Polémica en el teatro de La Abadía: Vox pide a Ayuso que retire 'Altsasu' por «blanquear el fanatismo del odio a España y la Guardia Civil»

En la madrugada del 15 de octubre de 2016, se produce a las puertas del bar Koxka, en Altsasu (Navarra), un altercado en el que se vieron implicados varios vecinos del pueblo, dos agentes de la Guardia Civil y las parejas de estos. El resultado fue de dos detenidos y un tobillo, el del teniente, roto. En menos de 24 horas Altsasu se convierte en un plató de televisión y en menos de un día y medio el caso es un asunto de Estado. Los denunciantes se niegan a declarar ante la Policía Foral, algo que sí hacen ante sus compañeros de la Guardia Civil.

Esta es la sinopsis de la obra de teatro Altsasu, de María Goricelaya, que se estrenó en el Teatro Arriaga de Bilbao en 2021 y que ahora ha programado el madrileño Teatro de la Abadía, con fecha de estreno el 18 de enero. Sin embargo, el anuncio ha provocado un debate, entre otras cosas por el origen de la financiación del mencionado teatro: en su apartado de transparencia, comunican que reciben de la Comunidad de Madrid 1.750.000 euros; del Ministerio de Cultura (I.N.A.E.M.), 409.314 euros, y del Ayuntamiento de Madrid, 50.000 euros.

Es por este motivo por el que hace tres semanas, la diputada de Vox Ana María Velasco cuestionó en la Asamblea de Madrid la legitimidad de programar una obra que cuestiona en su misma sinopsis el fallo de la Audiencia Nacional, por el que se produjeron ocho detenciones en Alsasua. «El juicio es seguido con expectación en todo el estado español por lo que puede significar de cara al recorte de las libertades y el abuso de la expresión 'terrorista' que impulsa la Fiscalía», reza la sinopsis.

«Puro adoctrinamiento nacionalista»

El Debate se ha puesto en contacto con Velasco, que confía en que haya tiempo de «rectificar» lo que considera un ataque directo a las víctimas del terrorismo –ella misma lo es por ser hija del comandante de Caballería y jefe del Cuerpo de los Miñones de Álava Jesús Ignacio Velasco, asesinado por ETA el 10 de enero de 1980–, por no hablar de un ataque al mismo Estado de derecho.

«Señor consejero, usted y todos los que estamos en esta sala sabemos muy bien que si hay un estamento que ha sufrido el ataque del terrorismo de ETA, ese ha sido el de la Guardia Civil; usted sabe, como lo sabemos todos, que, si hay un estamento que se ha sacrificado en la defensa de la Nación española y de sus libertades, ese es el de la Guardia Civil, de cuyo espíritu de servicio y abnegación nadie duda, al menos –creo– entre los españoles representados en esta Cámara. Sin embargo, hay ciertos lugares en los que se les ha asesinado, se les odia, se les difama y se les sigue persiguiendo y acosando», afirmaba Velasco en la Asamblea el pasado 7 de diciembre, dirigiéndose al consejero de Turismo, Cultura y Deportes, el popular Mariano de Paco.

«Por eso me produce un profundo dolor que, con el apoyo de su Consejería, el próximo 18 de enero se estrene en los Teatros de la Abadía una obra de teatro que justifica las agresiones que sufrieron dos guardias civiles y sus novias en Alsasua y que es puro adoctrinamiento nacionalista, que cuestiona la Justicia, y que realiza un juicio paralelo de unos hechos sentenciados por los tribunales. Esto mismo lo denunció su concejal en Vitoria, Ainhoa Domaica, hace ahora dos años, cuando acusó al alcalde del PNV de adoctrinar a la sociedad con el dinero de todos. Exactamente lo que van a hacer ustedes», continuaba, haciendo referencia a la intervención que tuvo lugar en noviembre de 2021 en el Ayuntamiento vitoriano.

«Señoría, no sé si se empeñan en mantener en cartel esta obra por convicción o por soberbia. Espero que no sea por convicción. En cualquier caso, les pido que rectifiquen porque nuestra querida Guardia Civil, ni nadie que tenga un mínimo de sensibilidad o empatía con el terrible acoso que ha sufrido y que sigue sufriendo, precisamente en lugares como Alsasua, se merece semejante agravio. Se lo repito, por respeto, por dignidad, por agradecimiento hacia tantos españoles, hacia tantos guardias civiles, que han entregado sus vidas en defensa de España frente a ETA, no persistan en su empecinamiento, porque si lo hacen, estarán cometiendo una inmensa villanía», cerraba su intervención.

