Gareth Bale se suma al pelotón de Ancelotti
El galés fue titular seis meses después. Solo Rulli y el poste pudieron parar al 'expreso de Gales' que se apunta como recuperable a este final de temporada
La sorpresa saltaba a las 14:20 de este sábado cuando el Real Madrid daba a conocer el once que se enfrentaría al Villarreal en La Cerámica. Gareth Bale era, de nuevo, de la partida. Ancelotti premiaba al galés con la titularidad seis meses después. Carletto parecía jugar a ser Zidane, es decir, sorprender con un toque inesperado a la hora de confeccionar alineaciones.
El italiano quemaba otro cartucho con el que intentar conseguir un sustituto en la delantera blanca, tras la ausencia de Karim Benzema. Un casting que comenzó en Hazard, pasó por Jovic, continuó en Isco -el que mejor resultado había dado hasta el momento- y completó el expreso de Gales, ya que las bandas tienen nombre y apellidos: Vinicius y Marco Asensio, quien parece haberle ganado la batalla a Rodrygo en la derecha.
Durante los primeros veinte minutos pasó desapercibido, al igual que todo su equipo. Tras más 168 días sin pisar un terreno de juego, el '18' parecía pasar por un periodo de adaptación. Una vez que sus compañeros lo encontraron, no dejaron de buscarle. Como antes del descanso, cuando aprovechó un perfecto envío de Casemiro al espacio que concedió la defensa castellonense y se quedó delante de la portería del Villarreal. Solo Rulli evitó el gol en una ocasión que sirvió como despertador para el Madrid y que dejó patente que Bale con espacios es veneno.
Tras el paso por los vestuarios, el conjunto blanco se adueñó del encuentro y buscó a Bale, que siguió protagonizando las jugadas de mayor peligro. Rulli y el larguero evitaron que se llevara el premio del gol a casa. Un Bale que jugó de un falso nueve, más nueve que falso. 75 minutos fueron los que jugó. Dejó su hueco a Jovic, a quien otro palo le privó, a él y a su equipo, del regalo del gol.
Bale y el gas de sus botas
Al galés siempre se le achacó que ni en los días soleados abandonó su carácter británico, sin embargo, sobre el césped de La Cerámica demostró que sus botas siguen con la carga completa de gas. Unas botas que no atinaron con el gol tras tanto tiempo inactivas, pero que han conseguido que su dueño pueda ganarse un lugar en París si el míster lo cree oportuno. Bale, que demostró que sigue siendo un jugador inquietante para las defensas rivales, puede ser un fichaje aprovechable en esta recta final del campeonato. Su equipo y su entrenador lo necesitan para no perder la renta acumulada en estas 24 jornadas. Si el Madrid y Bale juegan como en la segunda parte de La Cerámica, será difícil que el conjunto merengue eche a perder la ventaja.