Nadal roza la gesta, pero termina cayendo y deja su retirada en manos de Alcaraz
El balear cae ante Botic van de Zandschulp en el primer partido de la serie y España está obligada a ganar los dos próximos duelos
La oda a Rafa Nadal de Roger Federer con motivo del 'último baile' del manacorí como profesional
Emociones de todo tipo es lo que provoca ver a Rafa Nadal en una pista de tenis. Lágrimas, euforia, alegría, tristeza. La mayor leyenda del deporte español se está despidiendo y toda España quiso vibrar con él en el que ha podido ser su último partido como profesional. Botic van de Zandschulp fue el invitado a esta fiesta y se encargó de amargarla imponiéndose por 6-4 y 6-4 ante un Rafa falto de chispa.
Merecía intentarlo Rafa Nadal, su figura va mucho más allá de una Copa Davis que España tendrá infinidad de oportunidades para ganar y además había dado un gran nivel en los entrenamientos. Cierto es que en el partido no pudo trasladar sus sensaciones positivas y el tenista neerlandés tampoco le dio opciones. Nadal lo intentó todo y cayó con honores, pero los años pasan para todos y su cuerpo está demasiado castigado por las lesiones.
El ambiente era más propio de un partido de fútbol que de uno de tenis. Ni siquiera la Copa Davis en sus mejores momentos registró los decibelios que hubo en el Martín Carpena para llevar en volandas a Rafa Nadal. La gente quería ver a su ídolo y David Ferrer lo alineó para este primer partido después de haberle visto entrenar a gran nivel durante la semana pasada. La competición es otra historia y pronto se vio que el físico ya no le respeta.
Tiró por tanto de garra y de coraje para intentar responder al tenis plano y directo de su rival, que no hizo un solo gesto durante el partido. Frío como el hielo, como si la cosa no fuera con él. Choque de estilos y también de personalidades en un partido donde Nadal comenzó mandando con su saque y Botic le iba igualando con el suyo, aunque cerca estuvo de liarse con tres dobles faltas y ceder su servicio a las primeras de cambio.
Nadal evitaba los intercambios
Por mucho que de apariencia el neerlandés lograra dar la impresión de que no le pesaba el escenario, esas primeras dudas evidenciaron que no era un partido fácil para él. Nadal no hacía buen tenis, pero sin hacerlo ha ganado infinidad de encuentros y hasta títulos, por lo que nadie podía descartarlo. La cosa es que al balear le costaba un mundo sacar adelante sus servicios, mientras que Botic no tardaba ni un par de minutos.
Se mascaba la rotura en favor del neerlandés que iba creciendo en el partido a medida que pasaban los minutos y el público perdía fuelle junto a Nadal. Llegó en el peor momento, con el 4-4, tras un juego donde el español cometió varios errores, y que puso a Botic en disposición de sacar para apuntarse la primera manga, algo que hizo sin problemas.
Le tocaba a Nadal remontar y hacer una de las suyas, aunque no lo hace en pista rápida al mejor de tres sets desde el Masters de París en 2020. Un dato desolador que dejaba claro lo difícil que estaba el partido. Peor se puso cuando nada más empezar el manacorí perdió su saque y se le puso el partido todavía más cuesta arriba. Botic, 80 del mundo, se estaba gustando y Nadal no encontraba fisuras en su tenis.
De hecho, el neerlandés encontró otro break más para ponerse 4-1 y dejar el partido visto para sentencia. Fue ahí cuando Nadal reaccionó y dejó claro que iba a tener que ganarle dos veces porque su piel no la vendía tan barata. Recuperó uno de los quiebres e incluso estuvo cerca de igualar el set. Se lo impidieron los cañonazos de Botic pero, como siempre ha hecho, luchó hasta la última bola y creyó en la remontada hasta el final.
No obstante, la carrera de Nadal todavía no ha terminado. Todavía España puede remontar la serie y pasar a semifinales. Todo está en manos de Carlos Alcaraz, que se medirá a Tallon Griekspoor para forzar el dobles decisivo y seguir soñando con que Rafa cuelgue la raqueta con un último título. La ensaladera todavía es posible.