Con El arco iris de la gravedad, de Thomas Pynchon, pasa algo parecido que con La broma infinita de Foster Wallace, la gran variedad de temas, estilos, personajes, puntos de vista y técnicas narrativas hacen de sus 1.160 páginas una experiencia, a priori, poco apetecible. Es una novela compleja, es una novela imposible. Además, es una novela desagradable, con episodios que dan ganas de dejar de leer y tirar el libro a la basura. Y, sin embargo, es una novela considerada uno de los pilares de la literatura norteamericana actual. Su acción principal se desarrolla en Londres en 1944, en plenos bombardeos nazis sobre la capital británica. Un militar norteamericano, Tyron Slothrop, descubre que cada vez que una bomba voladora alemana V-2 hace impacto, sufre una vergonzosa reacción fisiológica que no es capaz de controlar. Tras la guerra, su problema se convierte, sin embargo, en una de las claves del programa armamentístico estadounidense, por lo que es sometido a una serie de estudios. Simplemente, demencial.