Robinho se camufla disfrazado en una manifestación en favor de Bolsonaro
El exfutbolista condenado a nueve años de prisión por la justicia italiana, fue visto en las manifestaciones tras las elecciones de Brasil, después de que Italia solicitase su extradición
Perseguido por la justicia italiana tras ser condenado por violación, Robinho ha sido visto disfrazado en las manifestaciones de militantes 'bolsonaristas' después de la derrota electoral de Jair Bolsonaro.
El exfutbolista del Real Madrid y AC Milan, fue condenado en enero en última instancia a nueve años de prisión por delito de violación a una joven de 23 años en una conocida discoteca de Milán en 2013.
La justicia italiana solicitó la extradición del exjugador para poder cumplir así con la pena, pero en Brasil no está permitido la extradición de sus ciudadanos, hecho que ha impedido que este desplazamiento se haya realizado con rapidez.
Los simpatizantes de Bolsonaro, y entre ellos Robinho, han salido a las calles para manifestarse por los resultados de las elecciones, en las que Lula se hizo con la victoria con el 50,9% de los votos.
Robinho asistió completamente tapado con un pañuelo en la cara, envuelto en la bandera de su país y con un gorro en la cabeza para evitar ser reconocido entre la multitud de manifestantes, solo podían verse sus ojos.
El que fuera jugador del Madrid es un seguidor de Bolsonaro, al igual que otros compatriotas como Neymar, y no ha querido perderse la movilización contra el Gobierno de Lula.
Estas imágenes se han viralizado en redes sociales generando una gran polémica, ya que no se encuentra cumpliendo con su pena.
Una condena de nueve años de prisión
La fiscalía de Milán emitió una orden de captura internacional y solicitó la extradición del futbolista. Esta orden constituye un problema para el jugador porque no podrá viajar a países con los que Italia mantiene acuerdos para la extradición.
No se excluye que las autoridades de ambos países lleguen a un acuerdo para el cumplimiento de la pena en territorio brasileño, debido a que la Constitución brasileña no permite la extradición.