Rayo Vallecano 1-2 Barcelona
Dani Olmo justifica su inscripción y el Barcelona acaba con el gafe de Vallecas
El nuevo fichaje del equipo catalán entró en la segunda mitad y fue clave para firmar la remontada que los coloca líderes en solitario
El artículo que ha retorcido el Barcelona para inscribir a Dani Olmo en LaLiga
Llevaba el Barcelona desde 2018 sin ganar en Vallecas en Liga y su visita en esta nueva temporada se daba justo cuando tenían la oportunidad de ponerse como líderes en solitario. Mal momento para visitar un estadio que es como ir al dentista para los azulgranas e ideal para que Dani Olmo justificara las maniobras de Joan Laporta para inscribirle y le diese la victoria a los suyos por 1-2.
No está viviendo el equipo catalán un buen momento económico y es de esperar que más pronto que tarde se termine trasladando al terreno de juego, pero lo cierto es que aun sin convencer, los de Flick cuentan sus partidos por victorias. No hay brillo en el juego y ante el Rayo se volvió a evidenciar, aunque ahí están. Tres triunfos por la mínima, a cada cual más sufrido.
Flick optó por hacer probaturas y pronto se vio que no fue la mejor idea. Dejó en el banco a jugadores como Balde, Fermín –que había estado en todas las pruebas– o el recién inscrito Dani Olmo y de inicio no le salió nada bien la idea. El Rayo apostó por su once de gala consciente además de que el Barça es un rival que se le da bien. Así pues, quiso llevar la iniciativa en los primeros compases y logró el mejor de los premios.
Una cabalgada interminable de De Frutos por banda derecha acabó con este en el área para poner un balón al punto de penalti, allí apareció Unai López para golpear fuerte y abajo de primeras haciendo inútil la estirada de Ter Stegen. Antes lo habían intentado Isi, Pacha Espino y hasta el propio De Frutos. Un vendaval de fútbol en Vallecas como bienvenida a James Rodríguez, que siguió el encuentro desde la grada.
Trató de reaccionar el equipo de Flick, pero el único activo era Lamine Yamal. Lo más destacado fue una caída en el área del internacional español por la que los futbolistas del Barcelona pidieron penalti aunque ni Soto Grado ni el VAR pensaron lo mismo. La espesura era total y Ter Stegen estuvo cerca de regalar el segundo tras un mal pase que le cayó a Álvaro, que se llenó de balón y disparó de primeras mandándola al cielo.
Dani Olmo, a escena
Otra imagen totalmente distinta mostró el Barcelona en la segunda parte y al fin se pudo ver a Dani Olmo con la camiseta azulgrana. El de Tarrasa sustituyó a Ferrán Torres, que volvió a tener una floja noche, y comandó el ataque de los de Flick. Lo primero que hizo fue pedir penalti por un choque con Lejeune en el área y lo siguiente ser el faro del equipo. Todos los balones pasaban por él.
Primero se estrelló con Dani Cárdenas y el larguero, justo después de que Raphinha rozara el empate. El Barcelona no tenía tiempo que perder e instantes después de que el catalán se topara con el travesaño llegó la magia de Pedri para poner las tablas tras un control exquisito que le permitió golpear con todo el tiempo del mundo al palo largo.
A partir de ahí fue un monólogo azulgrana y Lewandowski logró la remontada. Su tercer partido consecutivo marcando, hasta que el VAR rebobinó la jugada para sancionar un claro pisotón de Koundé sobre Chavarría que amargó durante unos minutos al equipo de Flick.
No minó esto la moral de Dani Olmo que siguió creyendo en tener un magnífico 'redebut' con el Barcelona 10 años después. Aprovechó pues una jugada de Lamine Yamal para sacarse después un disparo que solamente él vio. Un zurdazo al palo largo ante el que nada pudo hacer Cárdenas, que, al igual que su zaga, no se esperaba y tiró por tierra el gran trabajo de los franjirrojos durante 82 minutos.
Buscó después el empate y lo tuvo en las botas de Randy Nteka, que no cazó un balón en el área pequeña que únicamente tenía que empujar. Así las cosas, el Barcelona es el nuevo líder. Sufre y de momento no brilla, pero ya tiene nueve puntos y su próximo rival será el Valladolid en Montjuic. Oportunidad de oro para irse con pleno al primer parón del curso.