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Diego Luna durante su entrevista con El Debate en las Naves del Matadero de Madrid

Diego Luna, durante su entrevista con El Debate, en las Naves del Matadero de MadridJorge Ruiz

Entrevista con el actor mexicano

Diego Luna: «En México se busca la división con España; hay que combatirlo»

Tras saltar a la fama por la película Y tu mamá también y protagonizar Star Wars: Rogue One, el actor mexicano estrena un spin off basado en su personaje, Andor, y se hace con el Matadero de Madrid en un monólogo teatral firmado por Ricaño

Su primer trabajo como actor le llegó cuando contaba tan solo con 8 años. Su padre, Alejandro Luna, es arquitecto y escenógrafo: ha montado la escenografía e iluminación para más de 200 obras teatrales y 20 óperas. Era su padre quien le llevaba al teatro desde pequeño, y así, Diego Luna (México, 1979) creció entre bambalinas, oliendo el dulce olor de las tablas.

Ahora el mexicano cuenta con más de cuarenta películas como actor, más de quince como director y productor y otras tantas series de televisión a su espalda. Su vitrina está llena de premios y reconocimientos que avalan su talento, y se ha puesto a las órdenes de directores como Woody Allen, Alfonso Cuarón o Kevin Costner, trabajando con estrellas como James Franco, Salma Hayek, Tom Hanks o nuestra compatriota Penélope Cruz. Nacido en el estado mexicano de Toluca, con un maravilloso acento que desaparece cuando habla inglés, el actor lleva el arte en las venas, pues además de su padre, es hijo de la artista plástica Fiona Alexander, fallecida en 1982. Ahora, a punto de estrenar el spin off que protagoniza con su personaje de Star Wars, Diego Luna llega a Madrid para estrenar en las Naves del Español de Matadero una obra en forma de monólogo.

Cada vez nos despedimos mejor es una comedia de humor negro sobre el amor, las relaciones contemporáneas, la pérdida, el destino y la necesidad de seguir, siempre seguir, a pesar de todo. Del 25 de junio al 10 de julio podremos ver la habilidad en escena del actor que saltó a la fama en Y tu mamá también y que nos lleva a explorar la galaxia como Andor, pero que, como descubre en esta entrevista exclusiva con El Debate, es un amante irredento del teatro.

Diego Luna durante su entrevista con El Debate en las Naves del Matadero de Madrid

Diego Luna durante su entrevista con El Debate en las Naves del Matadero de MadridJorge Ruiz

–Estrena Cada vez nos despedimos mejor en Matadero. ¿Qué podemos esperar de esta obra teatral?

–Es la historia de amor de dos personajes, Mateo y Sara, durante 20 años. Es una pareja que, como bien dice el título, tiene una incapacidad brutal para despedirse, para dejarse ir. Así que es una historia de encuentros y desencuentros que habla de lo poco preparados que estamos preparados para decirnos adiós cuando tenemos una sola certeza: el amor se acaba. Eso no es debatible. Entonces ¿por qué nos cuesta tanto decir adiós, por qué aflora la peor versión de nosotros mismos?

–¿No es debatible? ¿No hay ningún amor que dure para siempre?

–No. Se acaba y se acaba. Se acaba como la vida misma. Es algo muy shakesperiano eso de que se acabe al mismo tiempo para las dos personas, porque la norma general es que uno se va y el otro tiene que aprender a vivir con ese adiós. En mi vida y en mi experiencia siempre se ha acabado el amor, y estamos muy mal preparados para decirnos adiós. Por eso sale el egoísmo, la violencia, la inmadurez emocional; todo queda expuesto en ese momento. Luego incluso invitamos al Estado a que participe, porque ni siquiera podemos ponernos de acuerdo.

En mi vida y en mi experiencia siempre se ha acabado el amor, y estamos muy mal preparados para decirnos adiós

–La obra tiene también mucho humor. ¿Es la única forma de enfrentarnos a los golpes de la vida?

–Sí, tiene mucho humor: es una comedia muy conmovedora o un drama muy gracioso. Es un espectáculo que hago yo; es un monólogo, unipersonal, pero con un músico en vivo que es un percusionista fabuloso mexicano, que además es un improvisador genial. Se establece un diálogo entre la percusión y mi personaje. Y está cargada de humor porque la risa es la herramienta indispensable para profundizar y tocar emocionalmente al público. Hace que te relajes, que bajes la guardia, y sintonizas con lo sucede: no es lo mismo reírse en público que en comunidad. La risa se contagia y te vuelves parte de una vibración que no te corresponde ya solo a ti. Es un gran vehículo para la reflexión, para la crítica, para para abrirse emocionalmente y para dejarse tocar.

–¿Cómo es trabajar con un texto de Alejandro Ricaño?

–Ricaño es un escrito y un dramaturgo muy fino, tiene un estilo propio. Tiene un una gran elocuencia y se disfruta muchísimo con sus textos, que agradecí primero como público, y por eso me acerqué a él. Me parece de esas voces indispensables del teatro y me da muchísimo gusto estar aquí, en Matadero, y enfrentarme a este público con un texto tan sólido, tan bien escrito. Además la historia de esta pareja nos hace recorrer momentos muy importantes en la historia de mi país, en dos décadas que para mí fueron fundamentales, donde pasé de ser adolescente a ser adulto: un despertar en todos los sentidos.

