Mbappé, el sorteo de Champions y el morbo de un nuevo enfrentamiento con el Real Madrid

El sorteo de octavos de la Champions que se vivirá este lunes en Nyon servirá para deparar los cruces que se vivirán el próximo mes de febrero y la sombra del morbo está servida con un Real Madrid-PSG en el horizonte. El vigente campeón hizo los deberes y quedó primero de grupo tras la goleada ante el Celtic, lo que a priori le facilita el camino hacia los cuartos de final. Sin embargo, la última jornada encuadró al conjunto parisino como segundo de grupo tras pasarles el Benfica. Por tanto, la diosa fortuna podría deparar un duelo entre el 14 veces campeón de Europa y el eterno aspirante a levantar la Champions.

El año pasado, la repetición del cuestionable sorteo decidió que estos mismos equipos se vieran las caras y sirvió como una especie de bienvenida. Sin embargo, este año, de suceder, las cosas serían muy distintas.

Uno de los mayores enemigos

El Real Madrid-PSG del pasado año acaparó toda la atención y el delantero todos los focos, desde el entrenamiento antes del choque donde la imagen de un Mbappé con la boca abierta ante el Bernabéu dio la vuelta al mundo, hasta algunos aplausos que se escucharon cuando su nombre sonó por megafonía, lo que se entendió como una bienvenida anticipada.

Sin embargo, el desenlace de su no fichaje por el equipo blanco, su traición a la palabra dada y la guerra declarada del PSG al Real Madrid provocaron que el galo fuera visto entre la afición blanco como el enemigo público número uno, por lo que el recibimiento sería más que hostil por la que pudo ser su casa y que él se encargó de pegar el portazo para que no fuera.

«Máxima tranquilidad» en Chamartín

Desde el Real Madrid se desprende mucha tranquilidad por el sorteo. Según ha podido saber El Debate, desde el seno blanco se viaja a este sorteo con la tranquilidad del deber cumplido y con el máximo respeto hacia todos los rivales, sin querer entrar en ningún tipo de polémicas ni queriendo hablar de ningún rival por encima de otros. «El Madrid es el campeón. Es a nosotros a quién nos tienen que temer. Nosotros respetamos a todos los clubes», declaran a El Debate desde la casa blanca. La elegancia es la nota predominante en el discurso blanco y evidencia que el perdón a Mbappé se consumó hace mucho tiempo, pero no el olvido. De ahí la frialdad con la que en privado hablan del asunto.

La página de Mbappé se pasó en Chamartín desde el mismo día que con un frío mensaje el jugador contó a Florentino Pérez que se quedaba en París. Ahí acabó el culebrón y ahí acabó la posibilidad para el jugador de vestir de blanco. Mbappé no entra en los planes de futuro del Real Madrid. Se trata de tan solo un rival que podría cruzarse en el camino de los blancos en su lucha por levantar la 15ª Champions.