Estrategia de acoso contra la Guardia Civil

Tanto el consejero como el director general de Promoción Cultural, Gonzalo Cabrera, ofrecieron una «respuesta insuficiente» a la petición de Velasco. «El cuartel de la Guardia Civil de Alsasua lleva sufriendo atentados, acoso y ataques desde hace años. Cada agosto, los batasunos de la localidad organizan el denominado Ospa Eguna (Día del adiós), una jornada dedicada a realizar actividades que humillan y denigran a los efectivos de la Guardia Civil, al grito de '¡Fuera de aquí!», expresa Ana Velasco a este periódico.

La diputada de Vox ve en estos actos, y en la programación de la obra de teatro Altsasu, una «estrategia de acoso contra la Guardia Civil», ya que la obra cuestiona los hechos acontecidos en 2016 a pesar de que fueran juzgados por la Audiencia Nacional. «No sólo estigmatiza, sino que reduce un delito probado (hubo penas de entre 12 y 13 años de cárcel para los responsables) a una simple pelea de bar, obviando que hay una sentencia de los tribunales por un delito de odio», continúa Velasco, para quien esta obra trata «blanquear el fanatismo del odio a España y la Guardia Civil».

Tanto para Gonzalo Cabrera como para Mariano de Paco se trata de «una ficción». El consejero afirmó que la Comunidad de Madrid siempre estará «al lado de las fuerzas de seguridad del Estado y de las víctimas del terrorismo», y centró su discurso en la defensa de la libertad: «Este Gobierno va a estar siempre al lado de la libertad, de la libertad de expresión, de la libertad creativa y de la libertad del público para elegir el lugar donde quiere ir a ver, de la misma manera que este gobierno va a estar siempre al lado de los creadores que están al frente de los centros de creación».

Sin embargo, Ana Velasco –hija también de Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación de Víctimas del Terrorismo–, disiente: «Uno no se puede escudar en la libertad de expresión para blanquear el terrorismo. No se pueden plantear las dos 'versiones de la historia', para que cada uno elija, como si víctimas y verdugos fueran iguales. En el terrorismo no hay dos versiones», expresa contundente a El Debate.

Por su parte, Cabrera, a pesar de reconocer que no había visto la obra, mostró su confianza en que esta tendrá la «excelencia artística» que caracteriza a toda la programación del Teatro de la Abadía y defendió que en Madrid «no hay censura» y hay que «respetar la libertad» de los creadores. Además, comparó la obra de María Goiricelaya con el libro Patria, de Fernando Aramburu, intentando poner ambas creaciones en el mismo plano, «como si fuera lo mismo una obra que blanquea las actuaciones del entorno de ETA y que tacha de 'desproporcionada' a la Justicia que se representa en un teatro subvencionado por todos los madrileños que una obra literaria llevada a cabo de forma privada», continúa la diputada de Vox.

Para Velasco, tanto el consejero de Cultura como el director general de Promoción Cultural están «actuando con soberbia», mientras que para ella se trata de «una cuestión moral, de decencia» y cree que están «a tiempo de rectificar»: «Lo que más nos extraña es la falta de coherencia del Partido Popular, o la falta de coordinación entre sus miembros. En 2021 condenaron esta obra de teatro, y ahora la programan en un teatro subvencionado con dinero público. En la Comunidad de Madrid gobierna el PP, ¿cómo es posible que apoyen el estreno de una obra como esta?». Ana Velasco afirma que la cultura es libre, pero también conoce que «a través de la cultura se manipula y se da forma a la opinión pública».

Para ella, hija de un comandante asesinado por ETA y de su viuda, que fundó la Asociación de Víctimas del Terrorismo y ha sufrido la persecución toda su vida, es una cuestión esencial. «Esta es mi realidad. Por eso tengo una sensibilidad lógica y natural. Esa ideología, esa mentalidad de que la Guardia Civil merece ser odiada, está en el germen de todo lo demás... Están fomentando el odio», concuye.