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El director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico Lluís Homar

El director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico Lluís HomarGTRES

El silencio del Gobierno y «la cultura» ante los escándalos de Lluís Homar y la Compañía de Teatro Clásico

El director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) acaba de ser renovado por la directora del INAEM, recientemente nombrada por Urtasun, a pesar de las denuncias

Es un misterio, o más bien no, que el actor y director teatral Lluís Homar, nombrado en 2019 director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) sin la formación requerida para el cargo, haya sido renovado en el mismo por la, a su vez, recién nombrada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, directora del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Paz Santa Cecilia.

El hilo no parece requerir de demasiada investigación. Según publicó El Mundo el pasado viernes «el sindicato CCOO denuncia 'una serie de irregularidades' en el funcionamiento de la CNTC, siendo la más grave 'un clima de violencia laboral que tiene que ser atajado con medidas urgentes'. También refiere 'una denuncia firmada por 17 técnicos de la cual no se ha producido ninguna investigación' en el seno de la compañía».

En otros casos no hay silencio

El pasado abril la Fiscalía de Madrid presentó una denuncia contra el director de teatro Ramón Paso, bisnieto de Enrique Jardiel Poncela, a instancias de 14 denunciantes, por presuntos delitos sexuales que habría cometido contra varias mujeres entre 2018 y 2023. La obra de Paso que se estaba representando, Jardiel enamorado, fue suspendida. El actor protagonista, Pepe Viyuela, fue el primero que abandonó ese barco:

«No tengo tripas de seguir, me pongo del lado de las víctimas», dijo el cómico sin conocer nada más que la denuncia y sin prueba en contra alguna. Una decisión contraria a la que tomaron las socias de la compañía teatral de Paso y otras trabajadoras de la misma, todas ellas mujeres. «Ramón tiene que aclarar muchas cosas», dijo Viyuela poniéndose del lado de la acusación sin contrastar dicha acusación, pasando por encima de la presunción de inocencia.

La mismísima vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, también se manifestó a favor de la decisión de Viyuela. «Gracias, Pepe Viyuela por ser ejemplo de cómo se debería de actuar ante denuncias tan graves. Hay un lado correcto en la historia y siempre es al lado de las víctimas. Hay que acabar con el compadreo que los hace sentir impunes».

«La cultura» y el Gobierno se pusieron del lado de las denunciantes y en contra de Paso sin juicio previo. Pero ambos callan ahora en el caso de Lluís Homar, protegida su designación pública a pesar de las citadas irregularidades (horarios abusivos, pagos indebidos y condenas firmes tras las denuncias de los trabajadores) incluso después de haber reconocido que cobró hasta 50.000 euros por codirigir tres obras de teatro que nunca codirigió, además de otra serie de cobros, como actor, para un cargo que requiere de dedicación exclusiva, según destapó la actriz y directora Marta Poveda.

La única acción que el Gobierno ha tomado al respecto es decirle a Homar que no actúe mientras esté en el cargo a partir de 2025. Lo demás es todo teatro. Homar ha estado cobrando por adaptaciones e interpretaciones al margen de su puesto durante estos años sin ninguna consecuencia laboral, ni pública, ni política. Y sin ninguna manifestación en contra de «la cultura» por unos hechos probados.

No ha sucedido esto con Ramón Paso, suspendida su obra y «cancelado» públicamente por esa misma «cultura» sin unos hechos probados: la ideología y el sectarismo habituales de los nuevos «jueces» de la cultura que callan ante el «abuso de poder» (un director que se adjudica papeles protagonistas por los que cobra aparte de su sueldo público) demostrado y continuado, además de las irregularidades laborales producidas bajo su dirección, y no mantienen el debido silencio ante muy graves, pero aún presuntos, delitos sin juzgar por los que dictan «sentencia» inmediata.

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