Más allá de la pista: así es el espectacular montaje del Circo del Sol por dentro

El Circo del Sol vuelve por primera vez desde la pandemia a Madrid con el nuevo espectáculo Luzia, una función que mezcla el folclore y los colores mexicanos con la luz y el agua del país azteca. Un evento donde se utilizan cortinas de agua como herramienta que hace avanzar la función.

Luzia mezcla dos elementos vitales para la vida: el agua y la luz. Un espectáculo onírico que empieza con un paracaidista dando un salto al vacío, hacia un mundo lleno de color y música en el que se refleja el surrealismo mexicano y sus contrastes. Un reflejo muy estilizado tanto de la cultura como de la naturaleza del país, sin caer en estereotipos.

La belleza y el arte son representados a través de los movimientos imposibles de los artistas. La rapidez, la monumentalidad y la lluvia son los principales factores que se representan en la ceremonia. La escenografía consigue fijar en el espectador la grandiosidad de México a través de un viaje a todos los rincones del país: desde el más abrupto desierto pasando por sus ciudades llenas de alegría hasta sus más frondosas selvas, con sus cenotes, sus aves y susanimales más característicos.

Un espectáculo que tardó casi dos años en realizarse después de la presentación de este proyecto por parte de Daniele Finzi Pasca quien ahora lo dirige. El proceso de creación de un espectáculo de tal magnitud presenta muchos pasos y la selección de un equipo adecuado que diese forma a las idea del director.

El Circo del Sol vuelve con fuerza al recinto ferial en el escenario de Puerta del Ángel donde suelen celebrar sus espectáculos en Madrid, tras la pandemia que obligó a detener toda actividad durante la cuarentena. Recobrar el ritmo de trabajo tras el parón supuso un gran desafío y un montón de esfuerzo, comentan los trabajadores del Circo, sin embargo una vez puesta en marcha la maquinaria, todo fue más sencillo. Su primera parada es en Madrid donde estarán hasta enero, después de su estancia en la capital, viajarán a Sevilla antes de abandonar tierras españolas y asentarse en Austria.

A cada función podrán acceder hasta 2.600 personas, el aforo con el que cuenta el recinto. El espectáculo estará en la Gran Carpa del Circo del Sol, en Madrid, durante todo el periodo navideño, hasta el 8 de enero de 2023.

EL DEBATE ha podido hablar con varios profesionales del Circo del Sol que nos han contado su experiencia trabajando en esta mítica compañía.

Sarah es acróbata, siempre quiso pertenecer a este espectáculo circense y desde muy joven se preparó para ello. Ahora protagoniza junto a dos compañeras uno de los números más especiales de Luzia.

–¿Cuál ha sido tu recorrido como artista hasta llegar al circo?

–Yo vengo de una familia de acróbatas del circo tradicional. Empecé a entrenar desde los ocho años y a formarme en los escenarios desde los quince. Este es mi primer año con el Circo del Sol y es mi tercer año como acróbata profesional.

–¿Cómo es la vida ambulante?

–Muy interesante. Tenemos mucha suerte porque este estilo de vida nos permite tener la oportunidad de conocer distintas ciudades muy bonitas cada poco tiempo. También hay cosas complicadas como la sensación de no pertenecer nunca a un lugar, pero aun así, es una suerte poder trabajar en esto.

–¿Cuál es tu especialidad dentro del circo?

–La rueda, que es una especialidad bastante nueva. Se trata de un aro con el que realizo acrobacias y danza. En este show somos dos, nos llamamos «las Chicas del Aro» (dice entre risas). Además, en el número participa también una compañera que está en el trapecio.

–¿Cómo ha sido tu experiencia hasta ahora?

–Es increíble. Nos tratan súper bien, tenemos las mejores condiciones para hacer un trabajo espectacular, contamos con fisioterapeutas que están listos para ayudarnos en todo momento, las chicas que se ocupan del vestuario son muy buenas, el espacio que tenemos para entrenar es increíble. Me siento muy afortunada por todo esto.

Fue difícil porque todo se detuvo. Este era mi sueño, estar aquí, en el circo. Cuando llegó el parón de la cuarentena pensé que ya no tendría la posibilidad de participar en el Circo del Sol.Sarah, artista del Circo del Sol

–¿Cómo vivisteis la situación después de la pandemia?

–Fue difícil porque todo se detuvo. Este era mi sueño, estar aquí, en el circo. Cuando llegó el parón de la cuarentena pensé que ya no tendría la posibilidad de participar en el Circo del Sol. Al final, cuando me llegó el contrato y supe finalmente que el circo se reabría, me sentí muy afortunada.

–¿Qué aporta tu número a Luzia?

–Es durante nuestra actuación cuándo se ve la lluvia por primera vez dentro del espectáculo. Se crea un momento muy especial entre el público y nosotros. Es como que se para todo por un segundo, el público se queda aturdido por la lluvia. Se siente su energía y se convierte en un momento muy bonito del show.

