Benzema hace de la Liga su lucha particular y da al Real Madrid una cómoda victoria

Que por qué Benzema juega estos partidos intrascendentes, se preguntaban muchos madridistas en estas últimas fechas. Que hay ahora una final de Copa, una eliminatoria ante el City de Champions, que Modric se ha lesionado... Les respondió Karim: hat-trick y a luchar por el Pichichi.

El Real Madrid ha goleado al Almería (4-1) con una brillante actuación de su capitán, que cumple a rajatabla esa ley no escrita de los delanteros de que cuando llega un gol vienen otros tantos detrás y de que cuando no quiere entrar la pelota pues no entra.

Benzema ha bailado en el césped del Bernabéu –ese que se cambiará por quinta vez– con un recital goleador y una pegada impresionante. Todo balón que tocó en el área fue gol y fue acompañado por los brasileños. Ellos sí que bailaron. Vinicius y Rodrygo asistieron al francés en los dos primeros goles con jugadas por las que ya se justifica el pago de la entrada.

Pararemos especialmente en el segundo gol, obra de Karim, pero para la posterioridad de Rodrygo. Qué jugada se inventó Goes en la banda, de esas que se quedan en la retina. Salvando las distancias recordó a aquella del propio Karim en el Calderón en 2017. El brasileño hizo un regate imposible que mareó hasta a los aficionados del Bernabéu. Nadie se esperaba que se metiera donde no había hueco. No exageramos si la jugada es histórica.

Ya en los minutos previos fue Vinicius el que regaló actividad y asistencias. A los cinco minutos ya ganaba el Madrid con un remate de primeras de Benzema tras una asistencia del brasileño, en estado de gracia, feliz con sus regates y carreras.

Eso no lo entienden los árbitros, que permiten cosas surrealistas como que una falta continuada con agarrón por detrás acabe con tarjeta amarilla para quien sufre todo eso. Vinicius se llevó otra cartulina –la décima, se perderá el próximo partido de Liga en San Sebastián– por protestar que una falta clara no la pitaran. Y el colegiado Cuadra Fernández hizo lo que ya es costumbre: amarilla a Vinicius, que eso de protestar es delito.

Al filo del descanso Benzema hizo su tercer gol, esta vez de penalti. La pena máxima la provocó Lucas Vázquez. Ya en tiempo de descuento Lazaro puso el gol almeriense, gol para maquillar una clara derrota en una lucha que no era la suya.

Era una tarde feliz en Chamartín y Rodrygo la endulzó con un golazo nada más salir de vestuarios. Cogió el balón y lo mandó a la escuadra. Unido a su regate estaba para salir por la puerta grande.

Se gustó tanto el Madrid que al final tuvo algún desequilibrio en defensa como el que ayudó al segundo gol andaluz, obra de Robertone de cabeza. Fue un simple espejismo porque el encuentro fue un recital blanco. Jugaron muy alegre y la hora y la tarde madrileña acompañó para coger fuerzas en lo que será ya el tramo más decisivo de la temporada.

Pudieron ser ocho goles

Le anularon otro gol a Rodrygo, a quien Fernando sacó con su mano prodigiosa de toda la temporada el quinto blanco, y otro a Camavinga. También un penalti, pitado en primera instancia por el árbitro de campo y anulado en el VAR. Y Benzema estrelló el que era el póker goleador en el palo, mismo sitio donde acabó un remate de Asensio, que minutos después se encontró otra vez con el larguero. Pudo ser una goleada de escándalo, de esas que se van a los ocho goles.