Ansu Fati: cuatro palancas, 163 millones gastados y el remedio estaba en casa
El internacional español supera su calvario de lesiones y se presenta como salvador –en el campo– de la precaria situación de la entidad
Minuto 63 en Anoeta. El Barcelona sufre con 1-1 y la Real Sociedad tiene ocasiones claras -y un polémico gol anulado- para poder adelantarse en el marcador. Minuto 64. Xavi mueve el banquillo y da entrada a Ansu Fati, la perla del fútbol español. Minuto 68. El Barcelona se coloca con un 1-3 a favor.
Esta sencilla cronología de los hechos de la victoria del Barcelona a la Real Sociedad refleja a la perfección el impacto que tuvo Ansu Fati en el necesitado triunfo que los azulgrana consiguieron en San Sebastián. El bisauguineano, español desde hace tres años para que pudiera jugar con nuestra Selección, irrumpió en LaLiga para alegría no solo de Xavi, sino también de Luis Enrique. Se frota las manos el asturiano, porque tener a Ansu en buenas condiciones augura mejores expectativas en Qatar.
El verano del Barcelona no ha sido fácil. De todos es sabido la necesidad de activar la venta de patrimonio del club -suavizado mediáticamente con la palabra palanca- para poder salir adelante, fichar e inscribir jugadores. También es ya sabido que para reforzar la plantilla y darle a Xavi lo que pedía Laporta ha tenido que gastarse muchos millones, concretamente 163: Robert Lewandowski (45), Raphinha (58) y Koundé (60). Y aun así el inicio liguero fue un chasco en forma de empate en el Camp Nou ante el Rayo Vallecano.
Ante todos esos problemas, y con la aparición estelar de un Robert Lewandowski que ya avisó en Anoeta de que su instinto goleador lo mantendrá en España, apareció la esperanza culé de los últimos tiempos. El remedio del Barça estaba en casa, más allá de palancas y fichajes millonarios. La salvación tenía cara de Ansu Fati, prometedor futbolista que está llamado a liderar el Barcelona del futuro. Si Laporta ha decidido que la protección económica del club pasa por lo que haga deportivamente, Ansu se proclama aquí como salvador de todos los problemas.
Su actuación en Anoeta va más allá de las dos asistencias de gol que dio en sus primeros cuatro minutos en el césped y del tanto que más tarde anotó. Es más la sensación de superioridad futbolística que da, la impresión que causa su gran calidad y como su simple aparición supone todo un impacto. La Real Sociedad se quedó grogui tras la entrada del internacional español y pasó de ser un equipo aguerrido, creador de mucho peligro a estar 25 minutos deambulando por el terreno de juego esperando que Ansu Fati no hiciera más daño. Un auténtico revulsivo.
Injusto calvario
Los genios futbolísticos tienen esas cosas. Salen y arreglan todo. Ansu Fati, pese a contar con solo 19 años, lo es. Y eso que lleva soportando dos años de lesiones en un injusto calvario que empezó en noviembre de 2020, cuando se rompió el menisco. Eran entonces tiempos de penurias deportivas y muchas necesidades, por lo que Ansu emergió como la figura que acabaría con todo aquello. De ahí que se le presionara al joven y se le metieran unas prisas para volver que acabaron en desastre. Cuatro operaciones (las primeras iban siendo parches para que volviera rápido), diez meses y medio de baja, 47 partidos perdidos... fue un drama y más para un jugador con tanto potencial por mostrar. Desde su regreso no llegó a ser el mismo y cada vez que lo intentaba acababa recayendo. Desde octubre de 2021 -un año después de su lesión- hasta finales de abril solo jugó cuatro encuentros.
El inicio de la presente temporada fue algo esperanzadora, con 31 minutos ante el Rayo Vallecano. No aportó nada. Fue más tiempo del que gozó en San Sebastián, en el que no desaprovechó ni un segundo. Este partido puede servir de punto de inflexión tanto para el jugador como para el entrenador. También para la entidad, que se aferra a que Ansu pueda ser la imagen del club en los próximos años. Laporta le renovó para retenerle en el peor momento de su lesión. Ese sí fue uno de los aciertos del presidente catalán, que desesperado porque los del césped salven las finanzas, a posteriori, del club ha hecho todo por sacar la nave culé adelante. Quizá no hacían falta tantas medidas de ingeniería financiera. A lo mejor era tan simple como esperar a Ansu Fati.