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El Barcelona celebra uno de sus goles en el Bernabéu

El Barcelona celebra uno de sus goles en el BernabéuAFP

Real Madrid 0-4 FC Barcelona

Noche negra del Madrid de Ancelotti en el Bernabéu

Los locales dieron todo un espectáculo de incomparecencia en todos los sentidos tras los cambios en el esquema del entrenador italiano

El Madrid de negro en el Bernabéu era casi como llevar el «13». Salió a presionar arriba el Madrid con Rodrygo en punta y trataba de sorprender el Barcelona con balones largos. Valverde era un corredor de 400. Forrest Gump saliéndose del campo antes del remate por la derecha de Rodrygo. Militao hizo una «gutiada» para Vinicius que se fue casi solo y por dos y tres veces de Araújo. Valverde venía como una moto y chutó a la manopla de Ter Stegen.

El Madrid esperaba bien y no dejaba de moverse con todas esas piezas cuidadosamente descolocadas, como un despeinado estudiado. Trataba el Barcelona de ir tocando para avanzar, pero no le dejaban los de negro. Un «balón dividido» en realidad fue una agresión imperdonable (arbitralmente) de Aubameyang a la espinilla de Kroos.

El Barcelona por los lados

Pero sí fue perdonada. Lo siguiente fue una colada de Ferran por la izquierda y un pase atrás a Aubameyang que falló (lo detuvo el belga) delante de Courtois, que un segundo después volvió a despejar a Dembélé. No había nadie más que barcelonistas entre el portero madridista y sus defensas. Eso luego fue una pérdida de Militao. Con el toque y la apertura a los lados se fue haciendo el Barcelona con un control hasta el momento extraviado.

Era un control, el del Madrid, efímero pues no parecía pretenderlo sino «tan solo» percutir. Esos lados del Barça empezaban a ser pasillos. Un disparo de rosca, y lejano, de Ferran se fue por muy poco. Seis defensas y cuatro centrales retrasados defendían a un Barcelona que así no llegaba. Lo que sí llegó fue la primera amarilla para el Madrid (a Kroos), naturalmente.

A placer jugaban los visitantes con una presión estéril, fantasmal, del Madrid

Pedri le hizo un lío a Militao. Y luego otro en los tres cuartos, avanzando poquito a poquito, tanto que tuvo que salvar Casemiro poniendo el cuerpo delante de Ferran. Bajó Modric a ver qué pasaba por abajo, como cansado de estar subido en la azotea. Era como ese al que solo le dicen que vigile y cuando se queja le vuelven a decir que se suba.

Quién iba a ser si no Dembélé el autor del pase que cruzó la línea defensiva madridista justo hasta la cabeza de Aubameyang que marcó el primer gol del partido. El Madrid del principio ya no estaba. Jugaban sueltos los de amarillo. Y los de negro desconcertados, abriendo caminos al contrario, sin agresividad. A placer jugaban los visitantes con una presión estéril, fantasmal, del Madrid.

De noche en Chamartín

En el contraataque Vinicius se marchó solo. Muy solo y hubo algo. Fue derribado en el área, pero luego se vio que se lanzó. Quién no se lanzó fue Modric tras el empujón descarado de Pedri. El córner lo cazó Araújo. Otro jugador solo, para marcar el segundo. Dembélé y Araújo. Los experimentos ancelottianos se habían acabado. Se oyó el cierre del comercio. Era ya de noche en el Bernabéu y ya iban dos a cero sin haber vendido nada en todo el día.

Esperaba el Madrid la campana después de dos balones de Dembélé cuyos pases son capaces de atravesar los cuerpos y también las tácticas erróneas y los jugadores desubicados, claro. En el reinicio se plantó Ferran de modo incomprensible solo ante el Courtois. Y falló estrepitosamente. Habían pasado 20 segundos. El tercero llegó en el cuarenta y seis, casi el cuarenta y siete.

La variedad de la que hablaba Carletto el día anterior era esto. El italiano se había sentido artista y quedaba para el museo

No había nada en el Madrid. Falló Alaba en la salida y tocaron los azulgranas en el ataque hasta Aubameyang, que vio con la oreja a Ferran, quien marcó solo y a placer. Otra vez Aubameyang marcó en jugada fácil. Blando, tan blando el Madrid. Impreciso. Era el cuarto. Casi marca el quinto Aubameyang. Ningún jugador reconocible en el Madrid, al que solo le quedaba tapiar la portería de Courtois, que hacía lo que podía, y utilizar todo el resto de energías mal usadas en poner ladrillo y cemento y que todo quedara, al menos, así de mal.

Borrón y cuenta nueva

Qué hacía Militao, tras fallar por encima del medio campo, por encima del medio campo era un misterio. Se escuchaba el graznido del cuervo sobre el madridismo. La variedad de la que hablaba Carletto el día anterior era esto. El italiano se había sentido artista y quedaba para el museo. Podía salir hasta Piqué jugando desde su área, tal era la extrema contundencia local. Courtois salvaba el ocho o el nueve a cero.

Seguía el peligro del Barcelona, aunque esporádico. Por el Madrid jugaban solo Alaba y Vinicius por la banda derecha. Xavi ya había hecho cambios a tutiplén. Rezaba el madridismo por no encajar el quinto, ya casi pensando en lo sucedido. En el borrón de tinta negra y en la cuenta nueva que quizá debe de empezar a hacer con esos doce puntos de ventaja, y los nueve sobre su inmediato perseguidor, en la competición que le ocupaba.

Ficha técnica:

Real Madrid 0: Courtois; Carvajal (Mariano, m. 46), Militao, Alaba, Nacho (Lucas, m. 63); Casemiro, Modric, Kroos (Camavinga, m. 46); Valverde, Vinicius, Rodrygo (Asensio, m. 63).

FC Barcelona 4: Ter Stegen; Alba (Alves, m. 86), Piqué, García, Araújo; De Jong (Gavi, m. 71), Pedri (Nico, m. 86), Busquets; Dembélé (Adama, m. 80), Aubameyang (Memphis, m. 71), Ferran.

Goles: 0-1 (Aubameyang, m. 29). 0-2 (Araújo, m. 38). 0-3 (Ferran, m. 46). 0-4 (Aubameyang, m. 52).
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