El Barça exhibe su falta de pegada en su debut en la Europa League

El Camp Nou escuchó por primera vez el himno de la Europa League, una competición antes conocida como la UEFA y que el club azulgrana no jugaba desde hace 18 años cuando en la temporada 2003-04 el inquilino en el banquillo era Frank Riijkaard. Lo curioso es que Xavi Hernández, actual inquilino del banquillo culé, fue uno de los que la jugó.

La Europa League es, a día de hoy, la realidad del Barça. Su objetivo es volver a escuchar en su estadio el himno de la Champions, pero para eso debe levantar el título de esta competición, el único que no tiene el club, en Mayo en el Sánchez Pizjuán o si se clasifica para la mejor competición continental. Enfrente estaba uno de los cocos de la competición: el Nápoles. El conjunto italiano, tercer clasificado en la Seria A es uno de los equipos llamados a hacer grandes cosas en la competición.

Xavi optó por las rotaciones y alineó, por primera vez, a su tridente de ataque firmado en el mercado invernal que al igual que el resto de jugadores vieron una gran pancarta que se desplegó en el Camp Nou donde se podía leer «Juntos somos imparables».

El Barça empezó dominando y tardó cuatro minutos en mandar el primer aviso a los italianos. La primera ocasión del conjunto de Xavi llegó en las botas de Pedri tras un buen robo de Aubameyang.

El Nápoles empezó esperando atrás, pero le bastaron cinco minutos para empezar a crear problemas a los azulgrana, sobre todo por la banda izquierda.

Los azulgrana contrarrestaron el asedio napolitano con una disparo de Nico, que taponó en el primer palo Meret.

El primer aviso del Nápoles llegó a los 20 minutos, cuando el equipo italiano montó una contra que pilló por sorpresa a Eric García y Piqué y que dejó a Osimhen solo delante de Ter Stegen, pero la rodilla del portero culé evitó el gol italiano.

A los 28 minutos, Ferran Torres pudo estrenar el casillero del Barça gracias a un disparo desde el punto de penalti que envió a las nubes, pero fue el Nápoles el que celebró el primer gol del encuentro, obra de Zielinski que aprovechó su propio rechace para batir a Ter Stegen. El Barça intentó sobreponerse al zarpazo italiano, pero acabó yéndose al descanso con un resultado adverso.

La segunda parte comenzó con el Barça volcado en ataque buscando el empate y el Nápoles intentando aumentar su renta con alguna contra que no acababa de cuajar. El equipo de Xavi tocaba y tocaba, pero al pisar el área se le hacía de noche, tanto a Ferran Torres como a Aubameyang, hasta que llegó el minuto 56, cuando un centro de Adama rozó en los dedos de Juan Jesús y el VAR avisó al árbitro y decretó penalti.

Un penalti que convirtió Ferran Torres, y en cuya celebración se vio que su camiseta ni llevaba el escudo del club ni el de la firma de ropa que viste al equipo culé. El tanto le sirvió al valenciano para desquitarse de la sequía que aglutinaba desde el golazo que anotó en San Mamés en Copa del Rey.

A partir del gol del empate, el partido se rompió completamente y se convirtió en un correcalles.

El perdón a Dembélé

Xavi movió el banquillo y llegó otro momento clave del partido cuando salió Dembélé que jugó por segunda vez en el Camp Nou tras el cierre de mercado y recibió una pitada secundada por la mayoría de la grada blaugrana, que se repetía cada vez que el francés tocaba el balón. Unos pitos que fueron menguando con el paso de los minutos.

El Barça lo intentaba una y otra vez, pero el segundo gol no llegaba. Para paliar esa falta de gol, Xavi se encomendó a falta de cinco minutos a Luuk de Jong, el salvador de los últimos encuentros, que recibió una atronadora ovación. Un jugadón de Dembélé pudo poner el segundo en el luminoso culé, pero Ferran envió arriba otra ocasión clara de gol. Como arriba también se fue una espectacular chilena de Luuk de Jong que se desesperaba por el fallo en el área. Ferran Torres volvió a tenerla en el descuento pero chutó fuera su sexto disparo del partido.

La heroica no triunfó esta vez

El Barça volvió a su estilo de los últimos partidos: balones a la olla en busca del remate de Luuk de Jong, pero esta vez la heroica quedó sin premio y el Barça se tuvo que conformar con el empate. El Barça tendrá que ir a ganar al estadio Diego Armando Maradona, en Nápoles.