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Xavi y Laporta juntos en la despedida de Jordi Alba

Xavi y Laporta juntos en una imagen de archivoEFE

El Barça asume el fiasco de su planificación y busca una nueva revolución

Varios de los fichajes de la temporada pasada están en la rampa de salida y el equipo catalán pretender dar otro golpe de timón a la plantilla

Se avecina otro verano lleno de turbulencias en el Barcelona. Después de que el mercado de fichajes de la pasada época estival fuese de lo más ajetreado para la directiva de Laporta, parece que este año llevará el mismo camino y tendrán que trabajar mucho para satisfacer los deseos de Xavi Hernández, que ha comentado en infinidad de ocasiones que espera lograr el salto de calidad necesario para competir en Europa.

Las famosas palancas de Joan Laporta no han tenido el efecto deseado y únicamente han servido para conquistar el título de Liga, lo que les ha valido para salvar la temporada.

Sin embargo, sigue dejando las mismas dudas sobre si los azulgrana tendrán una plantilla a la altura de la historia del club. Para que lleguen fichajes primero tienen que salir jugadores y en el Barça han puesto a la venta a grandes fichajes de la pasada campaña.

Raphinha y Kessié, dos fichajes del pasado mercado de fichajes, están a la venta. A ellos se suman Ansu Fati y Eric García y Ferran Torres, tres futbolistas llamados a liderar la siguiente generación del Barça y que han defraudado hasta tal punto que Xavi ya les ha comunicado que si encuentran destino no habrá ningún impedimento para su marcha.

Con prisas

El Barcelona no va a tener paciencia con estos jugadores y a pesar de que lleven poco en el club ya saben que sus salidas se ven con muy buenos ojos. Eso sí, no será nada fácil ninguna de ellas, puesto que el club catalán pretende sacar una buena suma de dinero por ellos y no parece que muchos equipos estén en estos momentos por la labor de desembolsar grandes cantidades por jugadores que no han estado a la altura de las expectativas.

El único de todos ellos que mantiene su cartel es Raphinha. El brasileño, que llegó por alrededor de 60 millones de euros la pasada campaña, sigue estando muy bien considerado en la Premier y quizás sea el hombre ideal para cuadrar las delicadas cuentas del Barcelona. No obstante, esta venta dejaría una nómina de atacantes muy escueta en un equipo donde además no han ido sobrados de gol.

Los fichajes deseados

La poca producción ofensiva del Barcelona no altera los planes del club, que no le ha quedado otra que asumir la negativa de Messi a volver y buscar soluciones a una parcela en la que todo está en el aire. De hecho, solo Lewandowski tiene su puesto garantizado el año que viene y ansían a Carrasco, aunque pretender abaratar la opción de 19 millones de euros que tienen firmada con el Atlético.

El resto de nuevas caras son por el momento una incógnita. Iñigo Martínez es el único que llegará seguro y lo demás son especulaciones. También está muy cerca Gundogan, indiscutible en el City aunque acaba contrato.

Ilkay Gundogan es el capitán del Manchester City y un deseo del Barcelona

Ilkay Gundogan es el capitán del Manchester City y un deseo del BarcelonaGTRES

A esos tres deseos en la parte de arriba se unen las incorporaciones en el apartado defensivo. Xavi es consciente de que a falta de gol lo mejor es una defensa férrea y quiere mejorar los laterales. Con Balde está encantado, pero es consciente de que necesita competencia y en el lado derecho necesitan un jugador específico en la posición, ya que Koundé es central y no quiere jugar en el lateral toda la temporada.

Por ese motivo aparecen los nombres de Foyth, Azpilicueta y Cancelo, todos ellos muy bien considerados por la directiva azulgrana, pero, salvo el español, fichajes complicados, lo que hace difícil pensar que vayan a terminar firmando por el actual campeón de liga, sobre todo, porque son demasiadas las posiciones a reforzar.

Con todo esto, queda claro que en 'Can Barça' tienen mucho trabajo en las próximas semanas. El deseo del club es competir por todos los títulos, pero la realidad de sus cuentas hace que tengan difícil elevar la calidad de su plantilla.

Además, viendo todos los cambios que quieren hacer y el tiempo del que disponen, se antoja casi imposible que consigan la revolución que tiene en mente Xavi, que eso sí, ya ha demostrado que no le tiembla el pulso a la hora de dar salida a los jugadores que no quiere.

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