Drama en Riazor: el Dépor vuelve al síndrome de Djukic y el Albacete le quita el ascenso
Los coruñeses fueron de Segunda durante 114 minutos, cuando Jordi marcó el segundo gol que necesitaban los manchegos
«En nuestro aliento estará presente la ilusión de esta muchachada que sólo conoce el sufrimiento del Dépor. En tus botas, el compromiso que te mereces esta vez para hacerla feliz». Así atardecía la grada de Riazor en su penúltimo amanecer vespertino con la oportunidad del primer alegrón (como Valerón), aunque sea uno de Segunda, en demasiados años.
El niño en el pozo
Sigue el Dépor sin ser Súper como antaño, sin aún la oportunidad de quitarse su traje de Clark Kent a velocidad supersónica en una puerta giratoria de las de los cómics (no las de la política), pero al menos se acerca y, sobre todo, se aleja de la trampa de la antigua Segunda B donde cayó como un niño en un pozo para lamento de su familia.
No noso alento. A ilusión da rapazada que só conece un Depor sufrindo…
Es el Albacete otro histórico caído no tan histórico, aunque sí más longevo. Lo que ocurre es que lo del Dépor fue un derrumbamiento del que varias veces se rehízo hasta que ya no pudo más. Un poco como La Leyenda del Indomable coruñés, con un Paul Newman susurrando en la pelea contra George Kennedy: «No noso alento. A ilusión da rapazada que só conece un Depor sufrindo…».
Sufrindo, sufrindo y desde el minuto 24 ya en la liga Smartbank hasta que en el 82' empató Jiménez para el Albacete y para que Coruña entera, allí en la playa, siguiese sufrindo de lo lindo. Apretaba el 'Alba' para escalofrío del Dépor. Eran los mejores minutos visitantes con tres de ellos aún por disputarse y alcanzar la prórroga definitiva que acabó llegando.
Riazor en un grito
El gol manchego era el ascenso manchego, mientras el empate gallego era el ascenso gallego que cerca tuvo Antoñito en sus botas allá por el minuto 100. Riazor en un grito y en Segunda a falta de diez minutos hasta que marcó Jordi para el Albacete a falta de seis minutos. Una remontada fatal para los coruñeses que durante 114 minutos fueron equipo de Segunda.
Terminó saliendo del pozo el Albacete en vez del Deportivo donde permanece una suerte de maldición. No hubo alegrón (como Valerón) sino para el visitante. Para el local ya dejó escrito Cunqueiro que «la tristeza es un lujo que sólo pueden permitirse los jóvenes».