El mexicano Gerardo Ballester es el encargado de liderar las coreografías de los títeres que aparecen en escena. Él y su equipo dan vida a los animales que aparecen en los diferentes actos.

–¿Qué podemos esperar de esta función?

–Los primero es invitar a las personas a que vengan a disfrutar de este espectáculo que habla de la lluvia y la luz de México. Yo creo que ver un espectáculo que relata el realismo mágico mexicano, se vuelve algo muy interesante y espero que eso genere mucha curiosidad en la gente. ¿Qué se puede esperar? Un espectáculo hecho con mucho amor, con un proceso largo de creación, pero cobijado por una empresa que es tan grande que hace que todos los que participamos en la creación, en lo que cada uno nos tocó y en el ejercicio diario de hacer este espectáculo, sea disfrutable en todos los sentidos.

–Es la primera vez que utilizáis cortinas de agua en un espectáculo. ¿Cuál ha sido el mayor desafío que habéis tenido?

–El mayor desafío es ver este artefacto tan mágico concebido como una idea muy simple, pero que tiene una complejidad técnica tan asombrosa que genera, no solo expectación, sino mucha emoción. Esta cortina de agua es parte de la simbología de este espectáculo. Un espectáculo que es fijo; Luzia se enfrenta a ese reto, con tantas variantes, de poderlo hacer de manera itinerante. A veces las cosas se ven muy sencillas, muy mágicas, pero el truco para que todo esto funcione no se percibe fácilmente. Luzia además de este viaje a través de México es como una pequeña gran caja musical que se abre y va desvelando todas estas sorpresas. El reto ha sido complicado, hay muchísima gente encargada de montar y desmontar y de que todo funcione, y afortunadamente el resultado es muy bueno.

–Y respecto a los títeres animales. ¿Cómo habéis conseguido darles vida?

–Me siento muy afortunado de hablar de esto porque es el área que puedo encabezar. Como sabemos, el Circo del Sol nunca ha tenido animales antes. Cuando empezó, fue como algo con lo que se caracterizaba a los actores. Sin embargo, ahora empieza haber una reinserción de estos animales, evidentemente son títeres, tratamos de que este guiño se cumpla y de que cobren vida dentro del escenario. La convivencia entre los seres humanos y los animales es muy importante. Aquí lo que vemos es la relación entre ellos: el animal siendo animal, el animal no humanizado dentro de esta cosmogonía donde todo es posible y todo está como en armonía. Hubo una investigación detrás de todo esto, particularmente en el Jaguar. Hay una documentación para que los movimientos de los animales fueran lo más realistas posibles dentro de las posibilidades de un títere en un escenario.

–¿De cuántos títeres disponéis?

–Son aproximadamente como unos siete en escena, alguno parte de la figuración y del ensamble de todo el espectáculo. Pero los dos principales son un caballo de metal que simboliza un tren de la Revolución Mexicana, que es con el que se abre el espectáculo y el otro un jaguar que es parte del número de las cintas. No cuento más detalles para que la gente venga y se sorprenda con ello.

El vestuario en Luzia es particularmente importante, tanto a nivel artístico, porque juega mucho con la luz y con los colores que deben ser llamativos para conseguir reflejar la gama de tonos de cada número, como a nivel práctico ya que interactúan con el agua. Los colores de México son representados de forma muy sutil, sin caer en la trampa de mostrar el popurrí y la saturación de colores con los que se suele asociar a México.

–¿Cómo es el proceso de trabajo del vestuario?

–Todo el vestuario se crea en Montreal y lo recibimos aquí. Nosotras lo que hacemos en este departamento es recibir a los nuevos artistas y enseñarles el maquillaje, el vestuario y hacer todos los arreglos para todo esté listo para el próximo espectáculo.

–¿Qué relación tiene el vestuario con la nueva función?

–Como el resto del show está inspirado en México. La relación se puede intuir en los colores, por la luz que transmite. Contamos con trajes con espejitos que interactúan mucho con la luz. La naturaleza está muy presente en el vestuario: tenemos trajes de cactus con flores y de todos los animales que puedes encontrar en México.

–¿Con que materiales trabajáis?

–En general trabajamos con materiales naturales tipo algodón o lino. En este espectáculo en particular, como hay lluvia tenemos bastantes materiales tipo poliéster para que sequen rápido y estén listos para la siguiente función. Además, los zapatos tienen una suela adaptada para que no resbale. De hecho, el escenario también está hecho de tal manera que sea como el papel de lija para que los artistas no deslicen cuando el escenario esté mojado.

–¿Acompañáis al Circo del Sol en todos sus viajes?

–Sí. Somos un equipo de cuatro personas que siempre está de gira junto a este espectáculo en particular. Luego contamos con otras cuatro personas de más, en cada ciudad que visitamos, que vienen a reforzar el equipo.

Luzia es un homenaje a México, una fiesta para los sentidos conseguida a través de la luz y el agua, muy cuidada, alejándose de cualquier cliché. Un espectáculo que busca profundizar y conectar al público con la belleza, el arte y la naturaleza del país.