Al Atlético ya no le vale el 'unocerismo' y el Getafe le castiga de penalti

Solo el Atlético de Madrid podía no ganar un partido como el que jugó ante el Getafe este sábado. Solo en el Atlético pasan cosas surrealistas para bien o para mal. Ni con el gol más raro de la historia, con un jugador que lo marca pero está en el banquillo, le ha valido al equipo colchonero para llevarse una victoria que mereció, pero que acabó cediendo por esas cosas que explican esta desastrosa temporada del equipo de Simone.

El Atlético ha empatado a un Getafe muy herido y en puestos de descenso. Un 1-1 con el que el equipo colchonero ha podido ver que ni regresando a sus esencias, la del 'unocerismo', le salen bien las cosas. Este fue el típico partido de la época más gloriosa del 'cholismo'. Pero ahora ni acaba en victoria. Menos mal para los rojiblancos que perdió el Villarreal en campo del colista, porque aún empatando amplió la distancia en la única lucha en la que está el Atlético a estas alturas: ser cuarto en Liga.

Estuvo muy activo Álvaro Morata en los primeros 20 minutos. Pidió un penalti, marcó un gol anulado por fuera de juego, buscó las ocasiones de forma continua... estaba en todas el '9' de la España de Luis Enrique, veremos si de Luis de la Fuente. A Morata hasta le dio la chapa Mateu Lahoz, que volvió a su habitual show hablador. A veces es bueno, a veces es malo.

Con Mateu vale todo. Fue curioso como cuando Morata pedía un penalti (le cogió del brazo Djené y era pitable) lo que hizo Simeone fue 'calentar' a la grada y meter presión para ver si al menos Mateu se iba al VAR a verlo. Él no cede a eso y se las sabe todos: minutos después se fue a explicarle a Simeone una acción y así tranquilizó al entrenador argentino. Un árbitro diferente, para bien y para mal.

Del partido, poco. El Getafe de Quique Sánchez Flores dibujó un partido tosco con muchos parones. Hubo muchas faltas, tres tarjetas amarillas y continuar con las jugadas era misión imposible. Todo vale siempre se haga de forma legal. El Atlético intentó regatear todo eso y se acercó de vez en cuando, lo intentó con algún disparo desde fuera, pero el partido era muy cerrado.

El gol más raro de la historia

Un partido de este tipo solo se podía decidir con el gol más raro que todos hayamos visto en nuestra vida. Un tanto anotado en el campo y celebrado fuera del campo. Sí, es posible. Se entiende por como funciona el videoarbitraje y por lo que hizo Simeone en mitad de la revisión del VAR.

En el minuto 60 Correa marcó el gol del Atlético pero en un primer momento fue anulado por fuera de juego. Ante ese hecho Simeone lo que hizo fue quitar del campo al delantero argentino. Sin embargo la acción la estaban revisando en el videoarbitraje porque podía ser un gol legal. Y así lo fue. Era totalmente válido, Ángel Correa no estaba en fuera de juego. Pero el jugador ya estaba en el banquillo con el abrigo puesto. Y así lo celebró.

Cuando eso era lo más destacado, cuando ya el Atlético se conformaba con eso, de repente apareció Saúl con su brazo para dar vida a Quique Sánchez Flores, que pende de un hilo. Sin hacer gran cosa, con un centro al área y un débil cabezazo de Mayoral, el Getafe se encontró un penalti. Fue muy claro porque Saúl Ñíguez saltó con el brazo estirado. El Metropolitano enmudeció y Enes Ünal no falló.

Y a partir de ahí, la desesperación rojiblanca. No llegó el gol de la victoria –la tuvo en el último minuto con un paradón de David Soria– y el Getafe, para el que el empate es un soplo de vida dentro del drama de la lucha por la salvación, eficaz en la defensa. Un 1-1 raro que demuestra que en cualquier partido del Atlético todo puede pasar.