Griezmann pide paso en LaLiga entre el esperpento arbitral

Con un pelo verde –y un pequeño mechón rosa– difícil de explicar, Antoine Griezmann pidió paso en esta Liga al ser el salvador del Atlético en Valencia (0-1), dando tres valiosísimos puntos a los de Simeone en un intenso partido marcado por los fallos arbitrales que deslucieron una gran primera parte. El francés, suplente porque al Atleti como entidad le interesa que lo sea de vez en cuando (para no pagar en el futuro al Barcelona), saltó al césped de Mestalla en el 64' y marcó en el 66'.

Un gol valió al Atlético para recuperar sensaciones y olvidar el tropiezo ante el Villarreal que dejó serias dudas en el club. En Valencia, con un rival que dio más de lo que tiene, el equipo rojiblanco se recompuso por la aparición celestial de Griezmann. Y así se olvidó lo que había sido un esperpento arbitral que hizo daño al fútbol de nivel.

Fue a partir del minuto 24 llegó el desastre arbitral firmado por Cuadra Fernández. No se enteró de nada el colegiado, superado por un partido de gran nivel. Y cuando empiezas a fallar lo que haces ya es improvisar e intentar salir del embrollo... con más errores. Primero dio validez a un buen gol de Yunus Musah con un fuerte disparo pegado al palo que había sido precedido cinco segundos antes por una clara falta a Joao Félix. El árbitro estaba al lado, pero entendió que no había pasado nada. El VAR le llamó para corregir tal injusticia.

No fue el único gran fallo de un Cuadra Fernández al que el videoarbitraje corrigió continuamente. En el 39' se inventó una roja a Thierry Correia, defensor del Valencia, por derribar a Morata en una carrera que alcanzaba ya casi la banda. Lo primero que hizo el colegiado fue sacar la tarjeta como defendiéndose de las protestas y, claro, desde el VAR le sacaron los colores al llamarle para corregirle ante lo que era, como mucho, una amarilla. Dos errores muy clamorosos en los que estaba al lado. Dos fallos no aceptables en Primera División.

Los mareos del árbitro ocultaron un gran partido de fútbol –entre dos grandes de España– en el que el Valencia demostró que tiene otra cara con Gattusso. El encuentro tuvo idas y venidas con apariciones de vez en cuando de Álvaro Morata, especialmente justo antes del descanso cuando se quedó solo ante Mamardashvili y el portero georgiano del Valencia sacó un pie al estilo de Casillas en la final de Sudáfrica.

El intenso duelo en Mestalla cambió de la forma más inesperada, cuando Simeone arriesgó y dejó un sistema más férreo para dar alegría con Griezmann. Y tan solo dos minutos después de salir al campo, y en la primera vez que tocó el balón, el francés desatascó el partido con lo que parecía un inocente disparo que tuvo la suerte de tocar en Carlos Soler. Fue un gol de total reivindicación de Antoine, suplente en este Atlético por un cúmulo de decisiones deportivas y económicas.

Controló bien después el partido el Atlético, al que le anularon un gol a Cunha por fuera de juego y después tuvo en las botas de Carrasco el 0-2, en las de Griezmann el 0-3 y en las de Correa el 0-4. Ninguno marcó ante tres paradones de Mamardashvili. El Valencia lo intentó por la banda de Samuel Lino, un cedido por los rojiblancos, pero acabó lleno de canteranos desconocidos con los que Gattuso reflejó la plantilla tan limitada que tiene. Se lo llevó el Atlético al final y los puntos son de mucho oro pensando a la larga.