Lando Norris mantiene su racha victoriosa y agrava la crisis de Verstappen en las calles de Singapur

Lando Norris quiere ganar su primer Mundial de F1 con tan solo 24 años. Está convencido de que puede conseguirlo. Su McLaren está respondiendo a la perfección y ahora mismo es el piloto a batir. No hay quien pueda con el piloto británico. Y este domingo, el inglés ha conseguido su tercera victoria después de dominar de principio a fin el GP de Singapur. Victoria merecida por parte del piloto nacido en Bristol.

La actuación española no fue del todo mala. Fernando Alonso mantuvo su posición entre los diez primeros y cruzó la línea en octavo lugar, un buen puesto para el asturiano teniendo en cuenta la poco productividad con la que cuenta su Aston Martin. En el caso de Sainz, el otro español de la parilla, el madrileño se tuvo que conformar con un séptimo puesto que, conociéndole, seguro que le sabe a poco.

El británico aprovechó la crisis de Verstappen para abrir hueco desde la salida y no soltó la primera posición en ningún momento de la carrera. En circuitos como el de Singapur, en los que adelantar no es fácil y en los que los pilotos tienen que evitar los muros en cada curva, clasificar bien es fundamental y Norris supo gestionar bien el trabajo conseguido en la clasificación del sábado.

El neerlandés se dio cuenta desde las primeras vueltas de que no tenía mucho que hacer y no presionó demasiado al piloto de McLaren. Lo mejor para él era defender la posición y evitar que los que venían por detrás le adelantasen. Y en esos casos, por muy mal que esté, Mad Max es un auténtico maestro y si tiene que aguantar la posición lo va a hacer sin ningún problema.

Norris le sacó más de 25 segundos a Verstappen pero la distancia entre ambos se mantuvo. A falta de seis carreras para el final del Mundial, el neerlandés le sigue sacando 52 puntos al británico. Y para dar el sorpasso, el piloto nacido en Bristol necesita mantener esta dinámica positiva en esas carreras restantes y estar atento por si Verstappen comete fallos que le sirvan para recortar diferencias.

Más allá de esta lucha entre británico y neerlandés, por lo demás todo transcurrió con relativa normalidad. Fue una carrera limpia y no hubo grandes sobresaltos. El safety car no tuvo que intervenir en ninguna de las 62 vueltas que duró el GP de Singapur. Ya van nueve carreras seguidas en las que no ha tenido que hacer acto de presencia. Y eso es algo raro, teniendo en cuenta el historial en esta modalidad, en la que los pilotos van al máximo y siempre suele haber algún incidente.

Una vez superada la decimoctava carrera del mundial, la emoción pasa ahora al GP de las Américas, en el circuito de Austin. Pero esa carrera se disputará el fin de semana del 20 de octubre. Es decir, los pilotos tendrán un mes para prepararse bien y afrontar la recta final del campeonato con plenas garantías.