La vuelta al mundo en 80 equipos de Morata
A los 29 años y tras los rumores de su inminente fichaje por el FC Barcelona el delantero madrileño puede cambiar de equipo por octava vez en su carrera
Como si de la apuesta de Phileas Fogg se tratara, Álvaro Morata parece haberse desafiado a recorrer el mundo futbolístico con la rapidez del personaje de Julio Verne. Nada parecía advertir este viaje de no saber que en su infancia ya pasó de la cantera del Atlético de Madrid a la del Getafe, y de la del Getafe a la del Real Madrid. Un ajetreo principiante impropio de un niño cuya carrera siempre ha gestionado su padre, como si fuera su fiel Passepartout.
Considerado canterano madridista, siempre pareció buscar una comodidad perfecta chocante con la realidad que siempre trató de dejar atrás de salto en salto. Ya relegado por Amorrortu como cadete rojiblanco decidió hacerse azulón a temprana edad cuando poco después llamó la atención del Madrid.
Sus 34 goles como juvenil le hicieron subir al filial blanco en 2010, año en que debutó con el primer equipo. Dos años después firmó su primer contrato a las órdenes de José Mourinho, donde se convirtió en un jugador importante desde el banquillo, una situación que al impaciente Morata no le gustaba a pesar de las apariencias y de tener por delante en su posición a jugadores como Cristiano Ronaldo, Higuaín o Karim Benzema.
La prensa deportiva aireó en aquellos tiempos una supuesta superioridad impostada, con polémica inducida, de Morata sobre Benzema, hecho que no fue nunca certificado en la alineación por el entrenador, tras lo que dos años después fichó por la Juventus de Turín por cuatro temporadas en busca de la ansiada consolidación.
Otros dos cursos después, tras el buen desempeño del delantero en Italia, el Real Madrid decidió ejercer su opción de recompra sobre el jugador, quien a pesar de conquistar una Liga, una Champions, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes de la FIFA durante la siguiente temporada, volvió a no sentirse cómodo y decidió volar al Chelsea de Inglaterra.
Dos años escasos duró su estancia en Londres, donde tampoco encontró el deseado acomodo. Volvió a Madrid, esta vez al Atlético de sus orígenes, como cedido durante un año y medio, equipo por que acabó siendo contratado en lo que parecía el destino más favorable para el jugador, pero el asentamiento solo duró un año tras el que se marchó de regreso a Turín, junto a Cristiano Ronaldo, de nuevo cedido, con opción de compra y de ampliación de cesión, alternativa ésta última por la que el equipo blanquinegro se decidió.
Morata es actualmente jugador del Atlético de Madrid y juega alquilado por la Juventus de Turín y está nuevamente en negociaciones para fichar, en otra vuelta de tuerca, por el FC Barcelona en una especie de trueque rocambolesco por los cuarenta millones que le debe el club colchonero al culé por la contratación del delantero francés.
De producirse su llegada a Barcelona tampoco parece que pueda ser esta la colocación final de un jugador permanentemente descolocado en un club en pleno proceso de transformación. Puede que incluso sea esta la razón, además del cariño de Xavi (Morata parece un joven en constante busca de cariño): la posibilidad de recalar en otro trampolín para volver a dar otro salto y continuar con su particular vuelta al fútbol en ochenta equipos.