El camino a la gloria de Topuria, el campeón de las artes marciales mixtas que representa a España con orgullo
Con una historia impresionante, este hispano-georgiano entra ya en el selecto club de los grandes del deporte español, del que también es pionero
El orgullo español de Topuria con beso a la bandera tras ser el nuevo campeón de la UFC
Ilia Topuria transmite paz y tranquilidad cuando uno le ve andar y conversar, algo que choca radicalmente con su profesión. Se dedica a las artes marciales mixtas, una disciplina en la que los luchadores se encierran durante veinticinco minutos a ver quien aguanta más. Topuria es en eso ya el campeón del mundo, concretamente de la categoría de peso pluma de la UFC.
Este hispano georgiano nacido en Alemania ha hecho historia. Campeón del mundo de las artes marciales mixtas, un deporte que en España muy pocos conocían antes de este domingo. De ahí que lo hecho por Topuria sea poco menos que una gesta y que entre en el selecto club de los grandes del deporte español y también en el de los pioneros de nuestro deporte, algo que parece difícil en 2024, pero que todavía puede ocurrir. Ilia abre camino en una disciplina sin tradición ni historia en España. Inventa un deporte en nuestro país.
Desde los 15 años en España (se instaló en Alicante), Topuria es un ejemplo de cómo te puedes integrar en este país viniendo de otras partes del mundo y además sentirse orgulloso por ello. «No sabemos lo afortunados que somos de poder disfrutar del tesoro que nos regaló Dios que es España», dijo hace unos días. También recuerda que «yo vivo en España, mi casa está en España, mi familia vive en España» por lo cual «si hubiera una revolución en el mundo, ¿qué lugar del mundo defendería? España, mi casa».
Con su bandera de Georgia y su bandera de España, Topuria hizo historia en Estados Unidos. En el combate el ya campeón del mundo abandona su calma y se transforma en un luchador implacable, canalizando mediante el deporte todos los reveses que ha sufrido en la vida. Desde pequeño se aficionó por deportes fuera de lo convencional. Criado en una ciudad que quedó arrasada en la II Guerra Mundial, y teniendo que viajar de un lado a otro durante su infancia, su carácter le llevó a optar por deportes de lucha, dirigiendo sus impulsos a la práctica deportiva.
En Halle, donde nació, estuvo hasta los siete años. A los cuatro ya empezó a practicar judo. Luego se tuvo que mudar a Georgia, el país natal de sus padres, pero tras apenas un año ellos se mudaron a España e Ilia se quedó solo, junto a su hermano Aleksandre, cuando uno más necesita compañía. Así que se metió en gimnasios. Primero practicando kyokushinkai, un estilo de kárate, y posteriormente lucha grecorromana.
A los 15 años abandonó Georgia y viajó hacia España para volver a reunirse con sus padres. Llegó a Alicante sin saber el idioma, sin amigos, por lo que volvió a refugiarse en el gimnasio, que a estas edades funciona más como una salvación de lo que hay ahí fuera que como un centro deportivo. Se metió a kárate, pero eso no le acababa de llenar por dentro. Acabó optando por las artes marciales mixtas, aunque combinaba las competiciones con trabajos de auxiliar de seguridad, cajero en supermercado y portero. Se ha criado deportivamente desde abajo. Ha sido una lucha más allá del combate en cuestión.
Con una historia impresionante, este domingo se plantó en Estados Unidos para hacer historia. Se midió a Alexander Volkanovski, una leyenda de este deporte. Nadie fue capaz de arrebatarle el cinturón... hasta que llegó Topuria. Y lo hizo como lo prometió: dijo que lo tumbaría en el primer asalto o como muy tarde en el segundo y cumplió su promesa. Un KO le dio la victoria tras arrinconar a Volkanovski, al que acabó mandado a la lona.
Ahora mira a cosas más altas. Reta a nada más y nada menos que Conor McGregor, el hombre más icónico de la historia de las artes marciales mixtas, todo un personaje mundial. Y quiere defender su título de peso pluma de la UFC en el Santiago Bernabéu, el año que viene. Dice que tras eso ya no hay más. Topuria ha entrado en la historia. Lo hace por la puerta grande.