Correa rescata una vez más a Simeone y le da un triunfo vital al Atlético de Madrid

Hay futbolistas que no abren periódicos ni acaparan titulares, pero que son fundamentales en un equipo. Eso tiene el Atlético de Madrid con Correa, su 'Ángel' particular. En su rol de revulsivo, que a él no le gusta pero donde es un seguro de vida, el argentino volvió a vestirse de salvador para abrir la lata y darle la victoria a su equipo por 0-1. Correa, otra vez más, salvando a un Simeone que recibió algunas críticas por sus cambios en el partido ante el Espanyol.

El Athletic de Bilbao - Atlético de Madrid suele ser sinónimo de gran partido y no defraudó. El fútbol no brilló, pero hubo gran intensidad en todo momento. Siempre dio la sensación de que podía pasar algo. Se presentaron ambos equipos en San Mamés con la necesidad de conseguir los tres puntos para irse con buen sabor de boca al primer parón y sobre la bocina lo hicieron los visitantes, que se salvan de alejarse en exceso del Barcelona, líder de la competición. Apuntaba el choque a tablas pero nadie contaba con Correa.

Había mucho en juego para ambos equipos en el encuentro y se notó. Diluviaba en San Mamés y ningún conjunto quería arriesgar más de la cuenta. Las imprecisiones eran las protagonistas en los primeros compases y por mucho que Athletic y Atlético trataran de adueñarse del partido ninguno conseguía incomodar al rival. Los vascos se adueñaron de la pelota y los colchoneros esperaban tranquilamente replegados.

La más clara de la primera mitad la tuvieron los del Cholo Simeone por medio de Julián Alvarez. La Araña provocó un error entre Lekue y Yeray para quedarse solo delante de Agirrezabala, pero se le hizo tarde y dudó. Tenía solo a Griezmann en la derecha y también podía disparar, opción que escogió finalmente, aunque tardó demasiado y se le echó encima Yuri para salvar un gol cantado.

No dio para mucho más la primera mitad. Ocasiones no se vieron y los porteros estuvieron inéditos. Ni Agirrezabala ni Juan Musso, debutante hoy con el Atlético por la baja de última hora de Jan Oblak, tuvieron que intervenir. Lo más destacable fue el carrusel de cartulinas amarillas para el equipo local. La vieron Nico Williams y Yeray Álvarez por dos duras entradas y Oihan Sancet por protestar una acción en la que además no llevaba razón.

Susto al Atlético

Si en la primera mitad el equipo de Simeone apenas había sufrido, la segunda comenzó de manera totalmente distinta. Ni 30 segundos habían pasado cuando Nico Williams mandó la pelota al fondo de la portería. Lo anuló el linier y después lo confirmó la tecnología, aunque la imagen VAR demostró que el internacional español estaba mucho menos adelantado de lo que pareció en directo.

Trató de quitarse el miedo en el cuerpo el Atlético y dio un paso adelante. Griezmann trazó una jugada con un centro chut al que no llegó Lino por poco. Aun así, la más clara llegó unos pocos minutos después con los mismos protagonistas. El francés vio el desmarque del brasileño y le tiró un pase que llegó a Lino para que armara la pierna y buscara la portería. No le dio tiempo a más porque allí apareció Iñaki Williams para taponar el chut y acabar con el peligro.

Pasada la hora y sin que nadie consiguiese abrir el marcador, Valverde movió ficha. Se marcharon Prados, Ander Herrera y Guruzeta y entraron al campo Vesga, Jauregizar y Djaló. Tres cambios que sentaron bien al Athletic, pues minutos después Sancet tuvo la más clara del choque. Un disparo lejano que repelió bien Musso. Buen debut del portero argentino.

Viendo que el equipo vasco estaba más fresco y que San Mamés apretaba, Simeone también metió piernas frescas. Lino, Julián Alvarez y Gallagher abandonaron el terreno de juego e ingresaron en él Riquelme, Sorloth y De Paul. Lo intentó el Atlético con estos hombres, pero no logró incomodar la meta local. El Athletic era dueño del partido y el único que estaba haciendo algo por intentar llevárselo.

Simeone volvió a envidar dando entrada a su hijo y después a Correa, quienes consiguieron darle los tres punto al Atlético de Madrid. El hijo del Cholo revolucionó el partido metiéndole aún más intensidad y Angelito aprovechó un robo y asistencia de Sorloth para plantarse en el mano a mano con Agirrezabala, regatearla y empujar la pelota. Un gol que vale mucho más que tres puntos. El Atlético se va feliz al parón después del varapalo del miércoles ante el Espanyol.