Messi celebra el segundo gol de Argentina ante Países Bajos

Messi celebra el segundo gol de Argentina ante Países BajosAFP

Argentina sufre y pasa a semifinales por penaltis

La Albiceleste se confió con el 2-0 a favor y acabó logrando el pase desde los 11 metros

Argentina ya está entre los cuatro mejores del mundo. La Albiceleste, con lo justo y sufriendo, ha conseguido un puesto en semifinales, aunque otro gallo le cantaría a esta selección si Messi hubiese nacido en otro país. Países Bajos lo intentó y llegó a forzar los penaltis, pero la suerte estuvo del lado argentino.

Desde que se supo que Argentina y Países Bajos se cruzaban en cuartos de final empezó a circular un pequeño vídeo de Maradona y Cruyff. El holandés, de pie en el palco del Camp Nou, llamaba la atención del astro argentino, que había acudido a ver un partido. Este le daba la mano y el que fuera entrenador del Barça le daba dos besos. Dos genios del balón en un vídeo de siete segundos.

Los dos maestros del fútbol se habrán juntado hoy para verlo desde arriba. La ocasión no era para menos: presenciar su legado, aunque solo uno de ellos tiene un heredero digno. En Países Bajos no hay nadie que le llegue a la suela de los zapatos a Cruyff, pero Maradona puede decir con orgullo que su 10 ahora lo lleva Messi. Hace tiempo que dejó de ser el sucesor para ser la estrella, aunque cada cuatro años cargue con el sambenito de que Maradona ganó un Mundial y él no. Por ahora.

El del PSG tiene entre ceja y ceja la Copa del Mundo. Es su último Mundial y ganarlo o no significa ser historia o ser uno más. Porque Messi siempre será Messi, pero si no gana el título nunca será campeón y Maradona sí. Incluso Umtiti lo habrá sido y él no.

Messi es la referencia de esta Argentina. De esta y de la de los últimos 15 años. La Albiceleste le busca una y otra vez, hasta el punto de que defenderles parece hasta sencillo: basta con parar a Messi. Como si eso fuera fácil.

Era la intención de Van Gaal, secar a la estrella y que sus compañeros se obcecasen en buscarle. Pero el plan se fue al traste en el 35. Noppert no había tenido problemas, pero entonces apareció Messi. Mirando al tendido, metió un balón entre líneas donde solo él contaba con la aparición de Nahuel Molina. Ni Scaloni contaba con él pero Messi sí. Un héroe anónimo para poner a Argentina por delante.

La libreta de Van Gaal

El plan de la Oranje se vino abajo y había que jugar a otra cosa. Ya no valía con fijarse en Messi, sino que había que coger el balón y poner a prueba la endeblez argentina. Porque a esta selección, sin Messi, le costaría pasar la fase de grupos de un Mundial. Países Bajos cogió el control del balón pero no conseguía traspasar la última línea y crear peligro sobre la portería de Emiliano Martínez.

Era un choque continuo contra el mismo muro. Argentina, mientras, parecía jugar con fuego, conformándose con que Países Bajos no encontrara ese último pase y renunciando al ataque. El 0-1 bastaba para estar en semifinales, pero entonces apareció Mateu Lahoz, lo que queda de España en este Mundial. Penalti de Dumfries sobre Acuña, que notó el contacto y se revolcó por el suelo como si fuera un tiroteo. Messi sabía que era su responsabilidad y agarró el balón, aunque se le den mejor las faltas que los 11 metros. Esta vez sí entró, no como contra Polonia.

Ya no le quedaba otra a los de Van Gaal que volcarse al ataque. Parecían más relajados y entonces sí encontraron conexiones y peligro. Era tarde –o eso parecía–, pero no se rendían. Primero Weghorst, enviando de cabeza a la red un centro de De Jong. Era el 82. Quedaban 8 minutos.

Llegó entonces la tensión. Una tangana que inexplicablemente Mateu Lahoz resolvió sin ninguna expulsión y una falta al filo del área argentina en el último minuto. Se esperaba que alguien reventara ese balón buscando la escuadra, pero Van Gaal tenía pensada otra cosa. Un balón de Koopmeiners entre líneas, al punto de penalti, donde solo Weghorst esperaba que fuera el balón. Y a la red. La libreta fabricó el 2-2 y forzó la prórroga.

Los 30 minutos suplementarios fueron lo habitual en un Mundial: nada o casi nada. Un par de tiros de Argentina cuando quedaban cinco minutos para el final y poco más. Cada prórroga que se disputa le da la razón a Piqué en que algo tiene que hacer la FIFA para cambiar este sistema. Lo raro es que pase algo y casi siempre acaba todo en penaltis.

Mantener la cabeza fría es clave desde los 11 metros y ahí ganó Argentina. Van Dijk falló el primero y Messi marcó. Falló Berghuis y marcó Paredes. Koopmeiners metió el primero de Países Bajos, pero Montiel tampoco falló. Weghorst lo envió a la red y Enzo Fernández erró. Luuk de Jong igualó la tanda y Lautaro Martínez asumió la responsabilidad del último. Gol y a semifinales. Espera la Croacia de Modric. Duelo de viejos rockeros en su última canción.

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