El Atlético de Madrid gana cómodamente al Celta y recorta distancias con el Real Madrid

El Atlético de Madrid no se cansa de ganar. Y eso ha vuelto a demostrar este sábado en Vigo. Los rojiblancos han regresado del parón de selecciones de la misma manera con la que se fueron y consiguen, por fin, ganar en Balaídos, un campo maldito para los de Diego Pablo Simeone que, hasta este sábado, nunca habían salido victoriosos de tierras gallegas (0-3).

El inicio de partido fue impetuoso. El Celta, con necesidad de puntos, se tomó el partido frente al Atleti como una final y salieron a por los rojiblancos desde el principio. En los primeros diez minutos, el conjunto vigués tuvo hasta tres ocasiones. Empujado por su afición incondicional, las primeras llegadas fueron de Strand Larsen, Iago Aspas y Mingueza.

El Atlético de Madrid supo aguantar bien las embestidas del Celta y, con el paso de los minutos, recuperaron el balón y se fueron acercando, poco a poco, a la portería de Iván Villar. El conjunto rojiblanco estaba avisando y el guardameta gallego estaba salvando absolutamente todo.

Y en el minuto 26, Álvaro Morata generó un penalti que provocó la expulsión del guardameta gallego. Villar no se lo podía creer y la afición del Celta protestó la decisión de Cuadra Fernández.

Griezmann adelanta al Atlético

Antoine Griezmann cogió el balón y lo colocó en el punto de penalti. El futbolista francés domina el arte de los penaltis y engañó a Vicente Guaita, que sustituyó a Kevin Vázquez (por la expulsión de Villar) para poner el 0-1 en el electrónico.

El gol rojiblanco no amedrentó al Celta. Todo lo contrario. Los olívicos sabían que este resultado no les venía nada bien y volvió a acercarse, con intensidad, a la portería de Jan Oblak.

Pero esa rebeldía del Celta duró muy poco. El Atlético recuperó muy rápido el balón y, en la recta final del primer acto, volvió a someter al conjunto vigués y buscar un 0-2 que dejaría en bandeja un nuevo triunfo del conjunto colchonero.

El Celta lo intenta, el Atlético remata

Tras el paso por vestuarios, Simeone decidió llevar a cabo un doble cambio. Samuel Lino, que había acabado la primera parte tocado, le dejó su sitio a Nahuel Molina y Pablo Barrios hizo lo mismo con Rodrigo Riquelme.

El Celta necesitaba un gol como el comer y se aferró al liderazgo de Iago Aspas para conseguirlo. El de Moaña estaba dejando joyitas en forma de regate y de un pase suyo nació un zapatazo al larguero de Jonathan Bamba. Los de Rafa Benítez habían salido muy motivados en la segunda parte.

Lo positivo para el conjunto local es que el Atlético no estaba siendo capaz de sentenciar el encuentro. Y con un resultado tan corto cualquier cosa es posible. Pero el conjunto rojiblanco no perdona dos veces y en el minuto 65, Griezmann hizo su doblete particular para hacer el 0-2 y dejar el partido sentenciado.

No contento con eso, Griezmann volvió a aprovechar la pasividad de la defensa del Celta y recogió un gran pase de Álvaro Morata, su socio en la delantera, para marcar un hat-trick con la camiseta del Atlético cinco años después.

Con el partido sentenciado, el Atlético bajó el ritmo y el Celta intentó acercarse, una vez más, a la portería de Jan Oblak en busca del gol del honor, pero el guardameta esloveno le había puesto el candado y por ahí no iba a entrar nada.