El Barça se relaja en la recta final y cede un empate doloroso ante el Celta de los 'niños'

No Lamine Yamal, no party, como dirían los ingleses. El Barça depende demasiado del extremo y este sábado ha vuelto a quedar claro. En San Sebastián, el Barça le echó de menos y en Vigo también. Los de Hansi Flick se durmieron en los minutos finales tras la expulsión de Marc Casadó y sumaron su segundo pinchazo seguido en Liga (2-2). Los 'niños' mataron al Barça.

El Barça se presentó en Vigo con tres novedades respecto a la derrota cosechada en San Sebastián. Gerard Martín, Gavi y Dani Olmo fueron titulares y con eso quedó claro que Flick iba a por todas. El técnico alemán no quería volver a pinchar. Con todo eso, el conjunto catalán arrancó el duelo con ganas de ponerse rápido por delante.

Los primeros minutos fueron muy dinámicos. El Barça atacó por el lado de Raphinha y el Celta trató de aprovechar la velocidad de Bamba para acercarse a la portería de Iñaki Peña. Sin embargo, fue el Barça el que golpeó primero. Koundé metió un gran centro al área, Mingueza erró en el despeje y el balón le cayó a Raphinha, que recortó hacia dentro y definió con precisión para poner el 0-1.

El encajar ese gol tan pronto le hizo daño al Celta. Los de Claudio Giráldez estuvieron un par de minutos algo erráticos, pero dejaron atrás esas dudas y se fueron en busca del empate, que casi llegó si no llega a ser por el paradón de Iñaki Peña. El guardameta metió una mano prodigiosa. A pesar de ir ganando, el Barça no estaba nada cómodo.

El Celta lo intentó de todas las maneras. El problema de los gallegos era que les estaba faltando precisión en el último pase. Y eso, obviamente, les lastraba en la búsqueda del empate. Entre medias, Lewandowski anotó el 0-2, pero el gol fue anulado por fuera de juego. Respiraba Balaídos. Ese segundo tanto hubiera sido muy cruel.

Y en los minutos finales de la primera mitad llegó la polémica. Gerard Martín entró pasado de revoluciones y se llevó por delante a Iago Aspas con una dureza excesiva. Soto Grado le perdonó la expulsión al lateral y Balaídos se indignó con el árbitro riojano.

De la sentencia al empate

La segunda mitad arrancó con el primer cambio del Barça. Hansi Flick dejó en el vestuario a Gerard Martín (que tuvo que haber sido expulsado) y metió a Héctor Fort. El alemán no se la quería jugar y quedarse con uno menos durante toda la segunda mitad.

El Celta empezó a jugar más largo para buscar los espacios. Y con ese plan, Iago Aspas tuvo cierta libertad. El capitán del Celta tenía campo para correr y se quedó a nada de anotar el gol del empate. El 1-1 no llegó y el Barça aprovechó la falta de eficacia del Celta para dar un paso adelante en busca del 0-2.

El segundo gol llegó en el momento en el que el conjunto culé estaba sufriendo más. Y esta vez, Lewandowski pudo poner su nombre en la ficha de goleadores. El polaco insistió y en el segundo rebote superó a Vicente Guaita.

Con el 0-2, el panorama se le puso aún más feo al Celta. Pero los gallegos tenían claro que no se iban a rendir. Mientras pudieran y hubiera tiempo, lo iban a seguir intentando. Eso va en su ADN. El esfuerzo es innegociable para Claudio Giráldez. Y el premio del gol llegó en la recta final. Alfon González aprovechó un error catastrófico de Jules Koundé y puso el 1-2.

El Celta volvía a creer. Y dos minutos después del gol de Alfon llegó la igualada de Hugo Álvarez. El canterano aprovechó un gran pase de Javi Rodríguez, sacó la varita mágica y definió de maravilla. La victoria era posible. Los gallegos se quedaron cerca de completar la machada en una recta final de locura. Pero se llevaron un punto que les sabe a gloria gracias a los canteranos.