La nueva vida de Dembélé en París y cómo se ha convertido en diferencial de la mano de Luis Enrique

Su salida de Barcelona tardó en digerirse. Xavi lo quería como pilar fundamental para su ataque, pero cuando hay dinero de por medio es difícil decir que no. Y eso es exactamente lo que pasó con Ousmane Dembélé el pasado verano.

El francés nunca acabó de cuajar en el conjunto azulgrana y nunca fue capaz de justificar los 105 millones fijos más 40 en variables que el Barça le pagó al Borussia Dortmund. En ese 2017, Dembélé era un futbolista diferencial que había dejado muy buenas sensaciones en el país teutón. Y Bartomeu pagó esa millonada encantado.

La falta de adaptación y las constantes lesiones provocaron el adiós de Dembélé del equipo culé. Al barcelonismo se le acabó la paciencia con el extremo galo y la oferta de 50,4 millones que presentó el PSG fue aceptada por la directiva del Barça. En definitiva, adiós a un futbolista que prometía mucho pero que acabó siendo un fiasco.

Su llegada al PSG se vio como una oportunidad para volver a ser ese futbolista vertical, eléctrico y con desparpajo que se vio en el Signal Iduna Park de Dortmund y del que disfrutaron los aficionados borussers. En definitiva, el bueno de Ousmane necesitaba un cambio de aires.

Líder ofensivo del PSG junto a Mbappé

Fue llegar a París, la capital de su país natal, y en la cabeza de Dembélé se produjo un cambio de chip. Un cambio que él, a fin de cuentas, necesitaba. Y en ese sentido, Luis Enrique, uno de los mejores entrenadores del fútbol europeo y mundial le dio ese liderazgo que no fue capaz de obtener en el Camp Nou.

Dembélé se juntó con su gran amigo Mbappé y desde el primer partido se pudo a ver una versión mejorada y más fresca de 'El Mosquito', tal y como es apodado el atacante francés. Y esa sintonía se siguió viendo con el paso de los meses, hasta el punto de conseguir que todo el juego ofensivo del PSG pase por los pies de Dembélé.

Hasta el momento, Ousmane acumula 23 partidos con el PSG, lo que se traduce en un solo gol y en ocho asistencias –su gran fuerte esta temporada–. Y esto ha sido posible gracias a su mejoría física. A muchos les puede sorprender, pero fue llegar al conjunto parisino y olvidarse de esas lesiones constantes que tanto le habían martirizado en el pasado. Sólo se ha perdido tres partidos en lo que va de temporada. Algo cuanto menos sorprendente teniendo en cuenta que Dembélé había adquirido la fama de jugador de cristal.

«Pagaría una entrada por verle. Es un jugador con magia, maravilloso. Es un gusto tenerle, con esa personalidad para generar superioridades, fijar a los jugadores. Me encanta tener en el equipo a jugadores de ese perfil», comentó recientemente Luis Enrique, su gran valedor en este PSG.

Una amenaza para el Barcelona

Cosas del fútbol. El rival del PSG en los cuartos de final de la Champions League es el Barcelona de Xavi. Es decir, el francés se reencontrará este miércoles con los que fueron sus compañeros hasta hace no mucho. La ida se juega en el Parque de los Príncipes, estadio en el que el PSG buscará sacar una ventaja positiva para afrontar la vuelta en Montjuic con suficientes garantías.

El Barça tendrá que poner los cinco sentidos para frenar a Dembélé. No será una tarea fácil. La actual versión del francés no se parece en nada a la que mostró en Barcelona años atrás. Si el conjunto azulgrana consigue pararle los pies a Dembélé tendrá mucho ganado. Pero el Barça también tiene otro problema y ese se llama Kylian Mbappé.

En líneas generales, se espera un partido realmente complicado para el Barcelona. Aunque es cierto que el conjunto culé ha mejorado sus prestaciones en los últimos encuentros... el PSG no es el Cádiz y, con muy poco, pondrá en apuros a la zaga catalana.