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Plácido Domingo el pasado 25 de octubre en el funeral de Fernando Fernández Tapias

Plácido Domingo el pasado 25 de octubre en el funeral de Fernando Fernández TapiasGTRES

Plácido Domingo deja EE.UU. acosado por lo «woke» y vuelve a la España del Gobierno que apoya su persecución

El tenor ha trasladado su residencia a Madrid, finalmente empujado por el clima hostil de la nueva ideología en el país que le acogió con los brazos abiertos hace 30 años

La apisonadora «woke» sigue recorriendo Estados Unidos para dejarlos tan diferentes como para que no los reconozca «ni la madre que los parió», como dijo en su día de España Alfonso Guerra. No sabía el exvicepresidente hasta que punto su afirmación le iba a superar, incluso a él mismo, entonces el epítome del socialismo más radical y hoy, frente a lo que acontece, casi un adalid de lo contrario que no lo es, sino la lacra del sanchismo.

Si el sanchismo es la lacra de España, lo «woke», el #MeToo y adláteres es la lacra de Estados Unidos, la nación antaño acogedora y libre por antonomasia, adonde se fue a vivir uno de los grandes tenores de la historia, el madrileño Plácido Domingo, hace 30 años. Ahora ese tiempo ha pasado, las tres décadas y el momento en que Nueva York acogió al cantante como una madre amorosa para hacerle uno más de sus hijos, según The Objective. La madre hoy es una bruja pérfida de cuento, al más puro estilo, precisamente, de los cuentos clásicos que consideran inapropiados.

«Tribunales ideológicos»

Plácido se va de su ciudad (o de su segunda ciudad) porque las brujas le echan debido a las acusaciones de acoso que nunca se han probado. Pero basta una voz, solo una voz, de mujer ofendida (y repentina, después de años de supuesto silencio) para que sea creída y apoyada por los «tribunales» ideológicos de lo «políticamente correcto», por los que, como es el caso, el ídolo ya no es tal sino un paria, una apestado perseguido hasta la expulsión. Deportado psicológica y distópicamente.

Un sindicato, que no un tribunal, el American Guild of Musical Artists, dijo que era responsable de casi una treintena de abusos sexuales, que el artista negó y ningún juzgado probó. Pese a ello, Domingo aceptó las circunstancias (también pidió de buena voluntad unas disculpas por posibles malentendidos que los acusadores entendieron como una aceptación tácita de su culpa, que luego, ante estas respuestas, el protagonista negó) y asumió el nuevo orden, a fuerza de vetos y cancelaciones artísticas, que le tocaba vivir.

Iceta y la «respuesta penal»

La última de estas asunciones ha sido la de regresar a España, a Madrid, donde nació, lugar donde aquellas acusaciones lejanas encontraron eco en el Gobierno de turno, el actual, cuyo ministro de Cultura anterior canceló actuaciones del tenor y su sucesor, Miquel Iceta, se sumó al rodillo acusatorio a pesar de la falta de pruebas, incluso afirmando que la «conducta» del tenor se merecía «una respuesta penal».

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