Una victoria del Real Madrid en el Camp Nou anulada por un fuera de juego milimétrico con unas líneas dudosas

Polémica arbitral en el clásico de Liga. El Barcelona ha ganado al Real Madrid (2-1) y ha sentenciado prácticamente el torneo, del que se aleja ya a 12 puntos de los blancos. Y todas las jugadas dudosas, aquellas incluso que no admiten lugar a la duda, cayeron del lado culé.

Ricardo de Burgos Bengoetxea ha sido el árbitro de este Barça-Madrid marcado por disputarse en pleno caso Negreira. Incluso con una Fiscalía (de Barcelona) denunciando que el Barça pagaba al número dos de los árbitros para que «realizara actuaciones tendentes a favorecer al Barça en la toma de decisiones de los árbitros» en el Camp Nou se cantó «así, así, así gana el Madrid» al ver que a su equipo le perjudicaba un error del colegiado. Tenían razón. Fue una falta de Vinicius a Raphinha que no pitó De Burgos. Una falta simple, sin gran relevancia en el encuentro.

Frente a eso el Real Madrid se queja de dos acciones muy clave. Con 1-1 y en los últimos minutos de partido Marco Asensio anotó el gol de la victoria del equipo blanco. Ese tanto ponía al conjunto de Ancelotti a seis puntos del Barcelona. Pero fue anulado. Y no valió el gol por un fuera de juego milimétrico, imperceptible en el mundo del fútbol. Asensio estaba en fuera de juego por uno o dos milímetros, no más.

La norma dice que si estas adelantado, aunque sea por muy poco, es fuera de juego. Por lo tanto si Asensio estaba adelantado aunque fuera por un simple milímetro es fuera de juego. Otra cosa es si ese milímetro influye en lo que es el espíritu del fuera de juego: que el delantero tenga ventaja sobre el defensa. En esta jugada es evidente que no lo había.

El asunto de este gol anulado es que no hay toma clara de que sea o no fuera de juego. Para demostrar que sí era la realización televisiva puso unas líneas que más que hacer ver al aficionado que sí, que era fuera de juego, dejaba más dudas. Una línea, la azul, triplicaba el grosor de la otra, la roja. Una salía de un hombro y otra de una mano. El problema de las líneas que ponen para justificar la anulación de un gol por fuera de juego no es un asunto exclusivo del clásico. Se repite el esperpento cada semana. La pasada jornada, por ejemplo, pusieron una línea curva en un Villarreal-Betis. Y por no recordar lo que ocurrió en el Cádiz-Elche.

En el Real Madrid dudaron de que esas líneas de verdad indiquen que sea fuera de juego de Asensio. «Todavía tenemos dudas de que sea fuera de juego. No está la certeza al 100%. Nos vamos a Madrid con la duda», ha dicho Ancelotti, que ha dejado una reflexión clave para entender el despropósito que pasa en LaLiga: «En el Mundial los fueras de juego estaban muy claros, pero aquí me quedo con la duda».

Agresión de Gavi

A esta acción defensiva, que suponía la victoria del Real Madrid, se une una agresión de Gavi sobre Ceballos que llegó justo después. También con 1-1, el futbolista del Barça sin venir a cuento se fue a por el jugador madridista (con el que coincidirá los diez próximos días en la selección) y le dio un empujón sacando el codo sin que el balón estuviera en esa zona.

Ceballos corría tranquilamente cuando Gavi se acercó, le empujó de forma brusca y le tiró al suelo. Una agresión clara que es normal que el árbitro de campo (Bengoetxea) no lo viera, pero que sí era obligación de actuación por parte de Soto Grado, colegiado de VAR. Pero este último ni siquiera llamó para decir que se revisara la jugada. Dejó seguir, no hubo ni siquiera amarilla y volvió a dejar la duda de para qué está el VAR cuando en casos de agresiones ni siquiera actúa.