Rodrigo Riquelme aprovecha su oportunidad y le da una victoria de oro al Atlético de Madrid

Es un jugador de rotación. No es titular indiscutible en el Atlético de Madrid, pero siempre que juega deja muy buenas sensaciones y este sábado lo ha vuelto a demostrar. Rodrigo Riquelme anotó el gol de la victoria de un conjunto colchonero que acabó pidiendo la hora ante el Mallorca. Nueva victoria a domicilio y el Atlético mantiene la distancia de seis puntos respecto al Athletic Club en su lucha por el cuarto puesto liguero (0-1).

Siempre que el Atlético de Madrid juega lejos del Metropolitano, el equipo se llena de dudas y ese miedo a no perder le acaba pasando factura. No está siendo la mejor temporada a domicilio del conjunto colchonero, pero el fútbol brinda muchas oportunidades y este sábado los de Simeone podían sumar tres puntos más lejos de casa.

La tarea no iba a ser fácil. El Mallorca de Javier Aguirre es un equipo muy peligroso cuando juega ante su gente y, sobre todo, muy imprevisible. Los bermellones lo querían demostrar. Pero el inicio del Atlético de Madrid fue inmejorable.

En partidos fuera de casa es importante golpear pronto y el equipo colchonero lo hizo. Rodrigo Riquelme aprovechó un gran centro raso, se giró y se sacó un derechazo que dejó helado a Rajkovic. 0-1 del Atleti y primera alegría de la noche para los colchoneros. Con el paso de los minutos, el Atlético siguió planteando un encuentro muy serio y evitó que el Mallorca se metiera en el encuentro.

De hecho, el primer tiro del Mallorca llegó en el 36'. Eso habló de lo concentrada que estaba la zaga del Atlético de Madrid. Tenían muy claro que no iban a dejar pasar ni una. Y si a eso se le añadía la buena circulación de balón se estaba viendo una actuación inmaculada de los rojiblancos.

El Mallorca no estaba siendo capaz de hacerle daño al Atlético de Madrid. Mucho tenían que cambiar en la segunda parte para, al menos, sacar un empate que le diera algo de aire en su lucha por la permanencia. La derrota del Cádiz ante el Madrid en el Bernabéu les daba algo de aire a los mallorquinistas. El problema es que en este tramo del campeonato es fundamental hacer los deberes y no depender de otros.

Tras el descanso, Simeone debió de ver que Mario Hermoso tenía algún problema físico y el técnico bonaerense tomó la decisión de cambiar al madrileño para dar entrada a Nahuel Molina, el jugador protegido del 'Cholo'. Con lo cual, Azpilicueta pasó al centro de la zaga. Ese cambio no le vino demasiado bien al cuadro colchonero.

Consciente del resultado, el Mallorca dio un paso al frente y empezó a jugar con esa soltura que le había faltado en el primer acto. El Atlético de Madrid parecía un equipo completamente distinto. Los pupilos de Simeone se habían olvidado de ese buen fútbol desplegado en la primera mitad y se metió atrás para evitar el empate del Mallorca.

Los de Javier Aguirre seguían a lo suyo y estaban muy cerca del gol del empate. Lo que le pasaba al equipo bermellón es que le estaba faltando puntería en los metros finales, una tónica habitual durante toda la temporada. El Mallorca es un equipo poco goleador. Sólo hay que echar un vistazo a la clasificación: 27 goles a favor.

El Atlético de Madrid estaba evitando un nuevo desastre lejos del Metropolitano. Más bien, Jan Oblak. El esloveno nunca decepciona. Es un gran portero y sabe cómo mantener con vida al conjunto colchonero. Nada nuevo. Los rojiblancos acabaron pidiendo la hora ante un Mallorca que apretó hasta el final, pero lo importante es que se supo resistir y el objetivo Champions está aún más cerca.