La revolución que se viene en la Fórmula 1 a partir de 2026
Una serie de cambios con el propósito de reducir la huella de carbono cambiará la F1 por completo
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Más pequeños, más eléctricos, más veloces en recta y más lentos en curvas. Esto no es un spot publicitario, sino las medidas que la Fórmula 1 quiere aplicar a los monoplazas en un futuro cercano. Más concretamente, en 2026.
Y es que es sabido que ese año supondrá una pequeña revolución en la Fórmula 1. No únicamente por cuestiones de calendario o nuevos circuitos, como el de Madrid, sino por los cambios estructurales que se quieren hacer en los coches de cara a esa temporada.
El jefe del apartado de monoplazas y ex de Ferrari, Nick Tombazis, ha explicado los detalles de esta revolución que se viene y cuyo reglamento tiene que estar listo para junio de 2024. Además, hasta enero de 2025 quedan prohibidos los test en el túnel de viento y el trabajo en CFD (dinámica de fluidos computacional) para los nuevos coches, con el objetivo de evitar que los equipos se salten un año.
La mitad de la potencia será eléctrica
Sabido ya es que no habrá MGU-H y que el nuevo motor de 2026, tendrá una relación 50/50, en cuanto al aporte de potencia eléctrico y de combustión. Además, la mitad de la potencia de los propulsores llegará de la parte eléctrica (ERS, sistema de recuperación de energía), que pasará de los 120 KW actuales (unos 160 CV) a nada menos que 350 KW (unos 470 CV).
Además, el motor tendrá un peso de unos 30 kilos más que el actual, lo que obligará a los monoplazas a restar peso por otras partes para mantenerse en los 800 kg de peso totales que tienen ahora.
Biocombustible al 100 %
Dos opciones maneja la Fórmula 1: gasolinas procedentes de fuentes renovables en su totalidad o combustible sintético, refinado con CO2 detraído de otros procesos industriales.
Se perderá potencia y respuesta de los motores térmicos respecto a los actuales, pero entra dentro de la línea con el propósito de huella de carbono cero para 2030.
Coches más estrechos
A lo ancho y a lo largo, los monoplazas se van a ver recortados. 10 centímetros menos de ancho (de los 2 metros a 1,90) y 30 centímetros menos de distancia entre ejes. De los 5,5 metros de longitud actuales, los nuevos coches se quedarán en unos 5,2 metros.
Aerodinámica y DRS
Se busca alcanzar una mayor velocidad en recta, alcanzando los 350 km/h. Para ello, el objetivo es reducir la carga aerodinámica y la resistencia y evitar de nuevo que el coche que persigue reciba aire sucio que evite los adelantamientos, algo que se ha intentado con el pack de 2022 y que no se ha terminado de eliminar del todo.
Esto, a su vez, provocará que los pilotos tengan que frenar mucho antes, derivando en un paso por curva mucho más lento. Se trata de alargar la distancia de frenado y de aceleración, para facilitar que los coches se puedan pegar al rival que le precede.
Respecto al DRS, la decisión aún no está clara. Mientras unos apuestan por su continuidad, otros quieren eliminarlo. Tombazis comenta: «Sería interesante eliminarlo del reglamento y ver así si los pilotos son capaces de adelantar como se hacía en el pasado. Se introdujo como una ayuda para facilitar los adelantamientos pero ahora es como si fuera lo único que te permite hacer esa acción en pista. En un mundo ideal, se podría concebir eliminar el DRS, pero a corto plazo no sucederá porque de lo contrario los adelantamientos serían muy difíciles».
Aunque estas medidas puedan parecer ahora difíciles de entender y lejanas en el tiempo, es aquí donde se establece el futuro de la Fórmula 1 y cómo será dentro de unos años. Al fin y al cabo, 2026 está a la vuelta de la esquina y el tiempo pasa volando, igual que como lo harán estos nuevos monoplazas en las rectas.