PSG 0-1 Borussia Dortmund
El PSG se queda seco ante el Dortmund y Mbappé dice adiós al sueño de la Champions en París
Sin marcar en toda la eliminatoria, los parisinos caen en casa y se vuelven a quedar sin Champions. El Dortmund estará en Wembley
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«¿Qué puede ser lo peor? Continúa la vida, saldrá el sol. Cuando sale el sol en París es maravilloso. Nosotros, como deportistas, si no pasamos a la final, aplaudiremos al rival y le felicitaremos, aunque no lo merezca. Nos levantaremos jodidos, pero con orgullo, pensando en volverlo a intentar». Esas fueron las declaraciones de Luis Enrique, en la previa, cuando le preguntaron qué pasaría si los suyos no superaban la eliminatoria. Relativizar la derrota. En el fútbol, y especialmente en la Champions, el de fracaso es un concepto tan manido que pocas veces se ajusta a la realidad. Tampoco será esta la temporada de la ansiada ´Orejona´ por parte de los parisinos. Probablemente, con Mbappé ya no tendrán más ocasiones. Pero mañana saldrá el sol en París.
Y es que la capital francesa se vistió de gala. Se trataba, probablemente, del partido más importante en la historia del estadio, teniendo en cuenta que el año que llegaron hasta la final, en 2020, lo hicieron sin público debido a la pandemia.
De entrada, Luis Enrique quiso corregir todos los problemas de los que adoleció el equipo en la ida: liberó a Mbappé, encerrado entre los centrales en Alemania, escorándole a la izquierda; y le dio un socio ofreciendo al lateral Nuno Mendes, con órdenes de no subir nunca en la ida, toda la libertad posible para sumarse al ataque. Para compensar eso, el español Fabián Ruiz fue el sacrificado, pues tenía que colocarse constantemente como un falso lateral zurdo a la hora de sacar el balón.
Lo que no corrigió, y sorprende un error así por parte de un entrenador como Luis Enrique en estas instancias, fue la presión parisina. Mbappé saltaba a por Hummels, el central, pero nadie compensaba ese salto yendo a por Ryerson, el lateral. Como consecuencia, el Dortmund siempre tenía un jugador libre sobre el que girar la presión e inclinar el campo.
Por parte del Dortmund, las intenciones fueron las esperadas. Le dieron el balón a los locales y optaron por defenderse y buscar salidas a la contra, con Sancho y Adeyemi como principales destinatarios. El talentoso extremo inglés volvió a erigirse en el hombre que daba respiro y calma a los suyos, capeando el temporal del buen inicio local.
El PSG había empezado bien, en esos habituales minutos de furor que son imperativos siempre que buscas una remontada en casa, pero, conforme pasaban los minutos, se fueron diluyendo como un azucarillo. Mbappé, en cada intervención, era superado por un colosal Hummels. Viendo que la eliminatoria se les iba, tuvieron que empezar a asumir riesgos los locales, metiendo a muchos jugadores delante del balón. El reverso de esa idea no tardó en verse: el fino Brandt descolocó a un PSG desnudo tras pérdida, y el rapidísimo Adeyemi se plantó frente a Donnarumma. Esta vez el portero italiano jugó el papel de héroe.
A falta de un Mbappé que, como en la ida, estaba desesperado ante los imperiales centrales alemanes, las esperanzas de remontada del PSG empezaron a depender del excelente Vitinha, un centrocampista destinado a dominar la próxima década. Con él dominando las posesiones, aguantando el balón y filtrando ante las líneas rivales, los parisinos crearon un par de acercamientos posibles a la portería de Kobel.
Tras el paso por vestuarios, y con el tic tac del reloj resonando en sus cabezas, los jugadores locales quisieron aumentar el ritmo en busca del ansiado gol. Lo rozó el joven Zaïre-Emery nada más arrancar el segundo período, con un disparo que se estrelló en la madera. Uno de esos momentos que definen una eliminatoria.
Y es que, instantes después, en un centro que venía con nieve de Julian Brandt, Hummels aprovechó un desconcertante fallo de comunicación entre Beraldo y Donnarumma para adelantar a los suyos. Un premio merecidísimo para un central que, a sus 35 años, está realizando una de las temporadas de su vida. Un homenaje al sacrificio, el estandarte del guerrero.
Con poco más de media hora por delante, y dos goles abajo en la eliminatoria, era la hora de los héroes. Del peso de la historia. Y de eso carecen los parisinos. La compra de la entidad por parte de Nasser Al-Khelaïfi, el impresionante desembolso económico y, como consecuencia, la búsqueda obsesiva por la Champions, han sumido al equipo en una agonía constante. Porque da la sensación que no juegan solo contra el rival, sino contra ellos mismos. Quien sale al campo con más miedo a la derrota que alegría por la victoria ya ha sido derrotado.
Tuvieron un arrebato de orgullo los de Luis Enrique, de nuevo comandado por Vitinha y Mbappé, pero, entre el palo y los errores de Gonçalo Ramos, la gloria del gol se les negó. Necesitando de referencias ofensivas, el PSG dio entrada al eléctrico Barcola, recolocando a Mbappé de ´9´, y a Marco Asensio buscando disponer de su potente golpeo.
Ante esta acumulación de jugadores ofensivos, respondió el Dortmund metiendo a otro central, Süle, y quitando, sorpresivamente, a Jadon Sancho, apostándolo todo a la resistencia. Se recolocaron en un cerrado 5-4-1, con Brandt y Reus como extremos.
Sin espacios por dentro, tenía que ser por fuera. En ese contexto, Ousmane Dembélé lo intentó una y otra vez, en una insistencia que nunca cesa, pero sin lograr traducirlo en el marcador. La volvió a estrellar contra la madera Mbappé, hizo lo propio Vitinha en un disparo lejano y Marquinhos cabeceó fuera por centímetros. Como dijo Messi en Nueva Jersey tras perder, por segunda vez en dos años, una final de Copa América por penaltis: «Es increíble pero no se me da».
Los finales felices, ese concepto tan hollywoodiense, no suelen ocurrir en la vida real. No habrá Champions para Mbappé en el equipo de su infancia, el PSG. Lo ha intentado, lo ha luchado durante años, pero no lo ha logrado. Es la vida. Quienes sí pueden ser felices y comer perdices son los del Borussia Dortmund. 11 años después, regresan a Wembley, donde en 2013 perdieron la final de la Champions con un gol en el último minuto. Fue muy cruel, pero luego salió el sol en Dortmund. El único superviviente de esa plantilla en la actual es Hummels, quien, con permiso de Sancho, ha sido el hombre de la eliminatoria. Colosal lo suyo. Caer y levantarse.
Ficha técnica
Dortmund: Kobel; Ryerson, Hummels, Schlotterbeck, Maatsen; Can, Brandt (Nmecha, 84´), Sabitzer; Sancho (Süle, 67´), Adeyemi (Reus, 55´), Fullkrug
Goles: 0-1 Hummels (50´)