El Gobierno de Meloni prohíbe a los aficionados de Nápoles y Roma viajar a los partidos de sus equipos

El Gobierno de Italia, liderado por Giorgia Meloni, ha tomado una decisión contundente en el fútbol italiano. Los aficionados del Nápoles y de la Roma, dos de los principales equipos de este país, no podrán viajar a los partidos de sus equipos cuando estos jueguen fuera de sus estadios.

El Ejecutivo toma esta decisión después de los violentos incidentes que ultras de ambos equipos protagonizaron el pasado fin de semana, cuando Nápoles y Roma se enfrentaron en un partido de la Serie A (liga italiana) y protagonizaron una batalla campal en plena autopista.

Dos meses sin viajar

Así, el ministro del Interior Matteo Piantedosi, ha confirmado el cierre durante dos meses «de los sectores dedicados a los aficionados exteriores en los estadios donde el Nápoles y la Roma jueguen partidos fuera de casa». Esto en la práctica supone que durante los dos próximos meses se prohíbe que en los campos donde jueguen estos dos equipos haya aficionados visitantes de estos dos clubes.

El Gobierno italiano veta la entrada a estos campos de la liga a los aficionados de Nápoles y Roma, aunque van más allá y en la prohibición también se incluyen a personas que residan en las provincias de Nápoles y Roma. Es una de las medidas más duras de los últimos tiempos y tendrá vigencia hasta el 14 de marzo. Se da la circunstancia además de que el Nápoles está en primera posición, acaba de golear a la Juventus (5-1) y le saca diez puntos al segundo clasificado. Es decir, está muy cerca de ganar la liga, que sería la primera desde los tiempos de Diego Armando Maradona.

Es por ello que hay que tener muy en cuenta esta situación, ya que se esperaba que durante estos meses que queda de competición los hinchas del Nápoles viajaran de forma masiva a los encuentros fuera de casa para animar a su equipo en lo que puede ser un título histórico. No lo podrán hacer hasta mediados de marzo.

Se toma esta decisión después de que los ultras de Nápoles y Roma sembraran el caos en una autopista, a la altura de la Toscana (donde se cruzaron), donde organizaron una batalla campal con palizas entre unos y otros y uso de bengalas, cinturones, piedras, bombas de humo y bates de béisbol. Según la policía, esos enfrentamientos provocaron el bloqueo de la autopista durante 50 minutos, creando retenciones de hasta 15 kilómetros.