a la música, competirá con carreras más y menos desarrolladas, con múltiples estilos. Azúcar Moreno, Chanel, Gonzalo Hermida, Javiera Mena, Luna Ki, Marta Sango, Rayden, Rigoberta Bandini, Sara Deop, Tanxugueiras, Unique, Varry Brava y Xeinn harán sus propuestas en los próximos días, mientras la alicantina presenta Secreto de Agua, un encargo que le hizo TVE para la serie Lucía en la Telaraña. Cuando le plantearon la canción, la artista quiso conocer más sobre la historia de Lucía Garrido, sobre la que trata la docuserie. «Me pusieron imágenes del documental donde aparecen los personajes que no son actores, sino las propias personas de la vida real». «Tras ver esas caras y los ojos de los familiares, me caló tanto y empaticé tanto con la historia que solamente tuve que abrir la boca y empezamos a crear», cuenta. La creación de la canción ha tenido dos partes: la composición y la adaptación para Eurovisión.
Unas semanas después, esta joven luminosa pone rumbo a Benidorm para tratar de que la música de raíz encuentre su sitio y su eco en la música mundial. Y la hemos entrevistado en El Debate para que nos cuente cómo está viviendo este proceso.
−¿Qué es para ti Secreto de agua? ¿Qué buscas transmitir con esta canción?
−Secreto de Agua es la primera canción que edito en un estudio. Como si alumbrara un ser con vida propia, cuando sueltas una obra al mundo ya no tienes el control sobre ella y ese desapego te permite identificarla tal y como es. Un cachito de verdad del que estoy aprendiendo como artista y como persona. Con ella quiero transmitir un mensaje esperanzador que empodere a la gente a seguir luchando por sus causas, por cotidianas que sean. Recordarles que no existe causa perdida, mas que la que cae en el olvido. De este modo, haber puesto voz a la historia que hay detrás de la canción y darle vuelo para que llegue lo más lejos posible es toda una misión.
−«Ya no habrá quien lo detenga», cantas. Esta canción es la banda sonora de la serie documental «Lucía en la telaraña». ¿De qué forma se entrelazan ambas obras?
−La compusimos en el Estudio Reseda Media para la cabecera de la docuserie de TVE que aborda el crimen sin resolver de Lucía Garrido. Una historia sórdida de violencia y tramas de corrupción que busca hacer justicia. Con ese mismo propósito empezamos a escribir la letra y nos dimos cuenta de que era un himno en si misma.
−La serie ha reabierto un caso sin resolver... ¿Crees que la música también contribuye con esta función social? ¿O crees que arte y responsabilidad no tienen por qué ir de la mano?
−Creo que nada que hagamos está exento de responsabilidad. La música, como cualquier otra forma de expresión de libertad, es un fenómeno que transforma. Que genera un antes y un después. Somos seres sociales susceptibles que nos aferramos a ideales, pero en la esencia todos necesitamos estar conectados entre nosotros. La música sin duda tiene el poder de conectarnos, de hacernos bailar, sentir, soñar. Ojalá esos impulsos nos hagan ser mejores.
−¿Cómo ha evolucionado el tema original hasta llegar a ser la versión final que se presenta al festival?
−Me emociona la acogida que ha tenido Secreto de Agua. Ahora mismo se pueden encontrar en las plataformas dos versiones de ella. La primera es la que aparece en la cabecera de la serie. Se publicó a mediados de noviembre cuando todavía no sabía ni que existía el Benidorm Fest. La segunda versión ya fue a propósito para el festival ya que, al tratarse de una banda sonora, consideramos que le faltaban ciertos ingredientes que reforzaran su carácter. En todos los trabajos que hago necesito sentirme identificada con el proceso y con el resultado. En este caso, era la primera vez que trabajaba con los músicos de Reseda Media y fue tal flechazo musical que en tres sesiones habíamos dado con las claves del tema. Y es que cuando algo se hace desde dónde se tiene que hacer, llega hasta donde tiene que llegar.
−Tiene estrofas de cante jondo, un estribillo más pop... ¿En qué estilo musical la enmarcarías?
−El resultado, citando las palabras del artista renacentista Miguel Ángel («La escultura ya estaba dentro; yo, únicamente, he eliminado el mármol que le sobraba»): no me preocupan en absoluto las etiquetas. Secreto de Agua es un hibrido que aúna estrofas jondas y misteriosas con estribillos pop y luminosos. Creo que es esa combinación de contrastes la que la hace tan interesante.
−¿Cómo llegó a ti la noticia de que participarías en Benidorm Fest? ¿Qué opinas de este nuevo modelo, más democrático?
−Pocos días después de que se estrenara Lucía en la telaraña en RTVE Play, TVE se pone en contacto conmigo para decirme que han escuchado Secreto de Agua y que les encaja para el Benidorm Fest. Me explicaron que estaban buscando la autenticidad de los artistas y sus temas. En ese aspecto me sentí muy halagada, pero les pedí tiempo para que pensarlo. Desde los 17 años que salí de casa de mis padres no consumo televisión y me sentía algo desvinculada de ella, pero rápidamente me fue llegando la respuesta. Aquello, cuanto menos, supondría un gran reto y por tanto un gran aprendizaje. Además, estaría cumpliendo el deseo de que la historia de Secreto de Agua llegará lo más lejos posible. Finalmente pensé que quizás yo tenía algo que aportar a todo esto.
−¿Qué pasaría si fueras a Eurovisión? ¿Tratas de vivir el momento o has llegado a fantasear con ello?
−Para mí el Benidorm Fest es una oportunidad para que la gente me escuche, me conozca y que mis futuros trabajos sigan ese mismo camino. Si España está preparada para presentarse a Eurovisión con esta canción, yo no voy a ser menos. Es una gran responsabilidad, pero también un orgullo muy grande.
−El flamenco y la música de raíz se fusionan en este gran tema. Es muy diferente de otras propuestas...
−Me extraña que no hayamos explotado el flamenco en Eurovisión. Entre todos los representantes españoles, yo me quedo con Remedios Amaya. Era una propuesta muy auténtica, muy de nuestra tierra y con mucho poderío que quizá no se entendió en ese momento. Creo que el mundo necesita de flamenco y es la fuente infinita de la que siempre quiero beber.
−¿Qué recuerdos tienes vinculados a la música?
−Desde pequeña he entendido la música como algo cotidiano. En mis recuerdos de infancia siempre estaba presente. Mi abuela me cantaba La paloma de Iradier en la cuna. Jugaba en «el cuarto de la música» con mi padre, mi madre tarareando sin cesar. En las sobremesas de fiesta cantaban flamenco mis abuelos andaluces. Mi hermana es soprano lírica y mi abuelo materno era un gran referente: albañil, danzarín, orador y cantor de romances populares. Todo un bagaje de transmisión oral que me ha marcado para siempre.
−Fuiste escenógrafa y vestuarista de teatro. ¿Cómo fue el paso a estar delante de los escenarios? ¿Más o menos en qué año se produjo?
−En los últimos siete años he trabajado detrás de los escenarios ejerciendo de escenógrafa y vestuarista de teatro, al mismo tiempo iba dando pasos en la música. Hasta que el año pasado que dejo las tramoyas para dedicarme de lleno a la música. Y es que cuando me di cuenta de que, de todas las formas de expresión Cantar es con la que me siento más libre, más conectada conmigo misma y con los demás, ya no había vuelta atrás.