Jorge Garbajosa: «Lorenzo Brown se arriesgó a perder su nacionalidad por jugar con España»

Jorge Garbajosa recibe a El Debate en su despacho de la Federación Española de Baloncesto. Preside la mesa donde se hace la entrevista la copa de campeones de Europa que, tal día como hoy hace dos meses, levantaba una selección en la que poca gente creía, pero que estaba capitaneada por un líder indiscutible como Sergio Scariolo. Alguien a quien el propio Garbajosa sufrió y disfrutó como entrenador y con el que goza como presidente. La historia de un pupilo y maestro cuyos caminos siempre estuvieron unidos bajo el cordón umbilical del baloncesto, algo con lo que nuestro entrevistado disfrutaba en el parqué y que ahora sufre desde el palco.

– Se cumplen dos meses de la consecución del Europeo, tiempo suficiente para hacer un pequeño balance de lo que fue esa victoria.

–Sí. Le hemos dado muchas vueltas, pero no por regodearte en el éxito, sino por porque muchas veces la victoria te tapa a veces lo que se ha podido hacer mal. Pero al final la sensación que queda es de haber hecho algo histórico. Lo dije en su momento, fruto de la euforia, pero lo mantengo dos meses después. Conseguimos una de las mayores gestas de la historia del deporte al ganar el Eurobasket con mayor nivel deportivo de la historia.

Conseguimos una de las mayores gestas de la historia del deporte al ganar el Eurobasket

–¿Se imaginaba usted que podría llegar a conseguirse esta gesta?

–Esto es como el chiste del reloj (risas). De repente te levantabas un día diciendo «Uf, esto es muy difícil, hay que mantener las expectativas en su justa medida» y otro día te levantas y dices «¿Y si es que sí?». Nosotros teníamos claro que el partido de octavos era clave clave, no solo en el clasificatorio, que es obvio, sino a nivel incluso de autoestima al enfrentarnos al grupo de la muerte. Ganar aquel partido a base de épica y con una prórroga creo que fue el espaldarazo definitivo para verlo como una posibilidad real, pequeña pero real.

–¿En qué cree que se basa el éxito cosechado en Berlín?

–Hay mil razones. Yo siempre digo que no me arrepiento de nada, porque cuando consigues un éxito, hasta el error te ha llevado a ese punto final del camino. Pero si hay que resumirlo diría que el compromiso con el proyecto.

–El que poca gente confiara en esta selección, ¿fue una motivación extra?

–Es normal que hubiera dudas. Cuando llega un equipo inexperto donde muchos de esos jugadores no habían competido nunca en un campeonato como este pues es normal que en la gente se generen dudas. ¿El equipo se hizo fuerte a través de esas dudas y tuvo un punto de auto reivindicación? Pues posiblemente sí, pero yo no quiero caer en la crítica fácil.

–¿Hubo algún momento en el que dijo «nos volvemos para España»?

–Estos campeonatos son curiosos porque son relativamente cortos, pero se viven en una montaña rusa de emociones muy complicadas. La noche de Bélgica fue difícil. Esas cuantas horas como dirigente hasta que llega el siguiente partido son complicadas de gestionar.

Scariolo es el seleccionador perfecto. Tiene una gran capacidad de empatizar con el jugador sin perder nunca la jerarquía

–¿Alguna manía confesable que hiciera en el Europeo y que sea ya una tradición?

–Alguna más de la que me gustaría (risas). Por ejemplo, en la primera ronda, que solemos ir vestidos más informales, con un polo, pues lo mantengo siempre y además evito hasta lavarlo si hemos ganado. Si hemos perdido, me lo cambio. Otra es que cuando vamos ganando y nos están remontado me ato y desato los cordones. Se vive mucha tensión.

–¿Qué pensó de la polémica que se levantó con la nacionalización de Lorenzo Brown?

–Es que fue una polémica para mí absolutamente ficticia. Como gestores del deporte tienes que gestionar, con la máxima frialdad, emociones de las personas. Con lo que yo no puedo estar de acuerdo nunca, no lo estaré, y no tengo problema en decirlo, son con las opiniones banales de barra de bar. Cuando tomo una decisión y la asumo en su totalidad, esté la gente o no de acuerdo es por el bien del baloncesto español, que es mi responsabilidad. ¿Que haya gente que no le guste? Ya lo sabía que iba a pasar, pero esos argumentos tan ridículos como que es que le quita el puesto a otro no es verdad. En estas ventanas de clasificación, en los Eurobasket y en el Mundial del 2019 creo que más de 40 jugadores han debutado con la selección. Yo creo que es la época en la que la selección está más abierta a todos.

–¿Entiendo que lo volvería a hacer?

–Lorenzo Brown ha tenido uno de los mayores compromisos que yo he visto nunca. Alguien que se arriesgó a perder hasta su nacionalidad por jugar con nosotros. Además, ha quedado demostrado que aportó un gran valor. El argumentar que no se ha formado en España me parece un argumento ridículo y malintencionado. Yo no voy a renunciar nunca a un jugador así.

¿Contrato Vitalicio para Scariolo? Hay que ver dónde estamos, tiene contrato hasta 2024. Luego veremos

–¿Es Sergio Scariolo el seleccionador perfecto?

–Sí, y hay un montón de buenos entrenadores en España y fuera. Ese carisma que tiene para convencer a los jugadores, a los más veteranos, a los más noveles, esa capacidad de empatizar con el jugador sin perder nunca la jerarquía de quién es el jefe del equipo, que es el entrenador. Le hacen seleccionador perfecto. La Federación es su casa.

–Acaba contrato en 2024, pero ¿le ofrecería una renovación vitalicia o un cheque en blanco?

–Primero tengo que saber dónde voy a estar yo (risas). Yo tengo la capacidad de firmar un contrato hasta el 24. Así lo hice. Queda un Mundial por delante y con los sistemas de clasificación actuales, clasificarse para un campeonato como un Mundial o uno Juegos Olímpicos ya es un éxito. En 2024 vamos a pelear por estar también en París y luego ya veremos el camino de Sergio y mi camino propio.