Menotti y Bilardo: la rivalidad que nació en España y que marcó la idiosincrasia del fútbol argentino
Campeones del mundo en 1978 y 1986 respectivamente, su diferente forma de entender tanto el fútbol como la vida les sumió en una guerra pública que explica el carácter argentino
Hablar de Argentina es hacerlo de un país dominado por las pasiones, donde cada cosa, por nimia que sea, encuentra en la sociedad un espacio para el debate y la confrontación. El fútbol, pasión de masas, es el perfecto ejemplo de las dualidades que se formaban. César Luis Menotti y Carlos Bilardo. Carlos Bilardo y César Luis Menotti. Por mucho tiempo, o eras de uno, o eras de otro.
En su carrera como futbolistas apenas se cruzaron. De hecho, solo lo hicieron una vez. El 2 de mayo de 1965, Boca Juniors, donde militaba Menotti, visitaba La Plata para enfrentarse al Estudiantes de Bilardo. El encuentro finalizó con un empate a dos.
Iba a ser en los banquillos donde la carrera de ambos iba a prosperar hasta niveles inimaginables. Bilardo la iba a arrancar en el equipo de su vida, Estudiantes, mientras que Menotti, tras un breve comienzo en Newell´s Old Boys, iba a empezar a labrarse un nombre en Huracán. Chocaron dos veces en 1973: 3-3 en la primera vuelta del campeonato local y 1-0 para el 'Globo' en la segunda. Al final de esa temporada, el conjunto de Parque Patricios se proclamó campeón y quedó como uno de los mejores conjuntos del fútbol argentino por el juego practicado.
Posteriormente, en 1996 se midieron el Independiente dirigido por el 'Flaco' y el Boca liderado por el 'Doctor', con victoria por 1-0 para el 'Rojo'.
En ese momento, ambos ya sabían lo que era ganar la Copa del Mundo con Argentina: el 'Flaco' lo había conseguido en Argentina 1978, en plena dictadura militar (1976-1983), tras vencer a Países Bajos por 3-1 en la final; y el 'Narigón' en México 1986, en el Mundial de la consagración de Diego Armando Maradona, tras imponerse a la entonces Alemania Federal por 3-2.
Después de que en el Mundial de España 1982, a donde Argentina acudió con un gran equipo, la Albiceleste fuera eliminada en segunda ronda, Bilardo relevó en el banquillo a Menotti y, a partir de ese momento, los cruces de declaraciones de ida y vuelta se sucedieron.
Sus estilos de juego eran diametralmente opuestos: vistoso, creativo y ofensivo, el de Menotti; duro, conservador y 'resultadista', el de Bilardo.
El Día D de la confrontación fue el 28 de mayo de 1983, en Valladolid. Aquel día, la selección argentina cayó derrotada por 2-0 en un amistoso contra España. El ´Flaco´ Menotti cargó las tintas contra la remozada selección que había confeccionado Bilardo. «Me sorprendió lo que pasó en Toulon (donde Argentina había disputado un amistoso antes de Valladolid). Bilardo declaró que conoció a los jugadores en el avión y eso es dar una ventaja tremenda. Hubiera sido preferible no ir, porque perder con una selección de Europa es duro por la repercusión. Si perdés ‘acá' no pasa nada, se enteran muy pocos. Pero perder con el Valladolid es distinto. Al margen de si entrenaron o no, el problema mayor es el cansancio. No se puede jugar al otro día de llegar. Con los mismos jugadores descansados, hubieran ganado. Y lo más importante, en ese plantel fueron muchos que gozaban de una gran cotización y quedaron mal parados», declaró Menotti en julio de 1983 a Clarín.
Al día siguiente, el 5 de julio de 1983, Bilardo, que se sintió traicionado por Menotti llegó a la ciudad deportiva de la Federación de Empleados de Comercio, muy cerca de las actuales instalaciones de la AFA. Allí se le atribuye una respuesta que supuso el punto y final de la amistad de ambos. «Hay una ética en toda profesión. Por mí que me critiquen. Pero yo lo respeté y él de fuera no me puede venir a poner trabas o decir qué está bien o mal si yo me estoy matando por sacar adelante algo que, entiendo, tengo que empezar de cero», declaró El Narigón. Tres años más tarde, en México 86, la selección Argentina de Bilardo se proclamó campeona del mundo por segunda vez en la historia.
Sus diferencias en la filosofía del juego los enfrentaron y las críticas entre uno y otro en distintos momentos de su carrera llevaron a que se hicieran enemigos irreconciliables, algo que hace pocos años recordaba el exguardameta de la selección Nery Pumpido: «A los dos en Argentina en su momento no los supimos aprovechar por esa mala disputa que hubo con los dos, porque de una forma o de otra el fútbol argentino llegó a ser campeón del mundo con ellos. Por suerte el jugador de mi país tiene la virtud de adaptarse a estilos completamente distintos y pudimos salir campeones del mundo con dos juegos opuestos», indicó en un evento en 2020 el campeón del mundo en 1986.
El propio Bilardo acusó a Menotti de ser un «rabanito, rojo por fuera y blanco por dentro» –en juego con los colores de los rábanos y el supuesto doble discurso de Menotti entre su militancia política y su vida diaria- y Maradona se sumó con una frase similar: «No me gustan los comunistas en Mercedes Benz». De hecho, el célebre relato del narrador uruguayo Víctor Hugo Morales en el segundo gol de Maradona a Inglaterra en México 1986, «Barrilete cósmico», nació en una crítica de Menotti a Diego antes de ese Mundial: lo había tratado de «barrilete» (cometa) porque «como tipo ahora se hace los rulitos y se puso un arito».
En su constante búsqueda por un fútbol irrenunciablemente ofensivo, acaso romántico, Menotti también quedó esclavo de sus propias ideas y se convirtió en un técnico rígido, conservador, muchas veces personaje de sí mismo. A la vez, nunca dejó de ser una referencia para los entrenadores que buscan la eficacia a partir de la estética, al punto que Pep Guardiola lo visitó en Argentina en 2006, cuando el español se formaba para ser director técnico. «Mourinho hay muchos, Guardiola hay uno solo», lo elogiaría el argentino en medio de los duelos entre el Barcelona de Pep y el Real Madrid del portugués. «Guardiola es el Che Guevara del fútbol», insistiría más tarde. «Siento una gran tristeza porque se ha ido alguien con el que he compartido no menos de 30 horas de conversación maravillosas en las cuatro veces que visité Argentina. Para mí era un genio por su idea. Fue el más grande seductor del fútbol argentino…Escucharlo era una cátedra» escribió ayer el técnico catalán después de conocer el fallecimiento del argentino.
César Luis Menotti y Carlos Bilardo. Carlos Bilardo y César Luis Menotti. Por mucho tiempo, o eras de uno, o eras de otro. Un país dividido. Y, sin embargo, resulta que en esa mezcla de ambos, en ese punto intermedio, en esa mezcla de carácter, se puede empezar a entender eso conocido como argentinidad.