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A Kylian se le está poniendo cara de Prosinecki

Kylian es pura ansiedad. Es un quiero y no puedo muy lejos del Mbappé fenómeno de otros tiempos no tan lejanos. Es tremendo ver como es incapaz de agarrar un disparo limpio, directo. Ni de penalti que convirtió en un pase al portero.

Actualizada 00:04

Palmó el Madrid en Anfield cosa que cabe considerar normal si pensamos cómo está él y cómo el rival. Cómo está siendo la temporada de uno y de otro, en todo y en algo fundamental: las lesiones. Esta vez, Camavinga. Mucho peor que la derrota. Hubiera sido mejor un 14-0 y que el francés no se hubiera averiado. Escribo sin saber qué tiene, toquen madera.

El bueno en cada posición va cayendo uno tras otro en un Madrid gafado. Afortunado el que vuelve en un mes. Carvajal, Militao, Vinicius y ahora, Eduardito. Así no hay manera de recuperar la regularidad perdida. Es dificilísimo.

El Madrid está pues para clasificar entre el 9 y el 24. No es ahora un primera serie europea, cosa que sí es este Liverpool. El niño viene de nalgas. No es un partido, Ni dos ni cinco. Es la tendencia. De nalgas. Lo descubrió la primera ecografía allá por septiembre. Y no varía su posición.

Y Mbappé. Llegados a esta situación acudo a mi letrado de guardia, ese sabio: se le está poniendo cara de Prosinecki, dice. Es el titular. Juega mal y el penalti fallado corona un arranque madridista decepcionante y lo siguiente.

Y sí, seguramente no es el mayor problema del equipo, cómo será la cosa. Ese es su falta de juego, de entidad, sin duda que con la maligna influencia de las lesiones. Pero esa cara ‘prosiniesca’ la tiene el francés. La cara del que iba para fenómeno y no rompía a ello.

Kylian es pura ansiedad. Es un quiero y no puedo muy lejos del Mbappé fenómeno de otros tiempos no tan lejanos. Es tremendo ver como es incapaz de agarrar un disparo limpio, directo. Ni de penalti que convirtió en un pase al portero.

Un tiro limpio a puerta o fuera, una carrera, un regate. Está en bache desde que llegó y no sale de él. Ejemplariza la falta de seguridad y tino de un equipo desnortado al que, encima, le falta Vinicius y pinta que no lo recuperará hasta el año que viene. Vinicius, o sea el mejor.

¿Qué le pesa la camiseta? Puede ser. Y el juego del equipo. La derrota, en fin, no me dice gran cosa. Este partido sólo podía ganarlo el Liverpool. ¿Si entra el penalti y se pone el asunto 1-1? Pues váyase usted a saber qué hubiera pasado por la cabeza local, se le habría aparecido sin duda la final de París. Esas cosas. Y el Madrid se habría animado. No se dio y en el marcador pasó lo que iba a pasar. También en el juego.

El Madrid no está para esto ahora. Ganando uno y empatando otro de los tres partidos clasificará. Otra cosa si le cambiará la cara, al equipo y a Mbappé. Otear un futuro distinto hoy es cuestión de fe más que de otra cosa. Sí, ya: Zidane llegó y empezó a jugar en enero. Y esto es muy largo. Y quien sabe si llegará 2025 y el equipo no tendrá ni un 'constipao'. Vuelvan a cruzar los dedos. Lo único cierto es lo del niño, viene de nalgas. Es lo que hay.

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