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El colegiado Alejandro Muñiz Ruiz (d) muestra tarjeta amarilla a Vinícius por protestar

El colegiado Alejandro Muñiz Ruiz (d) muestra tarjeta amarilla a Vinícius por protestarEFE

El Real Madrid, indignado con el 'tiro al blanco' de los árbitros

  • El campeón suma quince amonestaciones en Liga y nueve son por protestar las faltas que soporta, muchas de las cuales quedan sin castigo

  • Frente al Alavés, el árbitro Muñiz Ruiz mostró cuatro amonestaciones al equipo local, tres por protestar las faltas sin sanción del rival

El Real Madrid sabe que cae muy mal al estamento arbitral porque desde hace veinte años quiere cambiar toda la estructura y limpiar el Comité Técnico de Árbitros. El campeón vigente asume desde hace mucho tiempo que los colegiados le miran con sospecha y que le harán sufrir cada victoria y cada título, porque renovar la estructura arbitral dejaría a los jueces actuales sin cobrar medio millón de euros anuales. Pero la gota ha colmado el vaso. Las actuaciones de los colegiados demuestran una inquina con el campeón de Europa que ha superado todos los límites de lo permitido.

El Real Madrid lleva treinta y nueve jornadas sin perder porque es la plantilla más potente de España, pero la nueva modalidad de sancionar al equipo que domina los partidos es no pitar las faltas que le hacen y castigar a los hombres de Ancelotti que protestan esa reiteración. El resultado es que el Real Madrid suma quince amonestaciones en la Liga y nueve son por protestar. La indignación en la institución es absoluta.

En la cocina de Valdebebas se habla de no entrar al trapo

Esta estrategia arbitral de castigar las protestas del Real Madrid por las numerosas faltas que sufre sin sanción es una constante que ya comenzó hace unos años. Vinicius es la principal víctima de esta política, porque el brasileño encarna ese antagonismo del Comité Técnico con el club madrileño. Ancelotti y su plantilla lo saben. En la cocina de Valdebebas se habla de no entrar al trapo, pero al final la sucesión de entradas punibles que soporta el campeón suscita la lógica reacción de los jugadores, que sí es castigada con dureza por los trencillas.

El partido frente al Alavés creen que superó todo lo admisible. El conjunto local dominó durante ochenta minutos, los visitantes cometieron una docena de faltas sin castigo y el balance final de Muñiz Ruiz fue cuatro tarjetas amarillas para el equipo que manda en el césped y ninguna para el que defiende.

El colofón de esta aplicación de la justicia es que tres de esas cartulinas fueron por protestar. Las sufrieron Valverde, Vinicius y Modric, que ejercía de capitán y tenía derecho a dialogar con el colegiado. No tuvo ese derecho.

Recurrirán las tarjetas

La casa blanca recurrirá ante los comités federativos esas amonestaciones, especialmente la recibida por Modric. Pero la guerra del Real Madrid en busca de la regeneración del Comité Técnico arbitral no ayuda. Los jueces pertenecen a la Federación y el madridismo canta en la grada 'corrupción en la Federación' y 'Negreira, Negreira'. Es un cóctel explosivo. Generalmente los comités no desdicen a los colegiados aunque sus equivocaciones sean cristalinas. El cooperativismo manda en el sector. Todos se apoyan y todos se tapan.

Decíamos que el Real Madrid de Ancelotti acaba de establecer una nueva plusmarca de la historia de la Liga española con 39 jornadas sin perder, 29 victorias y 10 empates. En la entidad asumen que la mayoría de esos empates debieron ser también triunfos. No se olvidan sobre todo los partidos frente al Atlético en el Bernabéu, con algunos penaltis si señalar, y las visitas al Betis y al Sevilla. En el estadio verdiblanco hubo un penalti claro sobre Benzema, más dos expulsiones, sin sancionar. Una de ellas, la caza de Pezzella a Vinicius. La otra, una agresión a Camavinga sin balón. Y en el Sánchez Pizjuán se anuló injustamente un tanto al Real Madrid por parte de De Burgos Bengoechea, que detuvo la jugada cuando ya era gol para ver cómo se encontraba un jugador sevillista, error garrafal que le costó la 'nevera' durante un mes.

De Burgos Bengoechea es un juez que perjudica habitualmente a los blancos con un historial casi inigualable. Sus actuaciones en los clásicos y en el infausto partido de Mestalla, con el racismo sufrido por Vinicius, han sido deplorables.

Relatamos estos graves desatinos de los hombres que llevan el silbato para argumentar que la persecución al Real Madrid es muy antigua. La realidad es que los colegiados ponen los partidos cuesta arriba al club que quiere cambiar su estamento de arriba abajo, empezando por ellos mismos. Y cuando a alguien le tocan un buen dineral, ya se sabe.

Vinicius, cuidado con el Clásico

Vinicius es quien paga fundamentalmente esta inquina arbitral. Le sacan de quicio al permitir que le hagan toda clase de entradas violentas que provocan su protesta y entonces surge la amonestación para la víctima. Es una treta muy vieja de los colegiados cuando les cae mal a un futbolista. Es fácil centrar el tiro en el brasileño, porque es el jugador que soporta más acciones duras que no se castigan, muchas de ellas de tarjeta amarilla y algunas rozando la roja. Todo está permitido con el sudamericano.

El quid de la cuestión es que Vinicius suma tres cartulinas amarillas y deberá tener cuidado con el Clásico, que se disputa en un mes. Si le muestran dos más sufrirá un encuentro de castigo. En todo caso deberá medir bien sus pasos en las próximas jornadas. En el madridismo se habla de persecución.

En el encuentro frente al Alavés se vivió una situación que desnudaba todo este desastre arbitral. Luis García, el técnico blanquiazul, pedía la expulsión de Endrick mientras reconocía también que el Real Madrid recibió tarjetas por protestar que sobraban. Esa es la clave. Muñiz Ruiz podía haber echado al joven delantero brasileño. No lo hizo porque su actuación contra el conjunto blanco fue tan nefasta como evidente.

Hay que destacar de nuevo una realidad: muchas cosas se están haciendo mal en el estamento de los jueces futbolísticos cuando la afición del equipo que gana protesta con indignación contra los árbitros. El madridismo se queja, desairado, en la victoria. No es la vieja, simple, habitual y primitiva denuncia del amargor en la derrota, echando la culpa al señor del silbato. No. El Real Madrid y sus seguidores se quejan con dureza en el triunfo, un día sí y otro también.

Javier Tebas, como presidente de la Liga Profesional, podría exigir al estamento un mayor acierto, acorde con el dineral que los clubes les pagan a los jueces. El problema es que Tebas también está enfrentado al Real Madrid.

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