–¿A qué acontecimientos de México hace referencia la obra?

–Pasamos por el temblor que se vivió en la Ciudad de México en el 85, que fue tremendo y causó muchísimo dolor y pérdida. También por las elecciones fraudulentas... Quien quiera saber más, que venga a verla. Es un bonito viaje por. por una realidad y un país por el que creo que hay mucho interés en España, además de mucha sincronía y muchas conexiones. Creo que el público aquí lo puede disfrutar y agradecer .

–Nos unen muchas cosas, pero el presidente mexicano, López Obrador, está continuamente atacando a España y revisando el «pasado colonial»...

–A mí me parece muy triste que no estemos buscando las coincidencias y encontrando todo aquello que nos une, que nos permite construir juntos. Sí creo que en México hay un interés por profundizar la división; un interés que hay que combatir. Para mí, estar en Madrid y venir a hacer teatro habla precisamente de eso, de un encuentro. Tengo tanto amistades en España como grandes referentes: en el cine pienso en Fernando Trueba, pero también en lo musical. Y la comunidad española en México también ha sido muy importante en mi vida. Hay una historia de intercambio constante y deberíamos celebrar esto en lugar de deternos en lo que nos separa y lo que nos aliena.

El cine te aliena, pero el teatro te recuerda la importancia del encuentro

–De hecho usted defiende que el teatro es un lugar de comunión y de intercambio cultural, es punto de encuentro.

–En el teatro se da un contacto y una relación entre los actores y el público totalmente horizontal, abierta. Intérprete, realizador y creador están completamente expuestos. No es como en las redes sociales, donde el intercambio es mentiroso, poco honesto y nada abierto. Aquí si es de ida y vuelta; aquí la experiencia nos pasa y nos transforma y nos conmueve y nos conecta en una risa. Lo bonito del teatro es que nos recuerda que somos capaces de ese encuentro. Además, es indispensable después de la pandemia recuperar el teatro, este punto de encuentro casi terapéutico, para recordarnos de qué somos capaces.

–Usted ha hecho grandes superproducciones, ha trabajado con Woody Allen, Sean Penn o Tom Hanks. ¿Le da más vértigo el teatro que una superproducción de Star Wars?

–Yo creo que el cine en general te protege de una forma que el teatro no hace. En el teatro la experiencia es con el público. El cine te aliena, pero el teatro te recuerda la importancia del encuentro. En el cine luego no te das ni cuenta de qué es lo que ha pasado de qué has hecho y de a quién le ha llegado. Aquí en el teatro, te enteras de lo que le pasa al público, para bien y para mal. El público se entera de lo que te pasa a ti durante la función, para bien y para mal. Este es un encuentro que nos recuerda qué es lo real, lo tangible, lo que nos pertenece. Es de los regalos más bonitos que me puedes hacer como actor: la interacción con el público.

–Habla con humildad, a pesar de ser una estrella de cine. ¿El teatro le ancla los pies al suelo?

–Repito que el cine a veces te aliena, te lleva a una burbuja que no es real, te desconecta. En cambio el teatro es real, y te recuerda la horizontalidad que tienes respecto al espectador. Uno cuenta historias para contárselas a alguien, ¿no? En el teatro se cierra el círculo.

–Ahora va a estrenar Andor, el spin off de su personaje en Star Wars. ¿Cómo afronta esta etapa?

–Con muchas ganas de que el público la vea y de entender qué funciona y utilizarlo para lo que sigue. Este muy orgulloso de lo que hemos hecho, y más en las condiciones en las que lo hicimos. Fue muy complejo filmar en medio de la pandemia, pero estoy muy contento con el resultado final y con la experiencia y con la familia que construí en ese viaje.

Diego Luna en el papel de 'Andor', el spin off de Star Wars que protagoniza

Diego Luna en el papel de Andor, el spin off de Star Wars que protagoniza

–El guatemalteco Oscar Isaac, el chileno Pedro Pascal, el mexicano Diego Luna... ¿Hay una apuesta por que actores iberoamericanos ocupen papeles protagonistas?

–Pues sí, sin duda. Lo que pasa es que yo siento que las industrias responden al momento, y vivimos en un momento en el que las diferencias cada vez importan menos, las fronteras se borran y todos somos de todos lados. Como dice la canción de Jorge Drexler, «Yo no soy de aquí, pero tú tampoco». Partiendo de ahí nos podemos entender todos, y creo que el cine y el teatro terminan siendo un reflejo de la realidad, también en este sentido.

–Va a estar 15 días aquí en Madrid. ¿Qué espera de la ciudad?

–Estoy emocionadísimo de vivir esta ilusión de la localía por un rato. Dar 13 funciones seguidas aquí significa generar una rutina, generar una rutina en una ciudad que me encanta, en la que he pasado temporadas largas muchas veces en mi vida, por trabajo y por gusto, especialmente con mi padre. Y esto del teatro me emociona, porque estaré aquí todas las noches, yendo a tomarme una cerveza y a cenar, saliendo del teatro y discutiendo cómo fue y qué pasó, y encontrarme con el público aquí, en este espacio. Estoy muy emocionado de vivir esa rutina por un ratito y llevarme eso en el corazón.

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