El Real cambia las normas del fútbol: ahora son las estrellas las que necesitan jugar en el Madrid
El aura del equipo español revoluciona las tendencias: hoy Mbappé es quien tiene la urgencia de venir
Hace tres lustros el club deseaba recuperar el aura y fichó a Cristiano, Benzema, Kaká y, posteriormente, a Modric y Kroos
Hace dos años el Real Madrid ganó La Decimocuarta y Fayza Lamary, la madre de Mbappé, publicó en las redes sociales un comentario que dejaba entrever que el Real Madrid continuaba ganando la Copa Europa sin su hijo y que si Kylian fichaba por la casa blanca sería uno más. Justificaba la renovación por el PSG con ese argumento. Pronto se dio cuenta que fue un grave error. Era, es, al revés. Los hechos han demostrado que los buenos futbolistas se hacen todavía más grandes cuando triunfan en el club del Bernabéu.
Mbappé pidió perdón a Florentino Pérez por haberse equivocado al seguir en París. Y constató como otros jugadores más jóvenes que él le pasaban por la izquierda a toda velocidad jugando el Bernabéu.
Es una realidad. Fayza Lamary vio entonces, tras rubricar la renovación de su hijo por el París Saint-Germain, cómo Vinicius sentenciaba aquel año la Copa de Europa con su gol al Liverpool. Ahora, el brasileño ha sumado su segundo título anotando otro tanto en Wembley. Acumula ya dos Champions con 23 años. Y es el primer candidato para obtener el Balón de Oro.
Estar en el lado bueno de la historia
Bellingham ha pisado el mismo camino. Vino al equipo más laureado del mundo hace once meses y en su primer curso, con 20 años, ha llorado tras festejar su primera Liga de Campeones.
Las comparaciones duelen. Kylian Mbappé tiene 25 años y no posee ninguna Copa de Europa en su palmarés, ni el Balón de oro. Ha comprobado esa verdad: los buenos futbolistas necesitan al Real Madrid para ser grandes.
Hoy, una estrella como Kylian Mbappé necesita al Real Madrid. Lleva seis años en el conjunto francés y no ha ganado nada importante. Florentino Pérez quiso ficharle siempre y le ha contratado precisamente cuando menos falta le hace desde el punto de vista futbolístico, con seis Champions en diez años y Vinicius y Rodrygo consagrados como estiletes de banda izquierda.
Courtois lo definió perfectamente al firmar por el Real Madrid: estoy en el lado bueno de la historia. Vinicius y Rodrygo se dieron cuenta de donde estaba esa cara buena del fútbol cuando eran menores de edad y sus apoderados les aconsejaron bien. Jude Bellingham también supo desde el primer momento, con 19 cumpleaños, elegir el sitio correcto. El inglés observó con claridad esta tendencia que domina el balompié mundial: el Real Madrid es el que te hace grande.
Mbappé fue el ejemplo a no seguir
Bellingham y sus consejeros analizaron muy bien su futuro al fichar por la casa blanca. Y vieron la grave equivocación profesional de de Mbappé, que ha ganado mucho dinero y no ha ganado nada importante a nivel de clubes. El Mundial con Francia es su único palmarés Internacional en el ecuador de su carrera. Jóvenes compatriotas de Kylian como Camavinga y Tchouaméni ya han celebrado dos Copas de Europa, las mismas que Mendy.
Jude eligió también el camino bueno de la historia. Observó lo que ya habían conseguido Valverde, Vinicius, Rodrygo y sus tres paisanos. Lo vio muy claro. La filosofía madridista de crear un equipo joven y consolidarlo triunfaba. La planificación de la dirección deportiva madridista de dar sitio constantemente a los jóvenes fue y es un éxito perenne y futuro. El inglés sabía donde desarrollaría mejor sus cualidades. Dónde explotaría. Donde obtendría esas copas que veía ganar por televisión.
Por qué sucede esto
El lector se preguntará por qué se produce esta necesidad para llegar al más alto nivel futbolístico. La clave es que el Real Madrid ha cambiado el relato del fútbol. El club español ha variado la tendencia general de este deporte. La consecución de seis Champions en once ediciones ha roto el molde. Ha superado incluso la racha legendaria de las cinco Copas de Europa consecutivas festejadas entre 1956 y 1960, las que hicieron sobrenatural a la entidad madrileña.
Hoy todo jugador quiere pertenecer a la marca Real Madrid porque militar en ella es sinónimo de éxito.
Recuperar el aura de antaño
Florentino Pérez ha necesitado tres lustros para confirmar este camino, para mover el destino. Antes, el Real Madrid necesitaba a las estrellas. Hoy, la entidad que preside no tienes urgencias. Son ellas las que llaman a su puerta.
Al principio de su mandato, Florentino Pérez obtuvo una Copa de Europa en 2002 y después soportó una etapa de sequía. Dimitió en 2006 y al regresar al cargo tres años más tarde fichó a Cristiano, Benzema y Kaká para revertir la visión internacional del Real Madrid. Luego llegaron Modric y Bale. Por fin, en 2014 volvió a levantar la Champions. Entonces llegó Kroos. Y los tres títulos consecutivos de 2016, 2017 y 2018 comenzaron a dar un vuelco total a la situación.
ENCUESTA
La marcha de Cristiano fue un interludio en esta tendencia. El mundo profesional confirmó la necesidad verídica de jugar en el Real Madrid cuando los blancos lograron La Decimocuarta en 2022 sin el portugués, sin Haaland y sin Mbappé. Eran cinco Copas de Europa en ocho años, superando a clubes estado como el City y el PSG a los que eliminó en el devenir de la competición. Los futbolistas y los apoderados analizaban esta evolución del mercado. Algo estaba pasando.
La Decimoquinta remata una revolución
La victoria del Manchester City la temporada pasada, eliminando al Real Madrid, fue otro interludio en esta tendencia. La Copa de Europa que el club español acaba de conquistar era la prueba de fuego para estudiar la continuidad del poderío puramente futbolístico de la casa blanca, porque el económico se encuentra en la Premier y en el PSG.
El resultado es que los hombres de Ancelotti han podido con todo y contra todos. Han superado al Manchester City, al Bayern y al Borussia Dormund. El golpe de efecto ha sido total. Sin Mbappé y sin Haaland han grabado La Decimoquinta. El resultado es que Mbappé necesitaba al Real Madrid y su fichaje está firmado. El resultado es que Haaland quiere venir y no puede. Y Wirtz. Y Musiala. Y Kimmich. Y Leny Yoro. Los futbolistas de otros grandes anhelan venir al Bernabéu. No hay sitio para todos. Hagan cola señores.