El orgullo español de Jon Rahm, el golfista que aceptó que sí era el nuevo Seve Ballesteros
Celebró la Ryder Cup con la bandera de España y apeló al recuerdo del cántabro, del que ya hereda el liderazgo en el golf mundial
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Engalanado con la bandera de España para celebrar su segunda Ryder Cup, Jon Rahm dio en la competición más prestigiosa del mundo del golf otro enorme salto en su carrera, esa que crece de forma rápida y exitosa para convertirse ya en una de las principales figuras del deporte español.
Rahm, que solo tiene 28 años, tiene ya dos Ryder Cup y dos 'grandes', el US Open en Estados Unidos (único español en conseguirlo en 123 años de historia) y el Masters de Augusta, conseguido en 2023, año en el que se ha convertido ya en una figura internacional. Porque Rahm es ya un deportista con gran cartel mediático fuera de España.
Es quizá más valorado fuera de nuestras fronteras que dentro, especialmente en Estados Unidos, donde el golf es todo un fenómeno de masas y país en el que se crío deportivamente (estudió en la Universidad de Arizona, que cuenta con una de las principales academias de golf de EE.UU.). En España el golf no goza de ese contenido mediático diario y tampoco de un interés en el seguimiento a pesar de ser uno de los tres deportes más practicados en nuestro país.
La Ryder Cup es un torneo colectivo, la suma de varios golfistas, pero Rahm en esta edición destacó por encima del resto. Lo hizo con una actuación estelar apareciendo en los momentos más relevantes del fin de semana. Tuvo cuatro duelos: ganó dos y empató otros dos. Y firmó un hecho nunca antes visto en la Ryder: dejó por primera vez en la historia de la competición sin ganar al número 1 del mundo, en este caso el estadounidense Scottie Scheffler.
Ese liderazgo en Roma cómo Europa arrolló a Estados Unidos ha vuelto a reforzar la figura de Rahm, que en este 2023 no ha esquivado lo que el mundo del golf y el deporte en España en general le puso como coletilla: heredero de Seve Ballesteros. Ganó el Masters de Augusta, fue número 1 del mundo y ahora conquista su segunda Ryder Cup, ya que estaba en el equipo europeo del año 2018. Pero esta tiene mejor sabor, porque ahora la gana siendo él protagonista, tirando del equipo europeo en cada una de las tres jornadas.
Esa figura de Ballesteros la tiene muy presente Rahm, español también de padres ante la confusión que produce su apellido. Acérrimo seguidor del Athletic, a Rahm le cambió la vida deportiva cuando vio ganar a Seve la Ryder Cup de 1997, aquella que se celebró en España por primera y única vez –en el Club de Golf Valderrama–y en la que Seve (que era el capitán de Europa) hizo magia, momento de mayor apogeo de este deporte en nuestro país.
Severiano Ballesteros es un deportista que quedó para siempre en el recuerdo de todos los españoles. Murió hace ya 11 años, pero todos le tienen presente. Así se vio en la propia Ryder, con un precioso homenaje de los que más valen, por parte de la afición. «Me he acordado de él (por Seve) toda la semana, especialmente al final», reconocía Rahm tras ganar la Ryder: «Es el espíritu que mueve a este equipo, el de no rendirse, agarrarse a él e intentar sacar todos los puntos».
Eso lo inculcó Ballesteros en el golf y eso lo recoge ahora Rahm, su heredero natural, un hombre que no esquivó la responsabilidad de ser el nuevo Seve y tampoco ocultó a España en la celebración de la Ryder. Cogió la bandera nacional, enseña que se puso para levantar el trofeo, el momento que más fotos produce.
«Ha sido una Ryder diferente para mí, en la que se me veía como líder», reconoció Rahm ya con el triunfo celebrado, una victoria mucho más cómoda de lo esperado. Él fue la cara de la victoria final de Europa y confirmó lo que reconoce el propio Rahm, que es líder. Y algo más: es el Seve Ballesteros del siglo XXI, aunque para que así sea también tiene que mantener este gran nivel en el golf mundial.