Vinicius, en el día después: aluvión de mensajes, tristeza en Valdebebas y negando que piense irse

Vinicius vivió este lunes, 21 de mayo, el día más duro de todos los que lleva en el Real Madrid. Los gravísimos hechos en Mestalla del día anterior le hicieron mella personal y anímica una vez que todo había pasado.

Apoyado por el club –Florentino Pérez, que viajó desde Kaunas (donde el equipo de baloncesto ganó la Euroliga), se reunió con él para expresarle todo su cariño y explicarle qué harán a nivel judicial–, el futbolista brasileño tuvo la jornada más intensa en el Real Madrid desde que llegó en 2018.

Nunca antes Vinicius recibió más mensajes (todos de apoyo y de ánimo) en toda su vida. La mañana del lunes el móvil del futbolista echaba humo: los mensajes se repetían, de amigos pero también de rivales. La inmensa mayoría del fútbol se volcó con él a nivel privado, sin necesidad de querer que se haga público.

Lo que vivió Vinicius en Mestalla el pasado domingo marcará un antes y un después. Es la primera vez que vemos a un jugador acosado por tantos actos racistas (van ya diez denuncias en lo que va de Liga) encararse directamente con el que le insulta. Hasta ahora lo máximo que habíamos visto en España en este sentido era a Samuel Eto'o irse (aunque no le llegaron a dejar) de un campo de fútbol (La Romareda de Zaragoza).

Vinicius en cambio lo que hizo fue señalar al racista, ponerle cara. El fútbol español, como ha quedado demostrado, no estaba preparado para que un futbolista hiciera eso. De ahí que ante ataques durísimos (durante dos minutos recibió todo tipo de insultos racistas) que ya venían de antes del partido (nada más bajarse del autobús también le gritaron «mono, mono») se haya puesto el foco en otro lado.

Están quienes hablan de «provocaciones» del futbolista. Aún comprando ese terrible argumento (no hay provocación que justifique el clima de racismo que sufre Vinicius) en Mestalla el delantero del Real Madrid no había hecho ni un solo gesto en contra del Valencia o su afición. No originó nada. No provocó nada. Conviene aclarar que primero fueron los cánticos racistas, después el cabreo de Vinicius en el que señaló a los racistas, más tarde su expulsión y por último –en ese orden– el gesto del jugador (reprobable) de mandar a Segunda al Valencia.

El jugador, muy preocupado

Con todo ello, el día después del gran terremoto de racismo en España, con hasta el presidente de Brasil hablando de ello y todo el fútbol internacional haciéndose eco, Vinicius trabajó en el interior de las instalaciones de Valdebebas para realizar trabajo de recuperación física. No estará en el partido de este miércoles ante el Rayo Vallecano al estar expulsado.

Tal y como ha podido saber El Debate, Vinicius está muy preocupado no ya por estos cánticos racistas en Valencia sino por la especie de moda que se ha creado en España contra él. Todo vale en una persecución personal y profesional. El futbolista está así preocupado por una peligrosa deriva que dura toda la temporada.

A Vinicius le insultaron de forma idéntica a la vivida este pasado domingo en Valencia en otros lugares: Sevilla, Barcelona, Mallorca, Madrid... La diferencia es que esta vez se hartó y plantó cara él mismo al racismo al considerar que LaLiga –cuyo presidente dedicó sus esfuerzos mediáticos a señalar a Vinicius en un hecho verdaderamente preocupante– no hace nada por evitar todo este clima.

A nivel personal Vinicius, como es lógico, está triste. No entiende cómo puede haber este odio que le acompaña desde que llegó a Madrid y está superado por la situación.

Eso sí, desde el Real Madrid niegan que Vinicius esté pensando en marcharse a otras ligas tras este nuevo acto racista. Él está bien en el equipo y en la ciudad y lo único que se pide con lógica es que se trabaje de forma coordinada entre organismos para acabar con un clima de racismo que abochorna a nuestro fútbol y da la vuelta al mundo.