Xavi Hernández se protege en los millones y entierra a La Masía cuando más se tambalea su cargo
A la hora de la verdad, cuando el Barça se juega la vida y él su puesto, se olvida de canteranos, tira de fichajes millonarios y rompe con esa esencia culé
La nueva excusa de Xavi: si el Barça no juega bien es por culpa de la prensa
Una cosa son las palabras y otra los hechos. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Que se lo digan a Xavi Hernández, la persona a la que el barcelonismo siempre le colocó como el guardián de las esencias de la entidad. El Barça era Xavi porque el Barça además de ese ADN futbolístico de toque y posesión era sobre todo La Masía.
Al Xavi entrenador también se llenó la boca de defender la cantera. Es la esencia del Barça, claro. Pero ese mismo Xavi es quien ha desterrado La Masía de su Barça. Cuando los resultados no acompañan, las urgencias son muchas y las dudas de los tuyos afloran Xavi hizo lo que hacen todos los entrenadores: adiós cantera, hola cartera.
El duelo del pasado martes ante el Oporto, en el que el Barcelona se jugaba la vida en Champions pese a la facilidad de su grupo, demostró que Xavi dice una cosa, pero hace otra. Cuando se tiene que jugar de verdad su puesto y la viabilidad de su club a nivel deportivo entierra la cantera. No apuesta por ella y se limita a sacar a futbolistas por los que el Barça pagó un pastizal. No es un delito, pero vuelve a demostrar que Xavi no es precisamente el ejemplo de nada en este asunto.
En ese duelo vital ante el Oporto Hernández alineó a Iñaki Peña en portería (Ter Stegen está lesionado, pero tampoco es canterano); a Araujo, Koundé, Íñigo Martínez y Cancelo en defensa; a Pedri, De Jong y Gündogan en el centro del campo; y a Raphinha, Lewandowski y Joao Félix en el ataque. Ni un solo canterano. Sergi Roberto, Fermín, Oriol Romeu, Lamine Yamal y Balde, fuera. Los tres últimos han sido utilizados de forma habitual por Xavi este año, pero a la hora de jugarse el puesto, ya hubo que tirar de los fichajes millonarios.
De ese once, seis jugadores son fichados en la época de Xavi, varios de ellos por cantidades millonarias. Entre ellos están jugadores tan experimentados y con grandes éxitos en Champions como Gündogan o Lewandowski, jugadores que han ganado la Champions, la han peleado siempre y tendrán que estar sorprendidos al ver cómo en un club de la grandeza del Barcelona se celebra a lo grande superar una fase de grupos en la que los rivales son el tercer equipo de Portugal (este Oporto), el quinto de Bélgica (Amberes) y el cuarto de Ucrania (Shakhtar).
Más allá de que el Barça haya sufrido en este fácil grupo de Champions, aquí lo que se observa es que a la hora de la verdad –y no es la primera vez que pasa– Xavi apuesta por la veteranía y no por su cantera, esa que defiende... de boquilla. Cuando ha sacado a jugadores de La Masía ha sido porque no tenía otro remedio, porque no le quedaba otra. Y a pesar de que le funcionara bien –véase Fermín o sobre todo Lamine Yamal, con una proyección espectacular– a la hora de la verdad es él quien opta por un Raphinha antes que por un Yamal.
Además en el partido ante el Oporto Xavi pasó también a la historia del Barça por algo que precisamente no guste mucho en el propio Barça. 21 años después el Barça tuvo un once sin jugadores catalanes. Ni uno solo de los 11 futbolistas titulares nació en Cataluña. Todo un golpe para el aficionado culé más catalanista, ese modelo de hincha que siempre ha sido protegido e impulsado por la directiva, que ve como cuando hay que jugarse la vida se opta por jugar con uno de Portugal, otro de Polonia, uno de Canarias y otro más de Uruguay. Nada que objetar, no está mal, pero díganselo a quien promulga una cosa y cuando ve que su puesto corre peligro hace la contraria.