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Qatarí que te viTomás Guasch

Sofoco y goleada: el Real Rarísimo Madrid

Hubo un rato que la conclusión fue clara: malo si le atacan al Madrid, malo si le defienden. No había arte. Ni confianza

Actualizada 01:34

Sí, el Madrid sigue haciendo cosas raras, el rival importa poco, se las pinta solo. Con dos goles de ventaja tenía complicado montar otro número. Se puso y lo hizo. Felicidades. Tiene mucho mérito.

El comic blanco pasó esta vez por un cómodo 2-0, el tercero lo anularon, el Celta no había tirado a puerta, ochenta minutos largos y, de pronto, Camavinga primero y Asencio después decidieron animar la noche. ¡Al sofoco!

Partido empatado, primera parte de la prórroga lo mismo y al final, cinco. Conclusión: los mismos futbolistas que fueron capaces de imponer su superioridad fueron responsables del inconcebible giro de tortilla. En eso no interviene el entrenador. A Ancelotti se le puede discutir, bien es verdad que si en la victoria es uno más, en la derrota lo mismo. Pero los muchachitos que se lo hagan mirar. ¡Qué manera de complicarse la vida!

Es cierto que el partido tenía su aquel tras lo de Arabia. Hubo un rato que la conclusión fue clara: malo si le atacan al Madrid, malo si le defienden. No había arte. Ni confianza. Había poco y llegó el primer minuto del partido: el 36. Luego vinieron los de los goles gallegos. El 36. ¡Un penalti tangado al Celta con 0-0! Hala, pues que lo teníamos: está lo de Negreira, lo de Olmo y Víctor y ese penalti no pitado. Empate. Por el Bernabéu corrió el rumor que había llamado el CSD preguntando por el árbitro: no está confirmado.

Porque sí, pareció que al Celta no le pitaron penalti a favor con el partido empatado. Y verán por qué insisto en lo pareció. En estas, Lunin derribó a Williot. Pelota al espacio, sueco que la toca y adelanta, portero que sale y eso: pareció que le derriba. Mi parecer, penalti. No para el árbitro Munuera, ese hombre. Ni para el VAR, esos lo mismo.

El caso fue que la contra del Madrid acabó con gol de Mbappé, el primer futbolista del Madrid que marca en seis torneos distintos el mismo año: Supercopa de Europa, Liga, Champions, Intercontinental, Supercopa de España y Copa del Rey. El séptimo será en el Mundial de Clubes. Fue otra vez el mejor del Madrid. Mejor con mayúscula.

Gol y se armó: el Celta juró en español, gallego y arameo. Muy compresible. Lo admirable del asunto fue que viendo las imágenes, al VAR, el súper árbitro del fútbol moderno, ese que llama por chorradas mil, no le pareció -otra vez- razonable mandar a su colega al monitor. Lo tuvo clarísimo. Santa Lucia les conserve la vista. No, no dudaron. ¿Hay que quemar el VAR? Hace tiempo.

Total, que con el no penalti, y si lo hubiera transformado, claro, pintaba que se habían esfumado las posibilidades del Celta en la eliminatoria. Pero no. Dos de los jugadores más reclamados y queridos por la afición, Camavinga y Asencio, decidieron que iban a seguir jugando. Esos errores los comete Tchouaméni y sigue en el estadio a estas horas.

2-2 y a la prórroga. Prórroga sofoco, mira tú sí… No hubo tal. Si el Madrid se afanaba, resolvía. Media hora es ‘molto lunga’ en Chamartín y más sin Iago Aspas. Ganó, pero el número queda. Endrick resucitó con el tercer y definitivo tanto. Luego hizo el quinto. Este chico es buenísimo, fíense de mí. Su problema es lo que tiene delante, acabará tirando la puerta abajo. Y entre uno otro de sus goles, ‘Valverdazo’. El sofoco acabó en goleada: es el Real Rarísimo Madrid. ¿Tiene arreglo? Pues no sé…

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