Gran Premio de Hungría de F1
Verstappen firma la mejor victoria de la temporada ante el enésimo desastre de Ferrari
El neerlandés salía décimo y ganó en Hungría después de una épica remontada; Hamilton segundo y Russell tercero
Despropósito de Ferrari, que se equivocó en todo: Sainz (4º) y Leclerc (6º); Alonso acaba octavo castigado por el egoísmo de su compañero
Max Verstappen ha dado este domingo en Hungría el golpe definitivo para ganar el Mundial de Fórmula 1 después de conseguir la que será la victoria más épica de lo que va de temporada. El neerlandés demostró que es el mejor y que cuenta con la mejor escudería (a contraposición de Ferrari) y pasó de una décima posición inicial a un triunfo que le da más de medio Mundial justo en el momento en el que se abre el periodo de vacaciones.
La estrategia de Red Bull, y sus manos privilegiadas, dieron otro triunfo más a Verstappen (el octavo en 13 carreras) que además tiene mucho más que efecto deportivo, ya que salió décimo en una carrera en la que se esperaba el doblete de Ferrari. No fue así y mientras Leclerc acabó sexto -un desastre- Sainz regateó como pudo a los fallos de Ferrari en boxes para poder firmar únicamente la cuarta plaza. En el podio se metieron los dos Mercedes, con Hamilton segundo y Russell tercero. Fernando Alonso, por su parte, solo pudo firmar una octava plaza.
A Ocon le dio en esta carrera por frenar a Fernando Alonso. Ese sería su objetivo y se encargó de romper todas las intenciones de su compañero, ese que le dio el año pasado, y casualmente en Hungría, su única victoria en la Fórmula 1. Quizá el francés tenga que recordar que si tiene en su palmarés un triunfo es porque Alonso hizo un esfuerzo titánico. Pero él, egoísta, se centró en que su compañero no le adelantara y daba igual que eso provocara que le adelantaran desde Hamilton a Stroll pasando también por Ricciardo.
Con Verstappen y Sergio Pérez recuperando las posiciones perdidas en la clasificación del sábado, Sainz amagó con un undercut y al enterarse Russell, que seguía comandado la prueba, entró a boxes para defenderse. Ferrari le había engañado. Una vuelta después entró a boxes el español pero la escudería italiana la pifió y le hizo una mala parada que dejó sin opciones a Sainz. No falló Ferrari -qué cosas- con Leclerc, al que le regalaron una parada 0,8 segundos más rápida que el español. Eso es un mundo en el paso por boxes.
Comenzó entonces una preciosa lucha entre Russell y Leclerc en la que el británico se defendió con uñas y dientes hasta que el monegasco le adelantó en la curva 1 frenando más tarde y haciendo una de esas pasadas que se recordarán en los resúmenes de la temporada.
Mientras, por detrás, Alonso que rodaba séptimo pese a la lucha con Ocon fue perdiendo una y otra posición porque Alpine decidió que pusiera los neumáticos duros, unas ruedas que en Hungría eran muy malas a corto y medio plazo. Uno tras otro le fueron adelantando, hasta los Aston Martin, escudería en la que hay un asiento libre. Ocon siguió haciendo de las suyas que se basaba principalmente en amargar la carrera de Fernando aunque él no tuviera ningún tipo de opción de progresar. Al menos Alonso terminó octavo, por delante del egoísta Ocon.
Irrumpe Verstappen
Y cuando faltaban 30 vueltas... la traca completa. De repente emergió Verstappen, que además de su gran calidad se vio beneficiado por una estrategia brillante de Red Bull. Y se colocó segundo tras las segundas paradas por boxes y adelantó a Leclerc. Pero dos vueltas después el neerlandés hizo un trompo, perdió tres posiciones y, como es el mejor, las acabó recuperando (adelantando otra vez a Leclerc, su gran rival) mientras había tensión por si había lluvia.
Lideraba entonces Sainz, al que el agua le venía muy bien porque era junto a Hamilton el que faltaba por hacer su parada. Ante la falta de lluvia acabó entrando a boxes y Ferrari la volvía a liar, con una parada aún más desastrosa que la anterior. La escudería, con sus paradas, destrozó cualquier intento de Sainz. Y en el desastre total de los italianos acabaron llamando a boxes a Leclerc -reconociendo así el esperpento de ponerle neumáticos duro- cuando rodaba tercero pero perdiendo mucho tiempo. La baza de Ferrari para ganar el Mundial acabó sexto y quedándose ya con poquísimas opciones de ganar el campeonato.
Castigado por los errores de su escudería, Sainz solo pudo ser cuarto (y gracias) tras ver como era incapaz de llegar a Russell y como por detrás Hamilton fue un avión que le adelantó en el tramo final.
Lo que estaba previsto que fuera un doblete de Ferrari acabó siendo otro golpe más de Red Bull y de Verstappen, que se va al parón veraniego mucho más líder y además con un mensaje más psicológico que deportivo: aún saliendo décimo ganó la carrera y con la sensación de no estar ni sufriendo.