Morata y el VAR salvan a España del susto ante Escocia y acercan a la selección a la Eurocopa

España estará en la Eurocopa 2024. Solo faltaría que no estuviera, dirán ustedes, pero para llegar a Alemania (que es donde se juega el torneo el próximo verano) primero hay que pasar una fase de clasificación. Y pese a que es medianamente fácil, España se complicó al inicio al perder en Glasgow. Eso ya está arreglado.

La selección española ha ganado a Escocia en Sevilla (2-0) en un partido más espeso de lo esperado, menos brillante que los anteriores encuentros y con dos momentos clave: un gol anulado a los escoceses con la ayuda del VAR (muy polémico) y un cabezazo de Morata en el tramo final que desatascó el encuentro. El pase a la Eurocopa no está todavía certificado de forma oficial, pero lo estará o el próximo domingo en Noruega o ya en noviembre. Pero estará en la Eurocopa.

Lo que se vendió como una final (y no lo era) arrancó con una buena jugada combinativa de España que falló Ferran de forma inexplicable. Era el minuto 1 y la presentación no pudo ser mejor. Lástima que lo que vino después no fuera para alardear. La selección española fue mejor –solo faltaría que no lo fuera– pero no creó un peligro real en la portería rival. Lo único que vimos fue un remate al palo de Mikel Merino, única gran ocasión de España en la primera parte.

No fue esta la selección que goleó en sus dos últimos partidos. Bien es verdad que Escocia no es Chipre ni tampoco Georgia (los rivales a los que España goleó), pero Escocia tampoco es una potencia europea. Lidera el grupo de la fase de clasificación con bastante ventaja, pero si nuestra selección no puede con la escocesa... mal pinta entonces la próxima Eurocopa donde estarán los rivales de verdad, los que compiten por los títulos.

El VAR salva a España

La clave estuvo en el minuto 60. Bryan Zaragoza había entrado en el descanso con el '10' en la espalda (debut, como el de Fran García y Oihan Sancet) e intentó revolucionar el duelo, pero Escocia siguió muy cómoda con su plan y en una falta lateral marcó gol. McTominay se inventó un disparó que se 'comió' Unai Simón. El 0-1 ponía en muchísimo peligro a España, tercera en ese momento de grupo (cuando solo van dos a la Eurocopa) y a un punto de Noruega, que era segunda.

Sin embargo, y por suerte para España, vino el VAR a salvar el desastre. De repente apareció el colegiado viendo la televisión y observó (porque así se lo dijo el árbitro que estaba en la sala VAR) que había un jugador molestando al portero español. El escocés tocó un poco a Unai Simón, un toque que no influía en la posición del guardameta, y gol anulado. O pudo ser por eso o por fuera de juego, algo que no llegó a aclarar el árbitro con sus gestos. Tampoco lo parecía. Si este tanto se lo anulan a España nos echamos las manos a la cabeza.

Ayudados por el VAR, Álvaro Morata hizo su parte. El delantero del Atlético, que es el capitán de esta España, apareció con su cabeza aprovechando un pase exquisito de Jesús Navas, una leyenda no valorada, único jugador que sobrevive en esta selección que fue campeón del mundo en 2010. Navas hizo arte con su centro y Morata, que está en un gran momento de forma, puso el 1-0.

Las cosas cambiaron. Empezaron los olés en La Cartuja de Sevilla en el Día de la Fiesta Nacional. Lo que modifica un gol. De estar al borde del KO en esta fase de clasificación a tener prácticamente sellado ya el billete. Todo fue felicidad tras ese gol y Escocia, que hasta ese momento lo había hecho todo bien, sufrió esas cosas que pasan en el fútbol.

Se resbaló Hickey, cogió el balón Joselu y el centro lo peleó Sancet con el defensa Porteous. Entre uno y otro empujaron el balón (le daremos el tanto al español, que encima debutaba) y España puso el 2-0 y la tranquilidad de la victoria. Todo acabó mejor de lo que pintaba.

España sigue segunda en este grupo de clasificación (posición que da el pase a la Eurocopa), a tres de Escocia (con un partido menos) y con dos puntos de ventaja con Noruega, que ha jugado un partido más y que es el próximo rival, este domingo. Si se gana en Oslo España estará ya matemáticamente clasificada. Y no será un éxito sino el cumplimiento de una obligación.