Lewandowski sigue en estado de gracia y rescata al Barça en Montjuic

Ya lo hizo en Valencia con un doblete. Es un delantero con mucho gol y no se le puede dejar un balón suelto porque lo manda al fondo de la red. Tiene un instinto goleador envidiable y este sábado lo ha vuelto a demostrar. Robert Lewandowski volvió a salvar al Barcelona con un gol de killer en la segunda parte y le brindó la primera victoria del año en el estadio olímpico al conjunto azulgrana (2-1).

Un Barcelona vs Athletic Club siempre es un partido muy bonito de ver para el espectador neutral. Pero el de este sábado tenía ese componente morboso que lo hacía aún más interesante. Y Nico Williams acaparó todas las miradas. El extremo estuvo en la órbita del conjunto culé todo el verano, pero lo terminó rechazando. Y el calendario fue caprichoso, ya que quiso que en el segundo partido de Liga el extremo español jugara en Montjuic contra el Barça.

La duda radicaba en cómo iba a recibir el barcelonismo a Nico. La respuesta se obtuvo cuando tocó el primer balón. Pitada atronadora para el '10' del Athletic. Ni olvido ni perdón por parte de los culés, que le dejaron claro a Nico que el Barça está por encima de todas las cosas y que se merece respeto.

Los primeros minutos de partido transcurrieron con normalidad. El Barça tenía el balón y el Athletic esperaba atrás para salir al contraataque con un bloque muy alto. Esa es la gran virtud del conjunto bilbaíno y para hacerles daño hay que mover el balón con mucha velocidad. Se estaba viendo un duelo bastante parejo e igualado y ambos equipos no veían la forma de buscar el factor sorpresa.

El Barça tardó en entrar en calor, pero a partir del minuto 20 el conjunto azulgrana empezó a atacar con más sentido y dio la impresión que los de Hansi Flick iban a acabar marcando. Esa sensación se confirmó en el 24'. Lamine Yamal superó a varios defensores, se metió hacia dentro y enganchó un magnífico disparo desde el borde del área que entró cerca del poste izquierdo de la portería de Padilla. Montjuic celebró a lo grande el gol de su nuevo ídolo y disfrutó con el bailecito que Lamine le dedicó al barcelonismo junto a Balde.

El gol le sentó francamente bien al equipo de Hansi Flick. Los culés estaban jugando de maravilla y Lewandowski se quedó a nada de marcar el 2-0, pero el palo se encargó de repeler el disparo del delantero polaco. En el fútbol el que perdona lo acaba pagando y cinco minutos después, Pau Cubarsí entró a destiempo y se llevó por delante a Álex Berenguer.

Los futbolistas del Athletic protestaron la acción y no entendían como eso no era penalti. Gil Manzano tenía claro que no había contacto. No obstante, el VAR llamó a filas al colegiado extremeño porque consideraban que esa acción se tenía que señalar. Oihan Sancet cogió el balón y anotó el gol del empate antes del descanso. Tanto psicológico por parte del futbolista navarro.

A por la victoria

El empate en el marcador no le valía a ninguno de los dos equipos. Ambos querían la victoria. Y el Barça salió con ganas a la segunda mitad. Los culés le querían dedicar la victoria a su afición y demostraron que no iban a parar hasta conseguirlo.

Alejandro Balde se empezó a activar en el lateral izquierdo y entre él y Ferran salían las ocasiones de peligro del Barça en la segunda parte. El problema es que los centrales del Athletic estaban muy atentos y cortaban las llegadas justo a tiempo. El Barça sabía que para marcar el 2-1 necesitaban algo más de picardía.

Álex Padilla le estaba demostrando a todo Montjuic que era un portero espectacular. El guardameta hispano-mexicano nacido en Zarautz estaba salvando al Athletic y el Barça se empezó a desesperar. Para ganar algo de claridad de cara a portería, Hansi Flick dio entrada a Fermín y dejó en el banquillo a un errático Ferran Torres.

El conjunto culé dependía demasiado de Lamine Yamal. El chico tiene mucho talento, pero con tan solo 17 años no se le pueden pedir milagros. Al que sí se le podía pedir liderazgo era a Robert Lewandowski. El polaco lo llevaba intentando todo el partido y a la cuarta llegó la vencida. Raphinha vio solo a Pedri por dentro, el canario la cedió atrás y el rebote le cayó al '9' azulgrana, que definió raso para superar a Padilla y hacer el 2-1.

Como ya sucedió en la primera parte, el gol le dio al Barça esa tranquilidad con balón y los de Hansi Flick sabían que la victoria dependía única y exclusivamente de ellos. El técnico alemán hizo más cambios para perder tiempo. Los tres puntos se iban a quedar en la Montaña Mágica de la capital catalana.